He de confesar una cosa que me encanta hacer.
Hay muchas chicas que se llevan a sus novios de tiendas y mientras ellas se prueban la ropa, les dejan solitos esperando en la zona de los probadores, y yo entonces no puedo evitarlo, y paso por delante del chico y si noto que me mira de reojo, me meto en un probador cercano y dejo la cortina entreabierta como si no me diera cuenta y entonces empiezo a quitarme la ropa sabiendo que me mira hasta quedarme casi desnuda, Dios! hay veces que no pueden dejar de mirarme, es algo que me encanta.