Quiero contar mi historia

Se casan este domingo
Solo lo sabian familiares y amigos muy allegados.

Se casan este domingo
Solo lo sabian familiares y amigos muy allegados.

Pasión es pasión...
Pero solo piensa que es lo mas importante: la pasión por ese amante o el amor por tu esposo; piensa que pasaría si llega a enterarse; piensa que mientras mas sigas con esa relación paralela mas riesgo tienes de que seas descubierta.

Conocí al hombre de mi vida estando casada
Verán.... Hace 8 años conocí a un hombre casado al igual que yo.... desde el primer día sentí una atracción muy fuerte hacia el, después de varios meses de tratarnos estuvimos juntos, fue algo tan fuerte que por más que quisimos alejarnos no pudimos, hoy hace 8 años de eso, y aún seguimos aunque no nos vemos tan seguido pues por ese lado siempre he sentido que hay algo extraño en el por ciertas actitudes pero al mismo tiempo siento que siente algo fuerte por mi, pero había algo que no lo dejaba estar al 100, cuando por fin me decido alejarme de él, sin buscarlo y por cosas del destino y de la vida me entero de q su esposa lo tenía trabajado Le había hecho un amarre y aún así estuvo conmigo..!!!! Eso significa que realmente existe algo tan fuerte entre los 2 pues nada más que el amor sincero puede quitar un poco esos hechizos, lo que hice fué ayudarlo asistiendo con alguien para que le quitara ese trabajo.... Me siento tan bien de ser yo quien lo ayude en todo esto..!! Y que sea lo que Dios quiera pues lo amo...! Hace poco volvió a buscarme me siento feliz haber sido un medio para que el esté bien... En cuanto a lo q vaya a pasar entre nosotros no lo sé lo que sí se es que lo q es para ti aunque te quites y lo que no aunque te pongas... Que sea lo q Dios quiera!! Y en cuanto a mi familia la amo y a mi esposo lo quiero mucho pero sé que no es el amor de mi vida y.... Es muy complicado todo esto pero la vida es así y... Me pongo en manos de Dios

Si si si si
dios debe estar refeliz de los cuernos que le pones a tu esposo. Lo engañas hace 8 años !! porque lo haces vivir una mentira ? no tienes corazon ? debe ser dificil encontrar una persona tan desalmada como tu. Luego hablas de Dios....

La versión del marido
Donde puedo leer la versión del marido?

Sabes donde puedo leerla?
o de pronto si gustas compartirla..
saludos

Sabes donde puedo leerla?
o de pronto si gustas compartirla..
saludos

Espero que
Continues con la terapia. Es muy importante para ayudarte a cerrar el ciclo.

Suerte

Esto es para no creerlo.
¿Qué cosa no entendieron?, lo engañé con mi exnovio, me descubrio y me dejó; así de sencillo, va a ser la misma historia y el mismo final sea quien sea el que la cuente. Ya dejen el morbo con esto, ¿ó quieren que publique unas fotos o unos videos para que quede claro?

Esto es para no creerlo.
¿Qué cosa no entendieron?, lo engañé con mi exnovio, me descubrio y me dejó; así de sencillo, va a ser la misma historia y el mismo final sea quien sea el que la cuente. Ya dejen el morbo con esto, ¿ó quieren que publique unas fotos o unos videos para que quede claro?

Si si si si
Una historia muy larga de contar por este medio que solamente las que la vivimos podemos entender.... Lo único que te puedo decir .... Así es la vida y que pena que te moleste tanto.. Pues nunca digas de esta agua no beberé xq no sabes lo que puedas vivir más adelante que Dios te bendiga !!!

Esto es para no creerlo.
¿Qué cosa no entendieron?, lo engañé con mi exnovio, me descubrio y me dejó; así de sencillo, va a ser la misma historia y el mismo final sea quien sea el que la cuente. Ya dejen el morbo con esto, ¿ó quieren que publique unas fotos o unos videos para que quede claro?

Si si si si
Una historia muy larga de contar por este medio que solamente las que la vivimos podemos entender.... Lo único que te puedo decir .... Así es la vida y que pena que te moleste tanto.. Pues nunca digas de esta agua no beberé xq no sabes lo que puedas vivir más adelante que Dios te bendiga !!!

Tal vez te convenga...
... no entrar más en este site. Puede haber sido bueno al inicio como terapia, pero ahora me parece que te hace más mal que bien, trayendo siempre los malos recuerdos a tu mente.

Creo que al abandonar todo esto, estarias finalmente cortando con todo aquello que te mantiene vinculada al pasado.

Piénsalo.

