Sólo quiero contar mi caso
Hola, soy una mujer casada sin hijos. Hace cuatro años entré a trabajar en una empresa y le conocí a él, es un hombre casado y con niña. Al principio todo muy bien, teníamos una relación muy animada, es decir, nos hacíamos bromas y demás, pero dentro de la normalidad, a mí no me gustaba, además al año de trabajar allí me casé con pleno convencimiento.
A medida que pasaba el tiempo me iba sintiendo cada vez mejor en compañía de este compañero, más bien nuestro jefe. El es una persona super sencilla, cercano, extroverdito, divertido y siempre dispuesto a echarte un cable, en la empresa todos le queremos y respetamos incluso los jefes más altos, aunque tiene la misma edad que el resto de nosotros, treinteañeros, además es un chico super inteligente (creo que eso es lo que más me gusta de él amén de su sentido del humor). Al principio no pensaba que era nada fuera de lo normal hasta que un día una compañera me dijo en broma que si no me sentía agobiada, que era víctima de un acoso, yo me reí, pero esa frase despertó lo que yo intuía levemente.
Efectivamente, me empezé a dar cuenta, que buscaba mi compañía, era el blanco de sus bromas, intentaba rozarme tímidamente en cualquier ocasión, frases como "si el premio eres tú me apunto" y cosas similares.
A mí este flirteo me gustaba, me hacía sentir especial, alguno dirá que me podría sentir igual en mi hogar, también, a veces. Me casé con mi novio de toda la vida después de 10 años. Yo le quiero y estoy enamorada de él, digo enamorada porque le veo y me parece un hombre muy guapo y aún existe ese cosquilleo de pasión, es una buena persona y hace un tiempo que estuve en el hospital debido a un aborto me demostró que podía contar con él para todo, siempre está pendiente de mí. Hemos tenido una buena relación con sus altibajos, pero reconozco que desde que nos casamos y vivimos juntos, nuestras vidas son en ocasiones un pequeño infierno, discutimos mucho, muchas veces de tonterias, él me califica de chula y yo de violento, nunca me ha puesto la mano encima pero tiene unas reacciones que en ocasiones me asustan, a lo mejor dar puñetazos a la pared y gritos desenfrenados forman parte de la normalidad, pero para mí, que en casa de mis padres no he vivido situaciones similares no me lo parecen. Más de una vez le he dicho que se vaya de casa a causa no de la discusión en sí, sino de su reacción, luego viene arrepentido y me pide perdón y yo le perdono y así otra vez hasta que volvemos a discutir. Hasta aquí todo puede parecer normal en mi matrimonio si no fuese por el pequeño pero importante detalle que muchas veces parece ni que existo, es decir, si me tiño el pelo de verde no se dá ni cuenta, tengo que advertirle me he puesto mechas te gustan? o Qué te parece esto que me he puesto? y él contesta bien, muy bonito, sin siquiera mirarme y sin dejar de cambiar de canal en la tele, si me dice TE QUIERO dos veces a la semana me doy con un canto en los dientes. Yo sé que me quiere pero ya no veo la forma de hacerle entender que no basta con querer sino con demostrarlo.
En fin, hasta aquí he puesto los antecedentes de mi matrimonio, enfrascado en la rutina, por eso, cuando fuera de ella alquien te hace sentir especial es algo super peligroso.
Perdonar que a veces me vaya por los cerros de Ubeda, sigo con mi relato.
Después de notar estos pequeños detalles en mi jefe y que no hubiesen trascendido en mí a más a no ser por gestos que me hacían pensar que yo para él era más especial de lo que yo creía. El año pasado mi marido me envió flores al trabajo (siempre me quejaba que a todas mis compis les enviaban menos a mí) y yo claro super feliz por el detalle, resulta que a la hora de comer me fuí a sentar a su lado como siempre y antes que lo haga me miró y me dijo seriamente que ni se me ocurra, yo obviamente lo tomé como una broma pero luego en toda la comida no me habló (y habla como un cotorro) y encima antes que acabasemos el resto se marchó. Otra, a principios de año salí embarazada y antes de contárselo a nadie se lo conté a él, no sé porqué intuí que no le iba a sentar muy bien, y en el momento me dió la enhorabuena pero por la tarde ya estaba raro, me dió la impresión que estaba deprimido, no me hablaba, después de cuatro días de esto aborté y estuve un tiempo en casa, cuando volví, me decía en broma que ni se le ocurra a mi marido volverme a dejar embarazada porque le iba a dar una paliza. Hace unos meses, en una conversación sin ninguna trascendencia me dijo que teníamos que hablar de algo, yo me puse muy nerviosa y cambié de tema, a lo mejor, en ese momento tendría que haberlo dejado que se exprese, puede que el tema a tratar no haya sido nada de lo que yo pensaba pero puede que sí, bueno esa es una incógnita que no despejaré nunca. Y así detalles por el estilo.
Hace dos meses aproximadamente, le envié un mensaje pregúntandole que que tal le iba, que últimamente ni hablabamos ni comiamos juntos ni nada, siempre le veía enfrascado en su ordenador y yo por respeto ni entraba en su despacho claro. Me contestó que iba a volver a ser padre. Aunque sentí una punzada en el corazón le respondí dándole la enhorabuena y que luego subiría a darle dos besos por la noticia.
Me siento fatal, por una parte me siento una inmoral por sentir este tipo de cosas y no sólo por sentirlas sino por querer que en algún momento me bese, me declare de una vez lo que siente por mí. Por otra parte me siento mal por mi marido, no creo que se lo merezca, ni su mujer ni su niña, que por cierto el otro día la trajo al trabajo y me pareció una niña tan dulce, me sentí como una bruja por querer que las deje por mí.
No paro de pensar en él, intento convencerme que es pasajero, y que cuando pase el tiempo esto no me parecerá más que una experiencia más en la vida de la cual aprender y reirme, pero es tan difícil verlo todos los días y reprimir todo esto, siento que me ahogo en mis sentimientos, deseo a veces que me despidan y no volvernos a ver más. Yo intento seguir con mi vida normal pero es muy complicado, me levanto y me acuesto pensando en él, intento pensar en momentos que pasamos juntos, en las cosas que me dice, en como me mira, me habla, en todo, yo sé, que si alguna vez me quiso decir algo ya no lo va a volver a intentar y pienso que es mejor así, si yo no tengo cabeza para pensar por lo menos él sí.
Porqué he tenido que ser tan desafortunada en que me pasen éstas cosas?
Un beso para todos los que están en mi situación, que por lo que leo son muchos, por lo menos no me siento sola.
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Gracias por tus palabras
Muchas gracias por tus palabras, creo que tienes toda la razón, lo mejor que hice en su momento fue no dejarlo hablar, esperaré a que me pase este período de desenfreno (que pasa) y entonces volveré a verlo como lo que siempre tuvo que haber sido, un buen amigo y compañero. Es increible como por medio de estos foros podemos descargar nuestras emociones, personalmente me siento mejor, como si me hubiese quitado un peso de encima, ni la mejor sesión de psicoterapia me hubiese ayudado tanto.
Por cierto happiest2, soy nueva en el foro, tu historia me tiene intrigada, qué te pasó exactamente? a lo mejor colgaste tu historia pero no la encuentro. Un beso muy fuerte para tí.