Mi primer relato
Hola acabo de terminar mi primer relato y quiero que lo lean, la verdad por ser el primero acepto toda clase de críticas, me encantaría seguir escribiendo y mejorar en esto. Ahí les va:
Dicen que toda mujer sabe, en su instinto de hembra, cuando y con quien va a ser su primera vez esta historia es mera fantasía, incluso los nombres, pero, ese mismo instinto desearía que fuese 100% real.
Me llamo Helena, tengo 27 años, no seré la más agraciada, pero si creo que tengo lo mío, 1,60 de estatura, cabello negro, piel blanca, ojos verde aceituna, cejas bien definidas, muy marcadas, nariz pequeña, de cuerpo algo rellenito pero con buenas curvas, senos bien formados, no muy grandes pero sí de buen tamaño, se puede decir, culito redondito nada exagerado; soy adicta a Internet, por ahí trabajo, estudio y hago amigos, un buen día conocí a Ricardo de 33 años, él vivía en una ciudad diferente a la mía, bastante retirado, por cierto; coincidimos un par de veces en el mismo chat, hablábamos de todo un poco, que si con quien vives, que donde naciste, en fin cosas banales, un día me pidió mi messenger, que para poder encontrarnos más seguido y sin que nadie interrumpiera, ustedes sabrán que en una sala de chat pública uno está expuesto a continuas interrupciones.
Así las charlas se fueron haciendo más seguidas, intercambiamos fotos, imágenes en la cámara, saludos, las cosas fueron pasando del plano de amigos normales a algo más intenso, las conversaciones comenzaron a llegar a niveles más íntimos, se hacían más frecuentes cosas como que bonitos senos tienes, como es tu trasero, como han sido tus experiencias en la cama, cosas así, he de anotar que cuando llegó esa pregunta de la experiencia sentí cierta vergüenza, pues a mis 27 años, toda mi experiencia se reduce a masturbarme cada que tengo muchas ganas de sexo, que es casi a diario, y nada más. Con mucha pena admití mi virginidad, en ese momento Ricardo se quedó sin palabras, la verdad yo me sentía muy mal, él lo único que hizo fue pedirme mi número telefónico, no entendía lo que pasaba, pero cuando hablé con él lo comprendí todo, sus palabras no solo me dieron aliento sino que además hicieron asomar un sentimiento, no sé como llamarlo, amoroso tal vez de él hacia mi, ese día iniciamos un cibernoviazgo por así llamarlo, aunque la verdad yo estaba muy dudosa de ese tipo de relaciones, con el cibernoviazgo llegó el cibersexo, lo hicimos por teléfono, por messenger, con la webcam, nos tomábamos fotos que luego intercambiábamos eran momentos muy calientes y llenos de erotismo, además era algo nuevo para mí, siempre me decía lo buena que le parecía yo y cuan grande esa su deseo de meterme su verga en mi vagina, verga que por cierto no estaba nada mal para mi gusto, en las fotos y en la webcam la veía, si bien no exageradamente grande, si de muy buen tamaño, gruesa, rosadita con una cabeza que provocaba darle unas buenas relamidas, la verdad si le tenia muchas ganas a ese hermoso pedazo de carne que veía, en esas escenas de cibersexo, siempre me amenazaba con darme una buena cogida cuando me tuviera cerca, pues nuestros planes eran encontrarnos en el verano, para conocernos y ver que pasaba con nuestra relación ya en real.