Hola a todos,
Me he inscrito en este foro para contar mi historia, quiero desahogarme de ese dolor tan grande que tengo. Sé muy bien que todo lo que estoy viviendo es mi culpa, por lo que les pido un poco de comprensión y no me bombardeen con insultos y comentarios negativos.
Soy una mujer de 32 años, docente en un colegio de secundaria; cuando tenía 16 años tuve un novio del cual estuve perdidamente enamorada, en ese entonces él tenía 18 años; le dediqué mi vida entera, entregándole sin cuestionar toda mi vida, mi virginidad, todo mi amor y todo mi ser. En los 3 años que tuvimos nuestra relación me hacía muchos desplantes; me engañaba, me mentía, llegó a agredirme física y psicológicamente, y yo de ... me echaba siempre la culpa de todo, sentía sus actitudes se debían a cosas que yo había hecho o dicho. Finalmente quedé embarazada a los 19 años, para mí fue una gran ilusión, ese era el motivo para que el pudiera cambiar, íbamos a tener una familia, me sentía en las nubes, tenía a mi lado al hombre que amaba y además íbamos a tener un bebé.
Lastimosamente él no pensaba de la misma forma, al enterarse de mi embarazo empezó a recriminarme por no haber tenido cuidado en planificar y evitar el embarazo, me amenazó diciéndome que si no abortaba se terminaba lo nuestro. Llena de miedo por esta reacción, y además por la reacción que tendrían mis padres decido abortar. Para mí fue la peor decisión que pude tomar, pues a las dos semanas él se empezó a alejar de mí, caí en una fuerte depresión, por haber interrumpido la vida de mi hijo y por ver lo cruel que mi novio era conmigo, y para terminar de empeorar la situación, mis padres se enteraron de todo, de mi aborto, de las actitudes de mi novio, y decidieron llevarme a otro país, ahí sufrí por no estar cerca de mi amor, pero a la vez me empecé a dar cuenta que no llevaba una buena vida al lado de él.
Me prometí que lo iba a olvidar. Me di dos años para poder estar en paz conmigo, y cuando creí que mi corazón estaba sanado, empecé a estudiar en la universidad. Llevé una vida muy desorganizada, vivía casi todos los días de fiesta. En mi interior jamás pude olvidar a mi novio, y para poder mitigar el dolor me prometí que no me volvería a enamorar, que solo iba a tener contacto con los hombres igual que ellos, solo para satisfacer mi cuerpo, y que a la menor intención de enamoramiento cortaría todo de raíz.
Casi durante toda la universidad transcurrió mi vida con este ritmo. Luego de tres años estudiando, en una de las muchas fiestas conocí a un chico que tenía una historia similar a la mía, gracias a una decepción solo se dedicó a disfrutar de la vida sin involucrar los sentimientos. Nos hicimos inseparables; y aunque no había exclusividad, siempre nos buscábamos para tener sexo. A los seis meses me confesó que estaba enamorado de mí y quería que fuéramos novios, de plano le dije que no, que yo no quería sufrir más, y él me propuso una apuesta, me dijo que lo intentáramos, que si en seis meses no me había enamorado de él pues que lo dejáramos y todos en paz. Siendo sincera yo acepté más por quitarme la presión de encima de su insistencia más que por el interés que tenía en él.
Y a partir de ese momento todo cambió. Este hombre dejó de ser este loco seductor que les mandaba piropos a todas y que se acostaba con cualquier falda y se dedicó en cuerpo y alma a mí. Diariamente cuando nos encontrábamos en la universidad llegaba y me regalaba un papelito con un poema, cuando me veía se arrodillaba y me abrazaba las piernas. Para mí era la persona más extraña que había visto, era el centro de su mundo, y esas atenciones me encantaban, mis amigos me decían que yo lo había vuelto gay porque desde que andábamos juntos no miraba a nadie más, era extraño pasar de ser casi un objeto sexual a ser el universo entero de alguien. Pasaron los seis meses y como prometió me preguntó si quería continuar con él, sin dudarlo le dije que sí.
El salió primero de la universidad, y consiguió un trabajo decente, y nos fuimos a vivir juntos al mes de graduarse. Al año yo me gradué y él me propuso matrimonio. Nos casamos de la forma más romántica que jamás hubiera imaginado, en una hermosa iglesia pequeña de un pueblo el día del amor y la amistad (algo parecido a San Valentín), llenó toda la iglesia de unas hermosas rosas blancas, invitamos a nuestros queridos amigos y nuestras familias, era sin dudas la boda perfecta, y cuando estuve a su lado en el altar se arrodilló, me besó las piernas y me dijo te amo, gracias por hacerme tan feliz.
Nuestra vida transcurrió de forma tranquila, difícil de creer para dos personas que habíamos sido tan locos en una época. Él trabajaba como analista de sistemas y yo enseñando español y literatura en un elegante colegio. Nunca llegó tarde, nunca hizo horas extras, nunca se fue a tomar con sus amigos, siempre durante todo el día estaba pendiente de mí enviándome mensajes, llamándome; diariamente al llegar a casa me traía cualquier cosa, una rosa blanca, un poema que escribió a la hora del almuerzo, un chocolate, una muñeca de trapo, siempre me demostraba que no paraba de pensar en mí.
Fueron dos años en los que estuvimos muy bien. Pero luego algo pasó. Llegó ese maldito día en que todo empezó. Debido a una reorganización del plantel, la seguridad del colegio pasó de ser del personal del colegio a ser contratada a una empresa de seguridad especializada, debido a todo este problema de armas y drogas, y dos meses después ocurrió lo impensable, uno de los supervisores que hacían la ronda al personal asignado al colegio era mi ex novio. Para mí fue caer en un completo agujero, nos encontramos por casualidad un día a la salida y nos miramos en silencio, él intentó hablarme pero salí corriendo y no le di la oportunidad, me temblaba todo el cuerpo, lloraba, reía, no dejaba de pensar en él, y sin darme cuenta desde ese día empecé a rechazar los acercamientos de mi esposo.
Durante dos semanas evité con todas mis fuerzas encontrarme con mi ex, me seguía buscando y en la salida trataba de acercarse pero yo salía en grupo con mis compañeros y no le daba la oportunidad. Pero él fue paciente y esperó el momento indicado; fue temprano un día y en un descanso cuando solo estaba yo en el salón de profesores entró y me saludó, yo tenía el corazón acelerado y afortunadamente estaba sentada pues muy seguramente me hubiera desplomado. Se sentó a mi lado y quiso tomar mis manos lo cual no permití, con voz suave me pidió que habláramos, quise irme pero me rogó que solo le escuchara. Me dijo que después de lo sucedido él se arrepintió profundamente de haberme abandonado, de haberme pedido que abortara a nuestro hijo, me dijo que me buscó para reconciliarnos y movió cielo y tierra para encontrarme cuando me fui pero no pudo lograrlo, me pidió perdón por todo lo que me había hecho sufrir, me dijo también que había madurado a las malas y que nunca había podido olvidarse de mí. Sin demostrar que tenía el corazón en la mano le dije que ya todo estaba en el pasado, que ahora tenía una vida y que no se preocupara más, que fuera feliz; sonrió con esos labios que yo tanto había amado y se me derritió el corazón, me dio un beso en la mejilla y sentí como antes esas cosquillas en el estómago, ese calor, esa alegría que sentía cuando estaba cerca de él.
Por dos meses nos mirábamos cuando nos cruzábamos en los pasillos, y una noche que me quedé hasta tarde para poder entregar notas al día siguiente, se quedó conmigo para asegurarse de que estuviera bien, a la salida me acompañó hasta el carro y al despedirnos me robó un beso en los labios, no tuve la voluntad de rechazarlo, tenía otra vez 16 años, estaba otra vez enamorada de él, era como si toda mi vida nunca hubiera sucedido y nunca nos hubiéramos separados. Ese día nos fuimos a un motel y terminamos haciendo el amor, yo no pensé en nada más sino en estar otra vez con él, sentirme otra vez entre sus. Al darme cuenta que era muy tarde le dije que tenía que irme y apresurada me vestí y salí corriendo para mi casa, donde encontré a mi esposo muy angustiado llamando a la policía, hospitales, familiares, para ver si sabían de mí; tenía cerca de 30 llamadas perdidas y casi igual número de mensajes de texto, me excusé diciendo que me quedé hasta tarde en el colegio, y que sumándole un embotellamiento que hubo se me hizo tan tarde.
