Tengo 42 años y mis relaciones de pareja siempre han sido un completo fracaso. Siempre me sentía atraída por hombres que no querían nada serio. Y cuando encontraba uno que sí quería compromiso, siempre eran hombres con mal carácter que me montaban broncas por todo. Ahora llevo dos años con uno de los que sí quiere compromiso, pero que es muy irritable y nervioso. Yo estoy bien con él, pero no soporto los motivos por los que siempre se suele enojar conmigo y cada vez estoy más triste. Si estamos de vacaciones y tenemos relaciones día sí y día no. El día que no las tenemos se enfada. Los fines de semana pasa lo mismo. No hace falta que diga que no vivimos juntos y yo descarto totalmente vivir con él, ya que quiere tener sexo a diario y se enfada si eso no sucede. Yo tengo fibromialgia, fatiga crónica y otros muchos problemas de salud. Y aunque hago ejercicio y salgo a correr. Siempre estoy cansada. Por eso no quiero sexo todos los días. A veces me duele muchísimo la cabeza y sinceramente, no me apetece hacerlo con la cabeza a punto de estallarme. Como se lo mucho que se frustra si no tiene sexo, me esfuerzo por darle un poco de vidilla a nuestra relación sexual, pero a mi el cuerpo no me lo pide tanto como a él y se que no cubro sus necesidades. Cuando él me conoció yo ya estaba enferma, pero aún así, se frustra. El por su parte cualquier cosa que pido o necesito la cumple. Por eso siento que fallo yo. El otro problema es que ninguno tenemos hijos. El tiene dos perros de gran tamaño y yo gatos. El nunca duerme en mi casa, porque no quiere dejar sus perros solos por la noche y no puede traerlos a mi casa por mis gatos. Y como los gatos son más independientes, suelo ser yo quien va a su casa. Pero mis gatos son mayores y con frecuencia se ponen malos y necesitan tomar antibióticos o medicación dos veces al día por lo que no puedo irme . Mis gatos me hacen muy muy feliz. Llenan mi parte maternal truncada y adoro cuidarlos. Quizá incluso demasiado. También decir que su casa es muy grande y siempre hay trabajo que hacer en ella. Y yo no descanso nada allí. Donde me encuentro mejor es en mi piso. Y cuando quiero irme a mi casa ,él no lo entiende porque no quiere más que estar en su casa y yo en parte, aunque me esfuerzo por pasar mucho tiempo en su casa. No puedo evitar ser infeliz y desear irme a la mía, aunque luego le eche de menos. Me gustaría que opinaseis. Pensad que por lo demás, es buen compañero. Me hace la compra, para que yo no cargue peso, es cariñoso, ,le quiero, en fin...agradecería vuestras opiniones, ya que mi enfermedad y mi trabajo me dejan tan agotada que no puedo tener amigas y salir con ellas y conversar y cuidar mi amistad con ellas. Gracias por vuestro tiempo.
