Actualmente, él tiene 17 años y yo tengo 23.
Ya llevamos 1 año juntos y todo nos va a las mil maravillas: nuestras familias ya lo aceptan y adoran a nuestra pareja, nosotros nos amamos y nos complementamos muy bien, tenemos las mismas metas,...
El año que viene nos iremos a vivir juntos, y con el tiempo, pensamos montar nuestro propio negocio (un restaurante).
He de reconocer que él nunca ha sido como los chicos de su edad: ni ha fumado, ni ha bebido, ni se ha drogado, ni se ha enrollado por enrollar con ninguna, se toma en serio sus estudios,... una maravilla.
Es bastante maduro para su edad, y yo quizás un poco cría para la mía.
Físicamente, él aparenta unos 18-19. A mí, no me ponen más de 18 (así que esto no es problema. Sólo los que nos conocen, saben de la diferencia de edad).
Hasta aquí, véis que no hay ningún problema.
Pero yo soy bastante insegura; él aún es un adolescente... con la cabeza sobre los hombros, pero un adolescente.
Me da miedo que un dia cambie el chip, y decida que prefiere las fiestas y los rolletes de una noche, antes que la relación estable de la que ambos estamos tan ilusionados.
Antes de empezar la relación, me encontraba entre él y un chico de 27, con el que habría tenido "la vida resuelta" (y no sólo económicamente, sino también de estabilidad). Pero los sentimientos eran mucho más fuertes por mi novio, y lo único que espero es no arrepentirme nunca.
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