Inquieta y ansiosa te encuentras tendida en la cama, con la venda en los ojos que te puse para esta sorpresa que te tengo preparada. Me acerco a ti, y suavemente beso tus labios mientras con las yemas de los dedos de mi mano recorro una de tus piernas hasta tu vientre, y allí me detengo acariciando suavemente, y ahora mis labios se dirigen a un lado de tu cuello besándolo lentamente y luego deslizando mi lengua de abajo hacia arriba me detengo un segundo y lo muerdo tenuemente…ahh, un leve gemido se te escapa, y mis manos se van a tu espalda, desabrochan tu sostén y te lo quito.
Tus senos desnudos incrementan mi excitación, y poso las palmas de mis manos sobre tus pezones y los roso haciendo círculos y al instante se te ponen firmes y duros. De inmediato mi lengua empieza a lamer uno de tus pezones muy lentamente, y tus gemidos no se hacen esperar, gimes mientras lo lamo, y succiono, luego lo muerdo suavemente y gimes más fuerte…ahhhh. Me paso a tu otro seno y hago lo mismo, pero con más intensidad y gimes sin parar.
Ahora mi boca sigue su camino por tu abdomen pasando por tu vientre con una con una cadena de besos pausados hasta llegar a tus bragas y mientras mi lengua se mete en tu ombligo, mis dedos van bajando tus bragas muy despacio hasta dejarlas fuera, y al instante mi lengua se desliza por tu sexo una y otra vez, vuelves a gemir y siento tu humedad en mi boca.
Luego de unos minutos de disfrutar tus mieles y llevarte al límite, me detengo y tomo un consolador que compre especialmente para este momento. Lo unto en su totalidad con un lubricante y empiezo a pasarlo por tu sexo suavemente y después de un momento lo introduzco suavemente hasta que entra en su totalidad y comienzo a meterlo y sacarlo aumentando la intensidad cada vez más, y tus gemidos retumban por toda la habitación entrando en delirio y finalizando con un orgasmo intenso y espectacular.
Cuando vuelves del orgasmo, te quito la venda de los ojos y te muestro el juguete nuevo que será el cómplice de nuestras nuevas fantasías.