Desde ese entonces tenía la necesidad de estar con mi ex. Mi ex se cambió a un apartamento que quedaba cerca de donde trabajábamos y como yo empezaba clases cerca de las 10am teníamos tiempo de estar juntos. Nuestros encuentros eran explosivos, casi nos arrancábamos la ropa tan pronto entrábamos al apartamento. Hacíamos cualquier cosa que ni me imaginaba hacer con mi esposo, estaba tocando el cielo con las manos, se me fue toda prudencia de la cabeza, hasta que un día salí embarazada; estaba segura que no era de mi esposo por que con él siempre usábamos condón, le dije a mi amante lo que pasaba, él me dijo que me apoyaría en todo lo que decidiera, pero que creía prudente que por el momento no lo tuviéramos por que no podíamos estar juntos, estuve de acuerdo. Estar otra vez en una mesa de operaciones en la misma situación me trajo recuerdos muy amargos, y mi dolor más grande fue darme cuenta que estaba terminando con un bebe que mi esposo estuvo pidiéndome por mucho tiempo. Él nunca supo nada porque creía que ese fin de semana estaba donde mi hermana, nunca dudó de mí ni me cuestionó el dejarlo solo, quiso acompañarme pero le dije que eran cosas de mujeres y su presencia más que ayudar molestaría.
Desde ese segundo aborto estuve muy triste, casi en depresión, inconscientemente me alejaba de mi esposo, me molestaban sus detalles, sus poemas ni los leía, sus rosas iban directo a la basura, no aguantaba estar cerca, incluso en la intimidad lo alejaba y haciendo un esfuerzo lo contentaba con sexo, no con cariño. No sé por qué no me alejé de mi amante seguíamos viéndonos casi a diario, mientras que mi esposo en la casa esperándome, cocinándome, arreglando el hogar para mí.
Y luego llegó el día de mi desgracia. Una mañana mi esposo se despidió de mí como de costumbre, como yo no quería besarlo en los labios, se arrodillaba como de novios y me besaba en las rodillas diciéndome te amo. No sé porque tuvo que regresar a la casa y descubrió un mensaje de mi amante; al principio lo negué todo, pero el mensaje era tan comprometedor que se dedicó a investigar. Descubrió los mensajes, fotos y videos de mi amante y mías en la intimidad, los desplantes que le hacía. Ese día volvió muy tarde totalmente desencajado, se notaba que había llorado todo el día, con heridas que se hizo al desahogarse; me pidió explicaciones, intenté minimizar las cosas pero las fotos y videos no daban lugar a duda. Fue en ese instante cuando me di cuenta de lo que había hecho, había traicionado al hombre que me amó incondicionalmente, sin reproches, sin dudas, que me había vuelto su universo, había visto lo lastimado que estaba y no pude aguantar las lágrimas y rogarle que me perdonara, al descubrirse todo hubiera querido que me gritara, hasta que me golpeara, pero lo único que hizo fue quedarse callado, no me volvió a hablar; en total silencio empezó a hacer su maleta y yo llorando desconsolada le rogaba que me perdonara, me arrodillé y le besaba las piernas como él lo hacía conmigo pero seguía inmutable, estaba histérica rogando por su perdón, no lo dejé que hiciera maletas y solo se llevó una muda de ropa en una bolsa.
Sentí un profundo vacío combinado con un dolor indescriptible en mi corazón y en mi alma, no paré de llorar en toda la noche, y para poder apaciguar ese dolor tan grande que estaba sintiendo me bebí todo el vino que guardábamos para ocasiones especiales. A la tarde del día siguiente yo lo seguía esperando dormitando a ratos y despertándome sobresaltada cuando creía que había llegado, y bastante tomada, lo vi llegar también muy desajustado, llorando le seguía pidiendo perdón pero el alcohol y la falta de sueño hicieron estragos en mí, no recuerdo mucho sino despertar con mis padres a mi lado llorando, mi mamá me dijo que mi esposo los había llamado para que se hicieran cargo de mí porque él se iba, me preguntaron si era cierto que le había sido infiel. Les confesé todo, que me había reencontrado con mi primer amor y que no tuve la voluntad ni la razón para rechazarlo.
Pasaron semanas en las que no supe nada de él. Lo llamaba cien veces al día, no paraba de escribirle emails y mensajes de texto pero no contestaba, y al poco tiempo su número dejó de funcionar. Mis padres me llevaron a su casa porque yo estaba entregada a la pena y al alcohol. Un día en la tarde recibimos una llamada del colegio preguntando por mí, pues yo no contestaba celular y en la casa nadie atendía. Ya estando más lúcida tomé fuerzas y fui al colegio, y lo primero que veo al llegar es a mi amante que estaba en la entrada, al verlo me llené de odio y me fui furiosa a cachetearlo y a insultarlo; le gritaba con todas mis fuerzas que por su culpa había perdido toda mi vida, lo más bonito que me había pasado. Él intentó tranquilizarme pero estaba tan enojada que no entraba en razón, gritaba a viva voz y se formó un escándalo público que llegó hasta la rectoría, me había vuelto una loca y no dejaba de agredirlo, él también se enojó y me golpeó tan fuerte que me tiró al suelo con la boca reventada. Todo este escándalo de infidelidad, llevó a que la rectoría me despidiera de mi puesto y pidieran a la empresa de seguridad retiraran a mi amante del colegio.
Luego vino otro golpe duro para mí, cuando llegó la abogada de mi esposo con los papeles del divorcio, no quise firmar, tenía que recuperarlo a como de lugar y se los rompí en la cara. Luego mis padres me aconsejaron que firmara los papeles, que al estar en esa posición solo demostraba mi egoísmo y no lo el amor que sentía por mi esposo, dos días después acepté y la abogada los trajo otra vez.
Antes de la firma de los papeles, teníamos que cumplir un trámite donde nos teníamos que encontrar, y a pesar de que el juez de familia y mi abogado intercedían por mí para que mi esposo y yo conversáramos, él solo estaba ahí mirando al piso en completo silencio, y su abogada solo decía que él estaba completamente decidido y quería dar marcha atrás, así que el juez concedió el divorcio.
No hay día en el que no me arrepienta de lo que hice, de haber caído tan fácil en una ilusión de hace tanto tiempo y haber lastimado tanto a mi esposo. Hace tres meses hubiera sido nuestro octavo aniversario y quise volverlo a intentar, le mandé un correo pidiéndole perdón otra vez, diciéndole que mi vida sin él era una tortura, y diciéndole que extrañaba muchísimo todo su amor, sus besos, sus caricias, sus abrazos, que aceptaría cualquier condición para volverlo a tener a mi lado, incluso si eso significaba que me tuviera como amante solo para sexo; creí que me iba a ignorar como lo había hecho en estos últimos años, y me hizo latir fuertemente el corazón cuando vi en mi buzón su respuesta, pero me decepcioné otra vez al leerla diciendo que ahora estaba con alguien más y que yo ya pertenecía al pasado, que él era feliz, y que ya me había perdonado, y deseaba y esperaba que rehiciera mi vida.
Ocultamente estos tres años lo he estado siguiendo a través de una amiga en común, que aunque me odia por lo que le hice a mi esposo, conocía mi primera historia con mi amante y eso ha hecho que por lo menos no me haya retirado el saludo y me deja ver que ha sido la vida de mi esposo, gracias a ella me di cuenta hace poco que él es totalmente feliz pues logró tener con otra la familia que tanto anhelaba, están esperando un bebé, y eso me hace estar más triste y más deprimida, pensar que yo sería esa mujer si no hubiera sido tan egoísta y tan ciega, y no haberme dado cuenta antes que lo tenía todo con mi adorado esposo. Que una hora del mejor sexo no compensa esa mirada profunda, esa sonrisa que nace de la nada, ese abrazo protector, esas palabras diciendo te amo que te da tu verdadero amor cuando te quiere de verdad.
Muchas gracias por leerme, y por favor disculpen lo extenso del mensaje. Escribo esta historia como una terapia para poder perdonarme, estoy medicada con terapia psiquiátrica para poder afrontar esta terrible soledad y este angustiante dolor que siento y que nunca creo que voy a poder dejar atrás.

