MEMORIAS DE UNA GEISHA.- Estreno: 20 de enero de 2006. Director: Rob Marshall. Intérpretes: Zhang Ziyi, Gong Li, Ken Watanabe.
Beatrice Sartori
El 'best-seller' de Arthur Golden 'Memorias de una geisha' ha sido occidentalizado en Hollywood. Interpretada en su mayoría por actrices chinas, la adaptación está dirigida por el ex coreógrafo y director estadounidense Rob Marshall y se ha rodado en California, en inglés y con una banda sonora de John Williams, en la que se autoplagia con acordes reminiscentes de su 'La lista de Schindler'. Todo ello, con los ojos puestos en los Oscar.
No deja de ser una visión romántica de la cultura asiática trasladada lujosamente a la pantalla. Originalmente, fue un proyecto de Steven Spielberg, que adquirió los derechos de la novela para llevarla él mismo al cine. Manteniéndose Spielberg como productor, ha sido finalmente el director de la oscarizada 'Chicago', Rob Marshall, el encargado de narrar la peripecia vital de una joven cuyo espíritu inquebrantable la ayuda a vencer todos los obstáculos.
La aventura comienza cuando la pequeña Chiyo y su hermana Satsu son vendidas a un comerciante. Trasladadas a Kioto, son separadas y Chiyo es conducida a una casa de 'geishas', donde se gana la enemistad de su más carismática líder, Hatsumoto, interpretada por la actriz china Gong Li. Pese a que la someten a tareas de esclava prepubescente, pronto destaca como estudiante, aprendiz y, finalmente, perfectísima 'geisha'.
Rebautizada Sayuri, en sus años adultos es representada por Zhang Ziyi ('Tigre y dragón'). La actriz china ha sido duramente criticada en su país por aceptar un papel que representa una deshonra y una ofensa para la dignidad nacional. En la memoria colectiva china siguen muy presentes los acontecimientos sucedidos en Nanjing en 1937, cuando los japoneses mataron en 40 días a 300.000 chinos. Incluso algunos cirbenautas han sugerido que se prohiba la cinta y se retire la nacionalidad a Ziyi.
La película, al igual que el libro, deja claro que una 'geisha' no es una prostituta, sino una dama de compañía que ofrece placer a través de entretenimientos tradicionales, aunque algunos clientes tratan de ir un poco más lejos. Sayuri descubre que han puesto precio a su virginidad. Pero ella mantiene un enamoramiento platónico por el gentil Presidente, al que da vida Ken Watanabe ('El último samurai'), que logra erigir un personaje que exuda nobleza. Es entonces cuando el filme entra en el territorio del melodrama al relatar una historia de amor épica con la II Guerra Mundial de fondo.
En la atmósfera de amor frustrado y la represión de sentimientos, 'Memorias de una geisha' trata de recrear el ambiente agonizante de clásicos como 'Casablanca' o 'Lo que el viento se llevó'. El gran mérito de Marshall y de su guionista Robin Swicord es haber logrado una historia de amor más compleja que la escrita por Golden en 1997.
Los males de amores se complican con las emboscadas de Hatsumoto, que sueña con regir la casa de 'geishas' y que contempla el florecimiento de Sayuri como una amenaza. El clímax de su rivalidad cristaliza cuando ambas se enzarzan en una feroz pelea enfundadas en sus suntuosos quimonos.
Es la musa de Zhang Yimou, Gong Li, quien logra un mayor lucimiento. Sus afiladísimos pómulos, una belleza exquisita, que no parece declinar con más 40 años, y la perversidad de su personaje le permiten brillar con luz propia. Y Zhang Ziyi, tras su perturbador trabajo en '2046' para Wong-Kar Wai, demuestra que, para ella, el cielo es el límite.
A D E M Á S ...
Entrevista a Rob Marshall: Me sorprendió descubrir que las 'geishas' son, por encima de todo, artistas
Saludos,
Frambuesa51