Foro / Pareja

Relatos de un viajero - primera parte

Última respuesta: 20 de mayo de 2014 a las 5:57
A
adnane_5843911
3/5/09 a las 20:33

Saludos a todos, estoy escribiendo una serie de relatos eróticos y quiero compartirlos en este foro para que me den su opinión, en especial me interesa la opinión de las lectoras que son el público que tengo en mente al escribir.

Esta serie de relatos giran en torno a un personaje que he creado, están escritos en primera persona y aunque comparto algunas cosas con este personaje, los relatos no son autobiográficos y como dicen en las películas cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

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Relatos de un viajero

Desde pequeño me ha gustado viajar en avión y los últimos tres años mi trabajo me mantiene en movimiento de un lugar a otro, se que muchos no soportan un ritmo de vida como el que llevo, sobre todo si están casados y tienen hijos, este tipo de trabajos pueden arruinar un matrimonio en poco tiempo. Yo aún no tengo ese problema y por el contrario este ir de un lugar a otro me ha permitido descubrir una vocación, que es la razón por la que estoy acá contando mi historia.

Se que los que me leen están ansiosos de que llegue a la parte "interesante" de la historia, esa donde aparecen tetas suaves y redondas, ... húmedos y sexos erguidos listos para penetrar la carne, pero debo pedirles que tengan un poco de paciencia y tal ves serán recompensados.

Les comentaba de la vocación que he descubierto en mis viajes, y poniéndolo en términos simples, esta vocación consiste en ayudar a las mujeres a descubrir el placer. Antes de que salten a conclusiones, no no soy un gigolo, no lo hago por dinero, mi trabajo me permite tener buenos ingresos así que no cobro por sexo.

No soy dado a la falsa modestia así que debo decir que me considero un hombre atractivo, nunca he sido del tipo atlético, es decir de los que marcan musculo poniéndose una camiseta pegada, mas bien soy del tipo nerd, delgado y poco musculoso aunque voy al gimnasio para tratar de tener un buen aspecto. Se que me robo las miradas de muchas mujeres y algún que otro hombre, lo cual no deja de subirle a uno un poco la autoestima.

Volviendo a lo de mi vocación a lo largo de mis treinta y dos años y en especial en estos últimos que he viajado a diferentes ciudades, he podido descubrir un elemento común en muchas ciudades y es la de la gran cantidad de mujeres que desconocen su capacidad para el placer y pasan sus vidas en una gris monotonía sexual impuesta por sus creencias o las normas sociales o que incluso a pesar de considerarse sexualmente liberadas siguen sometiendo sus deseos a los caprichos de los hombres y al final quedan igual de insatisfechas que sus conservadoras contrapartes.

He descubierto que tengo un don para encontrar en estas mujeres las causas de su insatisfacción y por decirlo de alguna forma la llave que abre las puertas a su verdadera naturaleza sexual, la cual a veces esta tan reprimida que cuando logra salir lo hace como una erupción volcánica, que irremediablemente las cambia de tal forma que no pueden volver a ser como eran antes.

Lo que sigue de ahora en adelante son las historias de algunas de esas mujeres que he conocido en mis viajes y a las que, modestia aparte, les he abierto las puertas al placer... espero que las disfruten.

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Quedo pendiente entonces de sus comentarios, se que muchos estarán esperando las escenas de sexo., no desesperan ya están por llegar.

Ver también

A
adnane_5843911
3/5/09 a las 20:37

Relatos de un viajero - natalia
Puedo sentir los leves estremecimientos en el interior de los muslos de Natalia, mientras mi lengua recorre el borde de sus bragas, justo en esa zona entre su sexo y el comienzo de sus piernas. Observo su rostro ligeramente tenso y sus ojos azules que intentan ver lo que yo hago, pero se cierran intermitentemente cuando intent concentrarse el la sensación que genera el sentir mi lengua sobre su piel. Yo percibo su tensión, que es un producto de la mezcla del placer que le estoy brindando y la aprensión que le produce el pensar que esta haciendo algo indebido.

Conocí a Natalia en mi primer viaje a Santiago de Chile, ella estaba realizando la práctica laboral para su carrera en la empresa a la que llegue como asesor de un proyecto y la asignaron como parte del equipo con el que tenia que trabajar.