El anhelado verano llegó, yo hice mis maletas y a todos mis familiares y conocidos les hice creer que me había ganado un viaje a la ciudad donde vivía mi macho, la verdad era que si contaba a que me iba y las condiciones en las que lo había conocido, me hubiesen tratado de loca y mi familia con lo conservadora que era me habría internado en un manicomio de inmediato, solo mi amiga mas intima sabía donde y con quien iba a estar, le di un teléfono de ubicación por lo que pudiera pasar. Tomé el avión que me llevaría a ese encuentro, el viaje se me hizo interminable, estaba muy ansiosa por ver a ese hombre que a esas alturas me perturbaba no solo hablando de sentimientos, sino sexualmente, a mi edad había tenido varios pretendientes y noviecitos pero no habían pasado de salidas a cine, a bailar, a comer, besito va, tomadita de mano viene, pero de ahí nunca habían pasado, nunca había sentido ese deseo, como me pasaba con este hombre. Por fin aterrizó el avión tome mi equipaje, atendí algunos asuntos legales y comencé a buscar la salida, la ansiedad era cada vez mayor, sentía que el corazón se me iba a salir, no sabia con quien me iba a encontrar, si me iba a gustar o no, venían muchas ideas por mi mente y la excitación a esas alturas mi tanguita era un río completo. Por fin buscando entre la gente encontré un par de ojos que me miraban y una boca que me sonreía, lo que estaba viendo no me gustaba ME ENCANTABA un hombre como de 1.70 de estatura, carita de niño bueno, unos ojos marrones bastante atrayentes unos labios carnosos que ya deseaba sentir sobre todo mi cuerpo y un paquete entre sus pantalones que desde hacía mucho tiempo estaba ansiosa por sentir por todo mi cuerpo el saludo no pudo ser mas efusivo yo me lancé hacia él y el me abrazó, nos besamos como si en realidad nos conociéramos de muchos años atrás, el rodeaba mi cintura con sus brazos y yo sentía que ya no podía más, me abrazó y tomamos mis maletas, subimos a su carro, hablamos del viaje, de todo un poco, el trayecto del aeropuerto a su casa era un poco largo, en ese lapso Ricardo puso sus manos en mis muslos, yo estaba totalmente encendida y correspondí haciendo lo mismo, pero sus inquietas manos buscaban otra cosa, comenzó a subir por mi entrepierna y a acariciar por fuera del pantalón mi conchita que para ese momento era un océano lleno de humedad, yo no sabía que hacer, era muy fuerte mi deseo, pero aun me pesaba mi inexperiencia, solo atiné a acariciarle muy suavemente ese anhelado paquete, era la primera vez que tenia una verga en mis manos, en eso estaba yo, cuando me di cuenta que él ya tenía su mano dentro de mi pantalón y sin descuidar su labor como conductor me daba una masturbada que ni en mis sueños me había imaginado, yo solo gemía con cada uno de sus movimientos, mi mano derecha no soltaba su paquete y con la izquierda me acariciaba los senos, ese par quería salir del sostén, los tenía tan duros que el más mínimo roce me producía una sensación de placer que nunca había imaginado y para rematar las palabras de Ricardo mmmm que traviesa, que rica humedad, eres mi hembra, como te deseo, no sabes las ganas que te tengo, todo llevó a una explosión deliciosa y una serie de convulsiones yo estaba feliz, era la primera vez que sentía un orgasmo de otras manos que no fueran las mías, era algo inigualable, hasta ese momento, claro, pero delicioso, el resto del camino se pasó entre toqueteos y besos mucho menos tiernos que el del aeropuerto, pero mucho más apasionados. Por fin llegamos a su apartamento, entramos, era un apartamento pequeño, pero muy acogedor, todo muy bien organizado, entramos de una vez a su habitación, yo estaba tan húmeda y caliente que entré a tomar una ducha, bueno también era un pretexto para ponerme un juego de ropa interior color rosa, muy chiquitita y casi transparente, tal como a él le gustaba, me bañé con agua fría, pero ni eso quitó la calentura que sentía me seque me perfumé y me puse la ropa interior, cuando salí del baño él ya estaba recostado en la cama, solo llevaba sus bóxer, el cuarto a media luz y el paquete que hacía un rato sentí en mis manos estaba muchísimo más grande, esa verga pedía a gritos salir de su encierro, justo ahí él se levantó de la cama y fue hacia donde yo estaba, petrificada y sin saber que hacer, sus ojos me desnudaban, aunque para estar desnuda no era mucho lo que faltaba, me tomó entre sus brazos y comenzó a besarme; yo sentía entre mis piernas ese deseado bulto, sentía su lengua entre mi boca, como danzando con la mía, su