Si si si si
Una historia muy larga de contar por este medio que solamente las que la vivimos podemos entender.... Lo único que te puedo decir .... Así es la vida y que pena que te moleste tanto.. Pues nunca digas de esta agua no beberé xq no sabes lo que puedas vivir más adelante que Dios te bendiga !!!

Hola a todos,
Me he inscrito en este foro para contar mi historia, quiero desahogarme de ese dolor tan grande que tengo. Sé muy bien que todo lo que estoy viviendo es mi culpa, por lo que les pido un poco de comprensión y no me bombardeen con insultos y comentarios negativos.
Soy una mujer de 32 años, docente en un colegio de secundaria; cuando tenía 16 años tuve un novio del cual estuve perdidamente enamorada, en ese entonces él tenía 18 años; le dediqué mi vida entera, entregándole sin cuestionar toda mi vida, mi virginidad, todo mi amor y todo mi ser. En los 3 años que tuvimos nuestra relación me hacía muchos desplantes; me engañaba, me mentía, llegó a agredirme física y psicológicamente, y yo de ... me echaba siempre la culpa de todo, sentía sus actitudes se debían a cosas que yo había hecho o dicho. Finalmente quedé embarazada a los 19 años, para mí fue una gran ilusión, ese era el motivo para que el pudiera cambiar, íbamos a tener una familia, me sentía en las nubes, tenía a mi lado al hombre que amaba y además íbamos a tener un bebé.
Lastimosamente él no pensaba de la misma forma, al enterarse de mi embarazo empezó a recriminarme por no haber tenido cuidado en planificar y evitar el embarazo, me amenazó diciéndome que si no abortaba se terminaba lo nuestro. Llena de miedo por esta reacción, y además por la reacción que tendrían mis padres decido abortar. Para mí fue la peor decisión que pude tomar, pues a las dos semanas él se empezó a alejar de mí, caí en una fuerte depresión, por haber interrumpido la vida de mi hijo y por ver lo cruel que mi novio era conmigo, y para terminar de empeorar la situación, mis padres se enteraron de todo, de mi aborto, de las actitudes de mi novio, y decidieron llevarme a otro país, ahí sufrí por no estar cerca de mi amor, pero a la vez me empecé a dar cuenta que no llevaba una buena vida al lado de él.
Me prometí que lo iba a olvidar. Me di dos años para poder estar en paz conmigo, y cuando creí que mi corazón estaba sanado, empecé a estudiar en la universidad. Llevé una vida muy desorganizada, vivía casi todos los días de fiesta. En mi interior jamás pude olvidar a mi novio, y para poder mitigar el dolor me prometí que no me volvería a enamorar, que solo iba a tener contacto con los hombres igual que ellos, solo para satisfacer mi cuerpo, y que a la menor intención de enamoramiento cortaría todo de raíz.
Casi durante toda la universidad transcurrió mi vida con este ritmo. Luego de tres años estudiando, en una de las muchas fiestas conocí a un chico que tenía una historia similar a la mía, gracias a una decepción solo se dedicó a disfrutar de la vida sin involucrar los sentimientos. Nos hicimos inseparables; y aunque no había exclusividad, siempre nos buscábamos para tener sexo. A los seis meses me confesó que estaba enamorado de mí y quería que fuéramos novios, de plano le dije que no, que yo no quería sufrir más, y él me propuso una apuesta, me dijo que lo intentáramos, que si en seis meses no me había enamorado de él pues que lo dejáramos y todos en paz. Siendo sincera yo acepté más por quitarme la presión de encima de su insistencia más que por el interés que tenía en él.
Y a partir de ese momento todo cambió. Este hombre dejó de ser este loco seductor que les mandaba piropos a todas y que se acostaba con cualquier falda y se dedicó en cuerpo y alma a mí. Diariamente cuando nos encontrábamos en la universidad llegaba y me regalaba un papelito con un poema, cuando me veía se arrodillaba y me abrazaba las piernas. Para mí era la persona más extraña que había visto, era el centro de su mundo, y esas atenciones me encantaban, mis amigos me decían que yo lo había vuelto gay porque desde que andábamos juntos no miraba a nadie más, era extraño pasar de ser casi un objeto sexual a ser el universo entero de alguien. Pasaron los seis meses y como prometió me preguntó si quería continuar con él, sin dudarlo le dije que sí.
El salió primero de la universidad, y consiguió un trabajo decente, y nos fuimos a vivir juntos al mes de graduarse. Al año yo me gradué y él me propuso matrimonio. Nos casamos de la forma más romántica que jamás hubiera imaginado, en una hermosa iglesia pequeña de un pueblo el día del amor y la amistad (algo parecido a San Valentín), llenó toda la iglesia de unas hermosas rosas blancas, invitamos a nuestros queridos amigos y nuestras familias, era sin dudas la boda perfecta, y cuando estuve a su lado en el altar se arrodilló, me besó las piernas y me dijo te amo, gracias por hacerme tan feliz.
Nuestra vida transcurrió de forma tranquila, difícil de creer para dos personas que habíamos sido tan locos en una época. Él trabajaba como analista de sistemas y yo enseñando español y literatura en un elegante colegio. Nunca llegó tarde, nunca hizo horas extras, nunca se fue a tomar con sus amigos, siempre durante todo el día estaba pendiente de mí enviándome mensajes, llamándome; diariamente al llegar a casa me traía cualquier cosa, una rosa blanca, un poema que escribió a la hora del almuerzo, un chocolate, una muñeca de trapo, siempre me demostraba que no paraba de pensar en mí.
