El deseo sexual necesita distancia, diferencia, misterio
Muy buenas noches,
no sé si te servirá de ayuda, pero en una web, mirandoalsol, encontré esto y me pareió muy interesante lo que decía:
Hay muchas razones que nos hacen fracasar en el amor, pero sobre todo el fracaso proviene del exceso de expectativas. Queremos que nuestras relaciones sean románticas, emocional y sexualmente plenas; buscamos seguridad, apoyo económico, niños; esperamos que él sea nuestro mejor amigo, amante, confidente demasiado peso para una relación.
Una idea errónea es pensar que una alta intimidad favorece el deseo sexual. Pero, mientras que el amor busca cercanía, contacto y proximidad, el deseo lo que necesita es distancia, incertidumbre y duda.
La distancia, la falta y la ausencia alimentan el deseo sexual, que reside en un punto crítico entre la ansiedad y la fascinación. El fuego necesita aire, así que un gran aliado del deseo es el espacio. Si el amor busca cercanía, proximidad, familiaridad, el deseo necesita distancia, diferencia, misterio Un poco de incertidumbre nos hace querer más.
El amor y el deseo se relacionan, pero también entran en conflicto; ahí está el misterio del erotismo. El amor florece en un ambiente de intimidad, reciprocidad e igualdad; buscamos conocer al ser amado y mantenerlo cerca. Nos preocupamos y nos sentimos responsables de él. Para algunas personas es inseparable del deseo, pero para otras la intimidad emocional inhibe la expresión erótica.
Los elementos de cuidado y protección que se dan en el amor, pueden bloquear la espontaneidad que estimula el placer erótico. Por eso algunas personas se sienten más libres sexualmente con alguien que les importa menos emocionalmente.
El deseo no es dócil, es rebelde, no es políticamente correcto. Nuestra mente erótica nos revela, descubre nuestros sueños, aspiraciones y temores. Lo que nos excita en la noche puede ser lo mismo contra lo que luchamos durante el día. Hay que verlo como un juego. El sexo ha de ser interesante, vital, que nos incite a jugar e imaginar.
