Leo (y me ilumino) en Madame Figaro Magazine: las mujeres usamos zapatos de tacón alto y estrecho para reemplazar el pene que nos falta, que nuestros tacones son nuestros "talones de Aquiles"...
En "Sexo en Nueva York", Carrie Bradshaw se gastó en estilettos la pasta que le hubiera valido para un piso. Imelda Marcos no tenía esqueletos en sus armarios sino zapatos de tacón.
Y van los psicólogos y nos dicen que llevar talones altos es una forma de sustituir el pene que la naturalza no nos regaló .
La historia que una mujer tiene con sus zapatos es altamente pasional y exclusiva. Prestamos blusas, chaquetas, pero NUNCA zapatos, es la prueba máxima de fidelidad que podemos dar . Qién los habrá inventado? Sacha Guitry, con su humor ácido, dijo que "una mujer, harta de que la den besos en la frente"...
Los psicólogos y sociólogos están de acuerdo
que los zapatos dicen muucho sobre nuestro estatus social, y hasta sobre nuestra libido. Y dicen lo que pongo en el título de mi charla, que es nuestra forma femenina de "lucir pene", sin dejar de ser un símbolo de la femineidad. Según los mismos tener muchos pares de zapatos es símolo de fragilidad psíquica. Una mujer que se compra demasiados zapatos (ahora que me digan qué es "demasiado" en este caso) se niega a vivir sus fantasmas sexuales "hasta al fondo", que se siente arropada sólo con mirarlos y no necesita nada más (a mí me lo cuentan ) ..
Y ahora la pregunta refinitiva: Mujeres, preferís ir al infierno de zapatos de tacón alto (en que la parte más caliente se llama "estilettos") o en el paraíso, sabiendo que sólo vais a llevar zapatos sin tacón para el resto de vuestra inmortalidad?
(Yo voy acostumbrándome al calorcito).
Bueno, que todo esto no va muy en serio, pero me gustó la idea y la quise compartir.