Y finalmente, como prueba de lo dicho, pueden observar como ni siquiera tienen capacidad para comunicar un argumento a su favor, porque por supuesto que no lo van a aceptar, como lo haría una persona objetiva y capaz de reconocer las limitaciones de su propia sociedad.
Miren, la carencia de comentarios de ellas, y miren la pobredumbre de su formación cultural y además, adviertan cómo no podrán formular argumentos que no hagan uso del insulto y la ofensa, pues adelanto que me dirán: frustrado, o que el reprimido soy yo, o que soy un tipo sin suerte...les adelanto que he tenido rollos con españolas, pocas pero las he tenido, y aun así sostengo lo dicho.
Por cierto, las españolas suelen quejarse de que los hombres españoles no se saben mover en la cama, una opinión muy recurrente.
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