Fueron dos años en los que estuvimos muy bien. Pero luego algo pasó. Llegó ese maldito día en que todo empezó. Debido a una reorganización del plantel, la seguridad del colegio pasó de ser del personal del colegio a ser contratada a una empresa de seguridad especializada, debido a todo este problema de armas y drogas, y dos meses después ocurrió lo impensable, uno de los supervisores que hacían la ronda al personal asignado al colegio era mi ex novio. Para mí fue caer en un completo agujero, nos encontramos por casualidad un día a la salida y nos miramos en silencio, él intentó hablarme pero salí corriendo y no le di la oportunidad, me temblaba todo el cuerpo, lloraba, reía, no dejaba de pensar en él, y sin darme cuenta desde ese día empecé a rechazar los acercamientos de mi esposo.
Durante dos semanas evité con todas mis fuerzas encontrarme con mi ex, me seguía buscando y en la salida trataba de acercarse pero yo salía en grupo con mis compañeros y no le daba la oportunidad. Pero él fue paciente y esperó el momento indicado; fue temprano un día y en un descanso cuando solo estaba yo en el salón de profesores entró y me saludó, yo tenía el corazón acelerado y afortunadamente estaba sentada pues muy seguramente me hubiera desplomado. Se sentó a mi lado y quiso tomar mis manos lo cual no permití, con voz suave me pidió que habláramos, quise irme pero me rogó que solo le escuchara. Me dijo que después de lo sucedido él se arrepintió profundamente de haberme abandonado, de haberme pedido que abortara a nuestro hijo, me dijo que me buscó para reconciliarnos y movió cielo y tierra para encontrarme cuando me fui pero no pudo lograrlo, me pidió perdón por todo lo que me había hecho sufrir, me dijo también que había madurado a las malas y que nunca había podido olvidarse de mí. Sin demostrar que tenía el corazón en la mano le dije que ya todo estaba en el pasado, que ahora tenía una vida y que no se preocupara más, que fuera feliz; sonrió con esos labios que yo tanto había amado y se me derritió el corazón, me dio un beso en la mejilla y sentí como antes esas cosquillas en el estómago, ese calor, esa alegría que sentía cuando estaba cerca de él.
Por dos meses nos mirábamos cuando nos cruzábamos en los pasillos, y una noche que me quedé hasta tarde para poder entregar notas al día siguiente, se quedó conmigo para asegurarse de que estuviera bien, a la salida me acompañó hasta el carro y al despedirnos me robó un beso en los labios, no tuve la voluntad de rechazarlo, tenía otra vez 16 años, estaba otra vez enamorada de él, era como si toda mi vida nunca hubiera sucedido y nunca nos hubiéramos separados. Ese día nos fuimos a un motel y terminamos haciendo el amor, yo no pensé en nada más sino en estar otra vez con él, sentirme otra vez entre sus. Al darme cuenta que era muy tarde le dije que tenía que irme y apresurada me vestí y salí corriendo para mi casa, donde encontré a mi esposo muy angustiado llamando a la policía, hospitales, familiares, para ver si sabían de mí; tenía cerca de 30 llamadas perdidas y casi igual número de mensajes de texto, me excusé diciendo que me quedé hasta tarde en el colegio, y que sumándole un embotellamiento que hubo se me hizo tan tarde.
Desde ese entonces tenía la necesidad de estar con mi ex. Mi ex se cambió a un apartamento que quedaba cerca de donde trabajábamos y como yo empezaba clases cerca de las 10am teníamos tiempo de estar juntos. Nuestros encuentros eran explosivos, casi nos arrancábamos la ropa tan pronto entrábamos al apartamento. Hacíamos cualquier cosa que ni me imaginaba hacer con mi esposo, estaba tocando el cielo con las manos, se me fue toda prudencia de la cabeza, hasta que un día salí embarazada; estaba segura que no era de mi esposo por que con él siempre usábamos condón, le dije a mi amante lo que pasaba, él me dijo que me apoyaría en todo lo que decidiera, pero que creía prudente que por el momento no lo tuviéramos por que no podíamos estar juntos, estuve de acuerdo. Estar otra vez en una mesa de operaciones en la misma situación me trajo recuerdos muy amargos, y mi dolor más grande fue darme cuenta que estaba terminando con un bebe que mi esposo estuvo pidiéndome por mucho tiempo. Él nunca supo nada porque creía que ese fin de semana estaba donde mi hermana, nunca dudó de mí ni me cuestionó el dejarlo solo, quiso acompañarme pero le dije que eran cosas de mujeres y su presencia más que ayudar molestaría.
Desde ese segundo aborto estuve muy triste, casi en depresión, inconscientemente me alejaba de mi esposo, me molestaban sus detalles, sus poemas ni los leía, sus rosas iban directo a la basura, no aguantaba estar cerca, incluso en la intimidad lo alejaba y haciendo un esfuerzo lo contentaba con sexo, no con cariño. No sé por qué no me alejé de mi amante seguíamos viéndonos casi a diario, mientras que mi esposo en la casa esperándome, cocinándome, arreglando el hogar para mí.
Y luego llegó el día de mi desgracia. Una mañana mi esposo se despidió de mí como de costumbre, como yo no quería besarlo en los labios, se arrodillaba como de novios y me besaba en las rodillas diciéndome te amo. No sé porque tuvo que regresar a la casa y descubrió un mensaje de mi amante; al principio lo negué todo, pero el mensaje era tan comprometedor que se dedicó a investigar. Descubrió los mensajes, fotos y videos de mi amante y mías en la intimidad, los desplantes que le hacía. Ese día volvió muy tarde totalmente desencajado, se notaba que había llorado todo el día, con heridas que se hizo al desahogarse; me pidió explicaciones, intenté minimizar las cosas pero las fotos y videos no daban lugar a duda. Fue en ese instante cuando me di cuenta de lo que había hecho, había traicionado al hombre que me amó incondicionalmente, sin reproches, sin dudas, que me había vuelto su universo, había visto lo lastimado que estaba y no pude aguantar las lágrimas y rogarle que me perdonara, al descubrirse todo hubiera querido que me gritara, hasta que me golpeara, pero lo único que hizo fue quedarse callado, no me volvió a hablar; en total silencio empezó a hacer su maleta y yo llorando desconsolada le rogaba que me perdonara, me arrodillé y le besaba las piernas como él lo hacía conmigo pero seguía inmutable, estaba histérica rogando por su perdón, no lo dejé que hiciera maletas y solo se llevó una muda de ropa en una bolsa.
