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Mi primer relato - lo prohibido se antoja mas

Última respuesta: 31 de agosto de 2016 a las 21:25
A
akoala_dfabcez
25/7/16 a las 2:48

Cuando lo conocí todo fue muy claro, él un hombre de 45 años y yo 22 recién cumplidos. En aquella reunión de amigos se acercó a mí e iniciamos una plática interesante sobre viajes y destinos por conocer, que poco a poco se tornó más íntima.
Hablar de sexo con alguien tan maduro y experimentado hizo volar mi mente y desear probar esa experiencia.
Como todo un caballero te ofreciste a llevarme a casa y con gusto acepte, ya en el camino continuamos la charla un tanto picante y sin preámbulos me propusiste ir a un lugar más privado y continuarla. Sin dudas dije que si, ya mi sangre hervía y sentía un calor y ansias por comprobar tu fogosidad.
Entramos a una habitación pequeña pero cómoda y limpia. Sin esperar más tiempo me acerqué a ti y te abrace para besarte y morder tus labios, tú me correspondiste y metiste tus manos dentro de mi blusa para apretar mis pechos por encima de mi brasier donde se notaban mis pezones erectos y duritos.
Subiste mi brasier y te fuiste directo a pellizcarlos mientras con cada pellizco me mordías la lengua que se enredaba con la tuya y eso me provocaba dar pequeños gemiditos y suspiros de placer, que te enloquecen, y más rico los apretabas.
Me quite la blusa y mi brasier para que mis senos copa D quedarán libres y pudieras disfrutarlos. Sin perder tiempo los comenzaste a besar dando lengüetadas rápidas a los pezones y mordiscos ricos que me hacían humedecerme y dar gemiditos.
Nos movimos hasta la cama y te quite tu camisa rápido y tu desabrochaste tu cinto y pantalón y de un movimiento estaba ya en el suelo dándome una vista rápida del bulto que sobresalía de tu bóxer y el cual ya me saboreaba.
Me baje la falda y tú seguías acariciando mis senos y me senté en el filo de la cama quedando mi cara frente a tu miembro, así que baje de una vez tu bóxer y ahí estaba en toda su plenitud, brilloso, duro, caliente y con su puntita babeando, esperando a sentir mis labios.
Lo comencé s besar suavemente desde su punta y todo su tronco, miraba tu caras de placer y eso me excitaba muchísimo, mientras acariciabas mi cabello y lo metía cada vez más a mi boca y succionaba a la vez que metía una de mis manos bajo mi tanga y comencé a acariciarme despacito en círculos mi clitoris ya húmedo e hinchadito.
Al ver eso, tomaste mi cabeza y comenzaste a moverte poquito metiendo tu miembro más profundo en mi boca, yo apretaba los labios y movía mi lengua para darte más placer.
Saliste de mi boca y te arrodillaste frente a mí para quitarme la tanga y abriste mis piernas para dejar a tu vista mi sexo, que estaba babeando y abiertita de la excitacion.
Me acomode esperando lo que vendría y abrí mis piernas subiéndolas a la cama y de repente sentí tu lengua lamer mis labios mojaditos y rozar mi botoncito provocándome espasmos y calambritos ricos.
Mis gemidos se hicieron más fuertes y mi respiración acelerada al sentir como tú lengua rasposa se metía en mi cuevita y tu dedito la ayudaba a abrirse paso y comencé a moverme en círculos solo disfrutando ese placer tan rico.
Paraste de repente y te subiste encima mío para seguir besándome y chupando mi lengua, yo te recibí entre mis piernas y te dije al oído que te quería dentro de mi, ya no aguantaba te deseaba muchísimo y estaba muy caliente, tú sonreíste y acomodaste tu delicioso miembro en la entrada de mi cosita y mordiste mi cuello a la vez que me penetrabas, yo perdí control de mi al sentirte entrar y te abrace con mis piernas a la vez que rasguñaba tu espalda.
Me dolía un poco por tu tamaño y grosor pero no quería que te detuvieras y te lo decía constantemente entre gemidos, lo que te ponía más caliente y me embestías más duro.
Arqueaste tu espalda y te fuiste a morder mis pezones y los estirabas entre tus labios y comencé a gritar de placer y pedirte más y más duro a lo que respondiste volteándome y poniéndome en cuatro, como tanto me gusta, y me dabas embestidas más profundas jalando mi cabello y mis caderas golpeando tu abdomen, dándome nalgadas que retumbaban en todo el cuarto.
Ya no podía aguantar más y te dije con la voz entrecortada que ya estaba llegando a lo que aceleraste las embestidas y las nalgadas haciéndome tener un delicioso orgasmo entre gemidos y gritos de placer.
Te saliste de mi y me acomodaste boca arriba para meter tu miembro a mi boca y comencé a chupartelo rápido y jalándolo fuerte a la vez que acariciaba tus testiculos con cuidado hasta sentir como se tensaba y tu arqueabas la espalda y sentí como tú néctar lleno mi boca, estaba caliente y era una buena cantidad. Volteaste a verme y sin pensarlo lo trague.
Te recostaste al lado mío ya los dos cansados desnudos y nos quedamos un momento así para reponernos.
Nos dimos un baño y salimos de ahí a continuar el camino a casa.
Desde ese momento y a pesar de tener distintos destinos, siempre nos damos tiempo para escapar juntos y seguir disfrutándonos.

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F
frutos_6268525
31/8/16 a las 21:25

Muy bueno. Me excite al leerlo

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