Desde el primer momento me impacto su belleza, sujetaba su cabello rubio y sedoso en una cola de caballo que le daba un toque de inocencia. Sus ojos azules dejaban entrever curiosidad e inteligencia. Ella era consciente de su belleza pero vestía de manera poco llamativa seguramente con la intención de hacer que las personas con las que trabajaba tuvieran en cuenta más sus capacidades que su físico. Sin embargo no era difícil adivinar la forma de sus firmes senos tras la blusa cerrada y sus piernas bien formadas bajo el pantalón.

Mientras mis manos retiran las bragas satinadas de color azul, puedo observar como su vello rubio, corto y definido surge detrás de ellas apenas ocultando los labios de su sexo. Mi impulso es el de abrir sus piernas de una vez y pegar mi boca a esa rosada concha que se oculta entre sus piernas. Pero la situación merece mas sutileza así que desciendo por sus largas piernas cubriéndolas de besos, hasta llegar a sus pies y desde allí comienzo de nuevo el ascenso hacia mi objetivo, besando, acariciando, lamiendo.

Fue un día, después de una larga jornada de trabajo, que decidí invitar a Natalia a cenar y luego a un bar, la idea era descansar un poco del estrés que producía el proyecto. Aunque ya había una cierta confianza mutua, note que Natalia no estaba muy tranquila con la propuesta. Más adelante me enteraría de que Natalia había terminado recientemente con su novio de la universidad, uno de esos tipos que creen que invitar a la novia a un restaurante elegante debe ser correspondido con sexo. No era de extrañar que Natalia pensara que aceptar mi invitación implicara una obligación similar.

No hay necesidad de separar las piernas de Natalia, mis besos alternados entre sus muslos han allanado el camino y su sexo esta completamente expuesto, tan húmedo que gotea. Doy un último beso y procedo a cubrir su sexo con mi boca, mi lengua roza ese punto clave que hace que un temblor suba por todo su cuerpo hasta terminar en un gemido. En ese momento sé que ya no hay más temores, Natalia esta completamente abandonada a sus sentidos.

Conversando durante esa primera cena y mientras tomábamos tragos en el bar pude conocer un poco mejor a Natalia, una joven inteligente y aparentemente liberada pero que aun mantenía los temores asociados al sexo producto de una educación conservadora. En ese momento aunque me sentía muy atraído hacia ella, no tenia intenciones de llevar la cosa más allá, faltarían un par de salidas similares para darnos cuenta de nuestra mutua atracción.

Ambos sabíamos que mi estadía en Santiago iba a ser breve y un futuro regreso poco probable. Natalia no era una mujer dispuesta a encuentros de una noche y yo no quería obligarla a hacer algo que luego la hiciera sentir mal. Sin embargo fue ella la que corrió el riesgo, y luego de darme un apasionado beso, pidió que la llevara a mi hotel.

Natalia acaricia sus senos con sus manos, toca sus pezones y su rostro refleja el placer que la inunda, gime profundamente mientras mi lengua se adentra en su concha húmeda una y otra vez, acariciando sus paredes, rozando su clítoris. No pronuncia palabra, pero el temblor de su cuerpo y la forma como intenta acomodarse para que mi lengua entre mas profundamente lo dicen todo. Estoy completamente intoxicado con el aroma de su sexo y siento como este tiembla mientras ella estalla en un prolongado orgasmo.

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Espero que lo hayan disfrutado, quedo pendiente de sus comentarios y sugerencias.

Pronto... Natalia Segunda parte parte

J
jolita_5935485
4/5/09 a las 20:05
En respuesta a adnane_5843911

Relatos de un viajero - natalia
Puedo sentir los leves estremecimientos en el interior de los muslos de Natalia, mientras mi lengua recorre el borde de sus bragas, justo en esa zona entre su sexo y el comienzo de sus piernas. Observo su rostro ligeramente tenso y sus ojos azules que intentan ver lo que yo hago, pero se cierran intermitentemente cuando intent concentrarse el la sensación que genera el sentir mi lengua sobre su piel. Yo percibo su tensión, que es un producto de la mezcla del placer que le estoy brindando y la aprensión que le produce el pensar que esta haciendo algo indebido.