saliva y sus manos que comenzaban a recorrerme toda, empezaron en mi nuca y ya habían bajado por mi espalda hasta llegar a mis nalgas, ahí comenzó a darme nalgadas suavecitas y entre beso y beso me decía estas te las ganaste por malcriada, me dio la vuelta quedo a mi espalda, comenzó a recorrer con su lengua lo que ya había recorrido antes con sus manos, su boca se quedó en mi culito, movió mi tanga a un lado y magistralmente lo lamía de arriba abajo, su lengua entraba y salía por mi agujerito; sus manos ahora estaban sobre mis senos los tocaba los pellizcaba, yo solo gemía y repetía siiiiiiiii, sigueeeeeeeee, maaaaass, todo lo que sentía ni yo misma lo creía bajo una de sus manos a mi clítoris, y un rato más y vino el segundo orgasmo, muy fuerte, sentí como un río de lava que recorría lo más profundo de mí ahí no terminó, me recostó en la cama abrió mis piernas y siguió con la comida, pero esta vez en mi vagina, movía su lengua magistralmente y no solo su lengua con sus dedos jugaba dentro de mí, pasaba de mi chochito a mi clítoris, del clítoris a la vagina y entre lamida y lamida llegué a mi tercer orgasmo, aunque la verdad yo ya quería sentir su verga en mi interior, cuando terminé me desnudó completamente y yo, para corresponderle hice lo mismo, baje su bóxer y encontré ese hermoso miembro apuntando firmemente hacia mi cara, mi deseo de tenerlo entre mi boca era tal que preferí esperar la anhelada penetración, la verdad era totalmente inexperta en el arte de chupar ... pero sí una experta comiendo ice cream, entonces aplique mi arte en ese delicioso trozo de ... y me ayudaba con las manos, sé que mis primeros movimientos fueron torpes, pero con su guía y mi deseo me fui acoplando un poco a sus gustos, pasaba mi lengua por su cabeza, esa que tanto había deseado al verla en fotos, por el tronco, Ricardo solo gemía y acariciaba mi cabeza, cuando sintió que se corría me detuvo, me levantó y me besó con ternura, se sentó en el borde de la cama y con solo indicarme se puse sobre él, con sus manos fue guiando su ... hacia mi conchita, que estaba mas mojada que nunca, yo lo tomé por los hombros Me dijo que me deslizara suave, así lo fui haciendo hasta que ambos sentimos algo que no nos dejaba continuar, la verdad yo estaba muy ansiosa de tener su verga dentro de mí y con fuerza me dejé caer sobre él, sentí un dolor que me hizo gritar al tiempo que le clavaba las uñas, creo que eso lo excitó aun más, aunque afloró su lado tierno, me abrazó, me besó y esperó un ratito mientras yo me sentía más cómoda y comenzó a moverse, al principio suave y después como poseído por un animal, la verdad eso en lugar de asustarme me excito más, tanto que yo estaba igual, parecía que el mundo se me acababa; mis caderas se movían acompasadas a su cuerpo, parecía una perra en celo, en mi excitación gritaba como loca esooooooooooo, follame así, quiero más, no te detengas, dame todo lo que tengas, dame con toooooooodo, soy tu ... nunca, ni en mi más oculta fantasía me había visto así, su ... entraba y salía, veía su cara de niño bueno transformada sus ojos echaban chispas no sé cuantos orgasmos vinieron, de pronto una corriente calida me invadió toda, fluidos tibios escurrían por mis piernas, él cerro los ojos y en un ultimo gemido se dejó caer sobre la cama, yo caí sobre él, nos besamos con toda la pasión del momento, pero totalmente agotados, me abrazó y nos quedamos dormidos, así vinieron días y noches de pasión interminables ¿mi boleto de regreso a casa? Jamás lo utilicé, desde acá envié una carta renunciando a mi trabajo, llamé a mi familia y explique lo que había pasado y mis razones para no regresar, de ese día a acá han pasado ocho meses, ocho meses de pasión, de encontrar entre ambos nuestros puntos explosivos, de hacer realidad cada una de nuestras fantasías, de travesuras en discotecas, de luna de miel, gracias a él encontré lo caliente y lo salvaje que soy cuando de sexo se trata y esto me gusta, me hace sentir toda una hembra; estamos preparando nuestra boda para dentro de tres meses, y también estamos preparando a una amiga para invitarla a realizar nuestra mayor fantasía un trío, cuando suceda se las estaré contando
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Buen relato
Buen relato colombianita62 no omitiste detalles para ser el primer relato estuvo genial, se nota que sos de gran imaginacin,por tu nickname deduzco que sos colombiana, yo tambien lo soy. Te pongo aqui mi correo, si gustas para que intercambiemos experiencias.
la.mina10@hotmail.com