Sentí un profundo vacío combinado con un dolor indescriptible en mi corazón y en mi alma, no paré de llorar en toda la noche, y para poder apaciguar ese dolor tan grande que estaba sintiendo me bebí todo el vino que guardábamos para ocasiones especiales. A la tarde del día siguiente yo lo seguía esperando dormitando a ratos y despertándome sobresaltada cuando creía que había llegado, y bastante tomada, lo vi llegar también muy desajustado, llorando le seguía pidiendo perdón pero el alcohol y la falta de sueño hicieron estragos en mí, no recuerdo mucho sino despertar con mis padres a mi lado llorando, mi mamá me dijo que mi esposo los había llamado para que se hicieran cargo de mí porque él se iba, me preguntaron si era cierto que le había sido infiel. Les confesé todo, que me había reencontrado con mi primer amor y que no tuve la voluntad ni la razón para rechazarlo.
Pasaron semanas en las que no supe nada de él. Lo llamaba cien veces al día, no paraba de escribirle emails y mensajes de texto pero no contestaba, y al poco tiempo su número dejó de funcionar. Mis padres me llevaron a su casa porque yo estaba entregada a la pena y al alcohol. Un día en la tarde recibimos una llamada del colegio preguntando por mí, pues yo no contestaba celular y en la casa nadie atendía. Ya estando más lúcida tomé fuerzas y fui al colegio, y lo primero que veo al llegar es a mi amante que estaba en la entrada, al verlo me llené de odio y me fui furiosa a cachetearlo y a insultarlo; le gritaba con todas mis fuerzas que por su culpa había perdido toda mi vida, lo más bonito que me había pasado. Él intentó tranquilizarme pero estaba tan enojada que no entraba en razón, gritaba a viva voz y se formó un escándalo público que llegó hasta la rectoría, me había vuelto una loca y no dejaba de agredirlo, él también se enojó y me golpeó tan fuerte que me tiró al suelo con la boca reventada. Todo este escándalo de infidelidad, llevó a que la rectoría me despidiera de mi puesto y pidieran a la empresa de seguridad retiraran a mi amante del colegio.
Luego vino otro golpe duro para mí, cuando llegó la abogada de mi esposo con los papeles del divorcio, no quise firmar, tenía que recuperarlo a como de lugar y se los rompí en la cara. Luego mis padres me aconsejaron que firmara los papeles, que al estar en esa posición solo demostraba mi egoísmo y no lo el amor que sentía por mi esposo, dos días después acepté y la abogada los trajo otra vez.
Antes de la firma de los papeles, teníamos que cumplir un trámite donde nos teníamos que encontrar, y a pesar de que el juez de familia y mi abogado intercedían por mí para que mi esposo y yo conversáramos, él solo estaba ahí mirando al piso en completo silencio, y su abogada solo decía que él estaba completamente decidido y quería dar marcha atrás, así que el juez concedió el divorcio.
No hay día en el que no me arrepienta de lo que hice, de haber caído tan fácil en una ilusión de hace tanto tiempo y haber lastimado tanto a mi esposo. Hace tres meses hubiera sido nuestro octavo aniversario y quise volverlo a intentar, le mandé un correo pidiéndole perdón otra vez, diciéndole que mi vida sin él era una tortura, y diciéndole que extrañaba muchísimo todo su amor, sus besos, sus caricias, sus abrazos, que aceptaría cualquier condición para volverlo a tener a mi lado, incluso si eso significaba que me tuviera como amante solo para sexo; creí que me iba a ignorar como lo había hecho en estos últimos años, y me hizo latir fuertemente el corazón cuando vi en mi buzón su respuesta, pero me decepcioné otra vez al leerla diciendo que ahora estaba con alguien más y que yo ya pertenecía al pasado, que él era feliz, y que ya me había perdonado, y deseaba y esperaba que rehiciera mi vida.
Ocultamente estos tres años lo he estado siguiendo a través de una amiga en común, que aunque me odia por lo que le hice a mi esposo, conocía mi primera historia con mi amante y eso ha hecho que por lo menos no me haya retirado el saludo y me deja ver que ha sido la vida de mi esposo, gracias a ella me di cuenta hace poco que él es totalmente feliz pues logró tener con otra la familia que tanto anhelaba, están esperando un bebé, y eso me hace estar más triste y más deprimida, pensar que yo sería esa mujer si no hubiera sido tan egoísta y tan ciega, y no haberme dado cuenta antes que lo tenía todo con mi adorado esposo. Que una hora del mejor sexo no compensa esa mirada profunda, esa sonrisa que nace de la nada, ese abrazo protector, esas palabras diciendo te amo que te da tu verdadero amor cuando te quiere de verdad.
Muchas gracias por leerme, y por favor disculpen lo extenso del mensaje. Escribo esta historia como una terapia para poder perdonarme, estoy medicada con terapia psiquiátrica para poder afrontar esta terrible soledad y este angustiante dolor que siento y que nunca creo que voy a poder dejar atrás.