Conocí a Natalia en mi primer viaje a Santiago de Chile, ella estaba realizando la práctica laboral para su carrera en la empresa a la que llegue como asesor de un proyecto y la asignaron como parte del equipo con el que tenia que trabajar.

Desde el primer momento me impacto su belleza, sujetaba su cabello rubio y sedoso en una cola de caballo que le daba un toque de inocencia. Sus ojos azules dejaban entrever curiosidad e inteligencia. Ella era consciente de su belleza pero vestía de manera poco llamativa seguramente con la intención de hacer que las personas con las que trabajaba tuvieran en cuenta más sus capacidades que su físico. Sin embargo no era difícil adivinar la forma de sus firmes senos tras la blusa cerrada y sus piernas bien formadas bajo el pantalón.

Mientras mis manos retiran las bragas satinadas de color azul, puedo observar como su vello rubio, corto y definido surge detrás de ellas apenas ocultando los labios de su sexo. Mi impulso es el de abrir sus piernas de una vez y pegar mi boca a esa rosada concha que se oculta entre sus piernas. Pero la situación merece mas sutileza así que desciendo por sus largas piernas cubriéndolas de besos, hasta llegar a sus pies y desde allí comienzo de nuevo el ascenso hacia mi objetivo, besando, acariciando, lamiendo.

Fue un día, después de una larga jornada de trabajo, que decidí invitar a Natalia a cenar y luego a un bar, la idea era descansar un poco del estrés que producía el proyecto. Aunque ya había una cierta confianza mutua, note que Natalia no estaba muy tranquila con la propuesta. Más adelante me enteraría de que Natalia había terminado recientemente con su novio de la universidad, uno de esos tipos que creen que invitar a la novia a un restaurante elegante debe ser correspondido con sexo. No era de extrañar que Natalia pensara que aceptar mi invitación implicara una obligación similar.

No hay necesidad de separar las piernas de Natalia, mis besos alternados entre sus muslos han allanado el camino y su sexo esta completamente expuesto, tan húmedo que gotea. Doy un último beso y procedo a cubrir su sexo con mi boca, mi lengua roza ese punto clave que hace que un temblor suba por todo su cuerpo hasta terminar en un gemido. En ese momento sé que ya no hay más temores, Natalia esta completamente abandonada a sus sentidos.

Conversando durante esa primera cena y mientras tomábamos tragos en el bar pude conocer un poco mejor a Natalia, una joven inteligente y aparentemente liberada pero que aun mantenía los temores asociados al sexo producto de una educación conservadora. En ese momento aunque me sentía muy atraído hacia ella, no tenia intenciones de llevar la cosa más allá, faltarían un par de salidas similares para darnos cuenta de nuestra mutua atracción.

Ambos sabíamos que mi estadía en Santiago iba a ser breve y un futuro regreso poco probable. Natalia no era una mujer dispuesta a encuentros de una noche y yo no quería obligarla a hacer algo que luego la hiciera sentir mal. Sin embargo fue ella la que corrió el riesgo, y luego de darme un apasionado beso, pidió que la llevara a mi hotel.

Natalia acaricia sus senos con sus manos, toca sus pezones y su rostro refleja el placer que la inunda, gime profundamente mientras mi lengua se adentra en su concha húmeda una y otra vez, acariciando sus paredes, rozando su clítoris. No pronuncia palabra, pero el temblor de su cuerpo y la forma como intenta acomodarse para que mi lengua entre mas profundamente lo dicen todo. Estoy completamente intoxicado con el aroma de su sexo y siento como este tiembla mientras ella estalla en un prolongado orgasmo.

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Espero que lo hayan disfrutado, quedo pendiente de sus comentarios y sugerencias.

Pronto... Natalia Segunda parte parte

Muy bueno...
Excelente comienzo de relato, en esta época de vacas flacas en el foro..

Felicitaciones...

J
jolita_5935485
8/6/09 a las 21:42
En respuesta a jolita_5935485

Muy bueno...
Excelente comienzo de relato, en esta época de vacas flacas en el foro..

Felicitaciones...


Y me quedé esperando la segunda parte...

I
ieva_5864372
20/5/14 a las 5:57

Siii
mm soy madura de 47 muy ardiente pero timida con los hombres soy casada pero mantengo con muchas ganas mm me encanta el sexooooooooooooooooooo.
cielo46@outlook.es

ISDIN Si-Nails

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