Hola, tal vez me recuerden.
Finalmente se llegó el día del examen, y yo seguía sin entender muy bien las cosas. Cuando nos estaban dando los resultados del test, yo estaba nerviosisisma, mi maestro se paseaba por entre los pupitres entregando las hojas, cuando finalmente llegó a mi, pude ver que había reprobado, pero junto con mi examen mi maestro me dio otra notita que decía:
Creo que necesitas otras leccioncitas, te espero.
Yo ya no sabía que pensar, pero el hecho de recordar la última vez me emocionaba.
Cuando llegué a su depa, mi maestro me llevó hasta la sala, donde estaba viendo la televisión, me dijo tengo que mostrarte algo, y con el control remoto puso a funcionar el dvd, cual fue mi sorpresa al descubrirme en la pantalla, estaba sentada en el estudio del profe, batallando con los ejercicios que me había puesto la vez anterior. Yo me giré a verlo, y el me dijo observa, yo volví mis ojos a la pantalla. Durante un rato vi como me cogian, volteaba a ver a mi maestro y podía ver lo excitado que estaba, finalmente me dijo, te vez sexy con esa faldita, yo me ruboricé. De repente sentí como mi maestro me levantaba y me sentaba en sus piernas.
Me empezó a acariciar los muslos y por debajo de mi faldita, yo me volteaba a ver la televisión, como había grabado eso?, me oía gemir y me daba cuenta de cosas que en ese momento no había percibido.
Entonces mi maestro me desabrochó la blusa y me dijo desilusionado:
- porque haces eso?
pues esta vez yo llevaba una camisita de tirantitos debajo, pero casi inmediatamente me la levantó y me empezó a lamer la buby que tenía más cerca, era lo que yo estaba esperando, me estremecí, y nuevamente decidí dejarme llevar por el.
Sentía bien rico, primero, con la punta de la lengua jugaba con mi pezón, que ya estaba parado, como fondo, escuchaba los rastros de la antigua cogida. Con una mano, me abrazó hasta dar con mi otro pezón y comenzó a pellizcarlo sin dejar de succionarme el otro pecho, con la mano que le quedaba libre, me levantó mi faldita y metió la mano ajo mis braguitas, cuando sintió lo húmeda que estaba se rió.
Mi maestro se puso de pié y se desnudó por completo, yo me quité la blusita, y cuando me iba a quitar la falda me dijo que no lo hiciera, que eso lo excitaba. Se acostó en el sillón de ladito y me acostó delate de él, pero acercando mi culito a su verga, me acarició culo y tetas, y de repente levantó mi pierna para que su cosa pudiera entrar, yo grité y el empezó a embestirme.
Luego me tumbó boca a bajo contra la mesita de centro y siguió con sus embestidas, sin saber porqué, yo empecé a negarme, diciéndole que no quería (aunque en realidad era lo contrario), pero el me decía:
- no mientas zorrita, sé que te gusta.
Me volteó y me puso boca arriba:
- abre las patas putita,
me dijo y yo muy obediente las abrí, el se abalanzó sobre mi cosita y empezó a lamérmela con fulgor era tan violento que me excitaba aún más, luego con sus manos empezó a estrujare mis tetas como si me estuviera ordeñando, luego se incorporó, preparó su verga y zaz, otra vez para adentro, yo gemía, gritaba y gemía, y mientras más lo hacía, más podía ver el morbo y la excitación en su cara, me soltó de los muslos, y aún dándome, empezó a frotar mi clítoris que ya estaba bien parado, empecé a gemir más fuerte, se sentía maravilloso, entonces empecé a sentir nuevamente ese calorcito, le grité métamela toda!!!, y el obedeció con la misma intensidad, entonces un grito más potente inundó el lugar, y yo lo empapé con mi mielecita.
El me tumbó boca abajo en el suelo, se arrodillo detrás de mi y me levantó el culo, me la metió sin miramientos y se montó en mí, empajándome contra el suelo, me agarró las manos y me las sujetó por detrás de la espalda, ahora si me sentía dominada, y eso me encantaba, me gustaba estar a merced de lo que él quisiera, finalmente me dijo que se venía y yo me preparé para la potencia, igual que la vez anterior, nos venimos al mismo tiempo, que rico.
Cuando estaba a punto de salir de su depa me dijo:
- Lizzy espera y me dio una hoja de papel, era un examen corregido Aprobaste me dijo sonriente, yo me devolví a besarlo y salí de ahí.
Cuando llegué al piso inferior, me encontré con un señor parado en la puerta de su depa, me miró fijamente, bajó el periódico que supuestamente estaba leyendo y pude ver su bultito, entonces empezó a moverse morbosamente, como simulando que se cogía a alguien, yo no esperé más y salí corriendo.