Otra vez me pasa responder a un post antiguo..no sé pq me aparecen las charlas antiguas debajo de las actuales . No sé si esto pasa con la versión móvil, pero ya me ha sucedido varias veces..

Hola a todos,
Me he inscrito en este foro para contar mi historia, quiero desahogarme de ese dolor tan grande que tengo. Sé muy bien que todo lo que estoy viviendo es mi culpa, por lo que les pido un poco de comprensión y no me bombardeen con insultos y comentarios negativos.
Soy una mujer de 32 años, docente en un colegio de secundaria; cuando tenía 16 años tuve un novio del cual estuve perdidamente enamorada, en ese entonces él tenía 18 años; le dediqué mi vida entera, entregándole sin cuestionar toda mi vida, mi virginidad, todo mi amor y todo mi ser. En los 3 años que tuvimos nuestra relación me hacía muchos desplantes; me engañaba, me mentía, llegó a agredirme física y psicológicamente, y yo de ... me echaba siempre la culpa de todo, sentía sus actitudes se debían a cosas que yo había hecho o dicho. Finalmente quedé embarazada a los 19 años, para mí fue una gran ilusión, ese era el motivo para que el pudiera cambiar, íbamos a tener una familia, me sentía en las nubes, tenía a mi lado al hombre que amaba y además íbamos a tener un bebé.
Lastimosamente él no pensaba de la misma forma, al enterarse de mi embarazo empezó a recriminarme por no haber tenido cuidado en planificar y evitar el embarazo, me amenazó diciéndome que si no abortaba se terminaba lo nuestro. Llena de miedo por esta reacción, y además por la reacción que tendrían mis padres decido abortar. Para mí fue la peor decisión que pude tomar, pues a las dos semanas él se empezó a alejar de mí, caí en una fuerte depresión, por haber interrumpido la vida de mi hijo y por ver lo cruel que mi novio era conmigo, y para terminar de empeorar la situación, mis padres se enteraron de todo, de mi aborto, de las actitudes de mi novio, y decidieron llevarme a otro país, ahí sufrí por no estar cerca de mi amor, pero a la vez me empecé a dar cuenta que no llevaba una buena vida al lado de él.
Me prometí que lo iba a olvidar. Me di dos años para poder estar en paz conmigo, y cuando creí que mi corazón estaba sanado, empecé a estudiar en la universidad. Llevé una vida muy desorganizada, vivía casi todos los días de fiesta. En mi interior jamás pude olvidar a mi novio, y para poder mitigar el dolor me prometí que no me volvería a enamorar, que solo iba a tener contacto con los hombres igual que ellos, solo para satisfacer mi cuerpo, y que a la menor intención de enamoramiento cortaría todo de raíz.
Casi durante toda la universidad transcurrió mi vida con este ritmo. Luego de tres años estudiando, en una de las muchas fiestas conocí a un chico que tenía una historia similar a la mía, gracias a una decepción solo se dedicó a disfrutar de la vida sin involucrar los sentimientos. Nos hicimos inseparables; y aunque no había exclusividad, siempre nos buscábamos para tener sexo. A los seis meses me confesó que estaba enamorado de mí y quería que fuéramos novios, de plano le dije que no, que yo no quería sufrir más, y él me propuso una apuesta, me dijo que lo intentáramos, que si en seis meses no me había enamorado de él pues que lo dejáramos y todos en paz. Siendo sincera yo acepté más por quitarme la presión de encima de su insistencia más que por el interés que tenía en él.
Y a partir de ese momento todo cambió. Este hombre dejó de ser este loco seductor que les mandaba piropos a todas y que se acostaba con cualquier falda y se dedicó en cuerpo y alma a mí. Diariamente cuando nos encontrábamos en la universidad llegaba y me regalaba un papelito con un poema, cuando me veía se arrodillaba y me abrazaba las piernas. Para mí era la persona más extraña que había visto, era el centro de su mundo, y esas atenciones me encantaban, mis amigos me decían que yo lo había vuelto gay porque desde que andábamos juntos no miraba a nadie más, era extraño pasar de ser casi un objeto sexual a ser el universo entero de alguien. Pasaron los seis meses y como prometió me preguntó si quería continuar con él, sin dudarlo le dije que sí.
El salió primero de la universidad, y consiguió un trabajo decente, y nos fuimos a vivir juntos al mes de graduarse. Al año yo me gradué y él me propuso matrimonio. Nos casamos de la forma más romántica que jamás hubiera imaginado, en una hermosa iglesia pequeña de un pueblo el día del amor y la amistad (algo parecido a San Valentín), llenó toda la iglesia de unas hermosas rosas blancas, invitamos a nuestros queridos amigos y nuestras familias, era sin dudas la boda perfecta, y cuando estuve a su lado en el altar se arrodilló, me besó las piernas y me dijo te amo, gracias por hacerme tan feliz.
Nuestra vida transcurrió de forma tranquila, difícil de creer para dos personas que habíamos sido tan locos en una época. Él trabajaba como analista de sistemas y yo enseñando español y literatura en un elegante colegio. Nunca llegó tarde, nunca hizo horas extras, nunca se fue a tomar con sus amigos, siempre durante todo el día estaba pendiente de mí enviándome mensajes, llamándome; diariamente al llegar a casa me traía cualquier cosa, una rosa blanca, un poema que escribió a la hora del almuerzo, un chocolate, una muñeca de trapo, siempre me demostraba que no paraba de pensar en mí.
Fueron dos años en los que estuvimos muy bien. Pero luego algo pasó. Llegó ese maldito día en que todo empezó. Debido a una reorganización del plantel, la seguridad del colegio pasó de ser del personal del colegio a ser contratada a una empresa de seguridad especializada, debido a todo este problema de armas y drogas, y dos meses después ocurrió lo impensable, uno de los supervisores que hacían la ronda al personal asignado al colegio era mi ex novio. Para mí fue caer en un completo agujero, nos encontramos por casualidad un día a la salida y nos miramos en silencio, él intentó hablarme pero salí corriendo y no le di la oportunidad, me temblaba todo el cuerpo, lloraba, reía, no dejaba de pensar en él, y sin darme cuenta desde ese día empecé a rechazar los acercamientos de mi esposo.
Durante dos semanas evité con todas mis fuerzas encontrarme con mi ex, me seguía buscando y en la salida trataba de acercarse pero yo salía en grupo con mis compañeros y no le daba la oportunidad. Pero él fue paciente y esperó el momento indicado; fue temprano un día y en un descanso cuando solo estaba yo en el salón de profesores entró y me saludó, yo tenía el corazón acelerado y afortunadamente estaba sentada pues muy seguramente me hubiera desplomado. Se sentó a mi lado y quiso tomar mis manos lo cual no permití, con voz suave me pidió que habláramos, quise irme pero me rogó que solo le escuchara. Me dijo que después de lo sucedido él se arrepintió profundamente de haberme abandonado, de haberme pedido que abortara a nuestro hijo, me dijo que me buscó para reconciliarnos y movió cielo y tierra para encontrarme cuando me fui pero no pudo lograrlo, me pidió perdón por todo lo que me había hecho sufrir, me dijo también que había madurado a las malas y que nunca había podido olvidarse de mí. Sin demostrar que tenía el corazón en la mano le dije que ya todo estaba en el pasado, que ahora tenía una vida y que no se preocupara más, que fuera feliz; sonrió con esos labios que yo tanto había amado y se me derritió el corazón, me dio un beso en la mejilla y sentí como antes esas cosquillas en el estómago, ese calor, esa alegría que sentía cuando estaba cerca de él.
Por dos meses nos mirábamos cuando nos cruzábamos en los pasillos, y una noche que me quedé hasta tarde para poder entregar notas al día siguiente, se quedó conmigo para asegurarse de que estuviera bien, a la salida me acompañó hasta el carro y al despedirnos me robó un beso en los labios, no tuve la voluntad de rechazarlo, tenía otra vez 16 años, estaba otra vez enamorada de él, era como si toda mi vida nunca hubiera sucedido y nunca nos hubiéramos separados. Ese día nos fuimos a un motel y terminamos haciendo el amor, yo no pensé en nada más sino en estar otra vez con él, sentirme otra vez entre sus. Al darme cuenta que era muy tarde le dije que tenía que irme y apresurada me vestí y salí corriendo para mi casa, donde encontré a mi esposo muy angustiado llamando a la policía, hospitales, familiares, para ver si sabían de mí; tenía cerca de 30 llamadas perdidas y casi igual número de mensajes de texto, me excusé diciendo que me quedé hasta tarde en el colegio, y que sumándole un embotellamiento que hubo se me hizo tan tarde.
