Tengo una amiga que, con más de 30 años, no había tenido nunca novio, ni siquiera una aventura,y todo por una educación muy estricta en el terreno afectivo y sexual -lo que no le impide a otras personas que han vivido lo mismo el poder tener una relación de pareja- pero ella ha estado toda la vida soñando con el hombre adecuado que la respetara y que pensara como ella.
Aunque es una persona que ha estudiado, ha viajado y tiene buenas amigas, era incapaz de conocer a ningún hombre con el que poder tener una relación de pareja y seguía haciéndose ilusiones propias de una adolescente que idealiza el amor.
El caso es que conoció a un chico en un grupo religioso y comenzaron a salir. Lo pasaba muy mal porque era muy celosa y todas las amigas pensábamos que era por su inseguridad y su falta de mundología, pero algunas comenzamos a pensar que este chico no parecía muy ilusionado con ella; nos dimos cuenta por varios detalles, por ejemplo: un día que ella le dijo que había notado que se había fijado en otra amiga, él se hizo el ofendido diciendo que esa otra amiga era muy guapa, que tenía muchas más cosas en común con esta amiga que con ella, etc, pero que él la había elegido a ella.
A mí,esas explicaciones me resultaron raras; no sólo se recreó en enumerar las virtudes de la otra sino que no le dijo que estaba con ella porque estuviera enamorado sino porque la había elegido, ¿elegido?, ¿para qué?, ¿por interés acaso?.
Ella me pidió consejo y yo le dije lo que pensaba; que no estaba enamorado de ella y que iba a sufrir mucho con él. Posteriormente me llamó y me dijo que había decidido dejarlo y que, desde entonces se sentía liberada y tranquila. Como pensaba que ya todo había terminado, me confió que su novio le había comentado que de joven había sido homosexual (no sólo lo había sentido así sino que había tenido relaciones con hombres), que como no lo aceptaba había intentado olvidarse del tema saliendo con mujeres y siendo promiscuo. Entonces comprendí su comportamiento: él no acepta su homosexualidad y ha pensado que la mejor manera de olvidarse del tema es tener una relación estable con una buena chica con la que pueda formar una familia y autoengañarse aparentando que es heterosexual. El que fuera promiscuo con mujeres intentando olvidar su inclinación sexual no ha debido satisfacerle pero ha hecho que tenga facilidad para fijarse sexualmente en otras, por eso creo que los celos de mi amiga no eran imaginarios sino que ella percibía algo.
El problema está en que, al poco tiempo, me entero de que ha decidido casarse con él. No se atrevió a decírmelo y cuando no tuvo más remedio que hablar conmigo me pidió que no le contara a nadie lo que ella me había confiado.
El caso es que yo ya le he dicho lo que pienso y no quiero interferir en su vida si ella ha tomado la decisión libremente y está convencida de que es lo que quiere hacer. Creo que este chico la está utilizando (yo creo que inconscientemente) para autoengañarse y no pensar que es homosexual, que no está enamorado de ella y que este matrimonio será un desastre. Pero aun así me pregunto qué será mejor para ella: dejar a su novio y seguir con esa vida de "pseudorecluimiento" infantil, acompañada de los eternos remordimientos por haberle dejado -porque ya se sabe que cuando hay una ruptura se idealiza del todo a la otra persona- y además, yo veo imposible que pueda conocer a ningún hombre normal con la mentalidad que tiene y el estilo de vida que lleva. ¿O, quizá esta experiencia le ayude a madurar y, aunque lo pase mal con este matrimonio fracasado, es lo que necesita para espabilar y comenzar a vivir como un adulto y poder llevar una vida satisfactoria?
Gracias por leerme
