Intercambiar los roles. Ahora tú eres él y él eres tú. Experimenta el placer sintiéndote en su piel. Puede ser muy didáctico.
Juega con el cuerpo y los órganos genitales utilizando elementos exteriores como vibradores o lubricantes para potenciar el placer.
Una buena idea es hacer una fiesta de disfraces. Tú puedes convertirte en una sexy enfermera, una estricta policía o una femme fatal, con bata de seda y martini en mano. ¿Te lo imaginas a él de bombero o de James Bond con esmoquin y arma incluida?
¿Eres golosa? Pues átale a la cama y úntale de
chocolate o nata y quítaselo como tú sabes. ¡Sweet San Valentín!
Para despertarle, siempre inocente, atácale con sexo oral o un Blow Job, como dicen los ingleses.