Desde ese entonces tenía la necesidad de estar con mi ex. Mi ex se cambió a un apartamento que quedaba cerca de donde trabajábamos y como yo empezaba clases cerca de las 10am teníamos tiempo de estar juntos. Nuestros encuentros eran explosivos, casi nos arrancábamos la ropa tan pronto entrábamos al apartamento. Hacíamos cualquier cosa que ni me imaginaba hacer con mi esposo, estaba tocando el cielo con las manos, se me fue toda prudencia de la cabeza, hasta que un día salí embarazada; estaba segura que no era de mi esposo por que con él siempre usábamos condón, le dije a mi amante lo que pasaba, él me dijo que me apoyaría en todo lo que decidiera, pero que creía prudente que por el momento no lo tuviéramos por que no podíamos estar juntos, estuve de acuerdo. Estar otra vez en una mesa de operaciones en la misma situación me trajo recuerdos muy amargos, y mi dolor más grande fue darme cuenta que estaba terminando con un bebe que mi esposo estuvo pidiéndome por mucho tiempo. Él nunca supo nada porque creía que ese fin de semana estaba donde mi hermana, nunca dudó de mí ni me cuestionó el dejarlo solo, quiso acompañarme pero le dije que eran cosas de mujeres y su presencia más que ayudar molestaría.
Desde ese segundo aborto estuve muy triste, casi en depresión, inconscientemente me alejaba de mi esposo, me molestaban sus detalles, sus poemas ni los leía, sus rosas iban directo a la basura, no aguantaba estar cerca, incluso en la intimidad lo alejaba y haciendo un esfuerzo lo contentaba con sexo, no con cariño. No sé por qué no me alejé de mi amante seguíamos viéndonos casi a diario, mientras que mi esposo en la casa esperándome, cocinándome, arreglando el hogar para mí.
Y luego llegó el día de mi desgracia. Una mañana mi esposo se despidió de mí como de costumbre, como yo no quería besarlo en los labios, se arrodillaba como de novios y me besaba en las rodillas diciéndome te amo. No sé porque tuvo que regresar a la casa y descubrió un mensaje de mi amante; al principio lo negué todo, pero el mensaje era tan comprometedor que se dedicó a investigar. Descubrió los mensajes, fotos y videos de mi amante y mías en la intimidad, los desplantes que le hacía. Ese día volvió muy tarde totalmente desencajado, se notaba que había llorado todo el día, con heridas que se hizo al desahogarse; me pidió explicaciones, intenté minimizar las cosas pero las fotos y videos no daban lugar a duda. Fue en ese instante cuando me di cuenta de lo que había hecho, había traicionado al hombre que me amó incondicionalmente, sin reproches, sin dudas, que me había vuelto su universo, había visto lo lastimado que estaba y no pude aguantar las lágrimas y rogarle que me perdonara, al descubrirse todo hubiera querido que me gritara, hasta que me golpeara, pero lo único que hizo fue quedarse callado, no me volvió a hablar; en total silencio empezó a hacer su maleta y yo llorando desconsolada le rogaba que me perdonara, me arrodillé y le besaba las piernas como él lo hacía conmigo pero seguía inmutable, estaba histérica rogando por su perdón, no lo dejé que hiciera maletas y solo se llevó una muda de ropa en una bolsa.
Sentí un profundo vacío combinado con un dolor indescriptible en mi corazón y en mi alma, no paré de llorar en toda la noche, y para poder apaciguar ese dolor tan grande que estaba sintiendo me bebí todo el vino que guardábamos para ocasiones especiales. A la tarde del día siguiente yo lo seguía esperando dormitando a ratos y despertándome sobresaltada cuando creía que había llegado, y bastante tomada, lo vi llegar también muy desajustado, llorando le seguía pidiendo perdón pero el alcohol y la falta de sueño hicieron estragos en mí, no recuerdo mucho sino despertar con mis padres a mi lado llorando, mi mamá me dijo que mi esposo los había llamado para que se hicieran cargo de mí porque él se iba, me preguntaron si era cierto que le había sido infiel. Les confesé todo, que me había reencontrado con mi primer amor y que no tuve la voluntad ni la razón para rechazarlo.
Pasaron semanas en las que no supe nada de él. Lo llamaba cien veces al día, no paraba de escribirle emails y mensajes de texto pero no contestaba, y al poco tiempo su número dejó de funcionar. Mis padres me llevaron a su casa porque yo estaba entregada a la pena y al alcohol. Un día en la tarde recibimos una llamada del colegio preguntando por mí, pues yo no contestaba celular y en la casa nadie atendía. Ya estando más lúcida tomé fuerzas y fui al colegio, y lo primero que veo al llegar es a mi amante que estaba en la entrada, al verlo me llené de odio y me fui furiosa a cachetearlo y a insultarlo; le gritaba con todas mis fuerzas que por su culpa había perdido toda mi vida, lo más bonito que me había pasado. Él intentó tranquilizarme pero estaba tan enojada que no entraba en razón, gritaba a viva voz y se formó un escándalo público que llegó hasta la rectoría, me había vuelto una loca y no dejaba de agredirlo, él también se enojó y me golpeó tan fuerte que me tiró al suelo con la boca reventada. Todo este escándalo de infidelidad, llevó a que la rectoría me despidiera de mi puesto y pidieran a la empresa de seguridad retiraran a mi amante del colegio.
Luego vino otro golpe duro para mí, cuando llegó la abogada de mi esposo con los papeles del divorcio, no quise firmar, tenía que recuperarlo a como de lugar y se los rompí en la cara. Luego mis padres me aconsejaron que firmara los papeles, que al estar en esa posición solo demostraba mi egoísmo y no lo el amor que sentía por mi esposo, dos días después acepté y la abogada los trajo otra vez.
Antes de la firma de los papeles, teníamos que cumplir un trámite donde nos teníamos que encontrar, y a pesar de que el juez de familia y mi abogado intercedían por mí para que mi esposo y yo conversáramos, él solo estaba ahí mirando al piso en completo silencio, y su abogada solo decía que él estaba completamente decidido y quería dar marcha atrás, así que el juez concedió el divorcio.
No hay día en el que no me arrepienta de lo que hice, de haber caído tan fácil en una ilusión de hace tanto tiempo y haber lastimado tanto a mi esposo. Hace tres meses hubiera sido nuestro octavo aniversario y quise volverlo a intentar, le mandé un correo pidiéndole perdón otra vez, diciéndole que mi vida sin él era una tortura, y diciéndole que extrañaba muchísimo todo su amor, sus besos, sus caricias, sus abrazos, que aceptaría cualquier condición para volverlo a tener a mi lado, incluso si eso significaba que me tuviera como amante solo para sexo; creí que me iba a ignorar como lo había hecho en estos últimos años, y me hizo latir fuertemente el corazón cuando vi en mi buzón su respuesta, pero me decepcioné otra vez al leerla diciendo que ahora estaba con alguien más y que yo ya pertenecía al pasado, que él era feliz, y que ya me había perdonado, y deseaba y esperaba que rehiciera mi vida.
Ocultamente estos tres años lo he estado siguiendo a través de una amiga en común, que aunque me odia por lo que le hice a mi esposo, conocía mi primera historia con mi amante y eso ha hecho que por lo menos no me haya retirado el saludo y me deja ver que ha sido la vida de mi esposo, gracias a ella me di cuenta hace poco que él es totalmente feliz pues logró tener con otra la familia que tanto anhelaba, están esperando un bebé, y eso me hace estar más triste y más deprimida, pensar que yo sería esa mujer si no hubiera sido tan egoísta y tan ciega, y no haberme dado cuenta antes que lo tenía todo con mi adorado esposo. Que una hora del mejor sexo no compensa esa mirada profunda, esa sonrisa que nace de la nada, ese abrazo protector, esas palabras diciendo te amo que te da tu verdadero amor cuando te quiere de verdad.
Muchas gracias por leerme, y por favor disculpen lo extenso del mensaje. Escribo esta historia como una terapia para poder perdonarme, estoy medicada con terapia psiquiátrica para poder afrontar esta terrible soledad y este angustiante dolor que siento y que nunca creo que voy a poder dejar atrás.