Llevo un tiempo, un par de meses en esta situación.
Desde el principio: nos conocimos, nos gustamos y quedamos en un "primero debemos conocernos", por lo que, bueno, ella me gusta y mucho, así que despacio, quedando a tomar algo, a cenar, hablar... Conocernos, sin forzar la máquina, limitando el contacto físico, etc. Nuestros encuentros parten tanto de mi iniciativa como la la suya.
Sin embargo, parece que cada vez que nos acercamos un poco más, ella se aleja. Como si tuviese miedo, como si no estuviese segura de si quiere o no quiere. Luego vuelve a acercarse a la distancia inicial y así una vez, otra...
No somos unos niños, pasamos la treintena de años ambos. Los dos con nuestro bagaje emocional, experiencias anteriores, miedos, inseguridades, etc.
Por mi parte ya estoy totalmente confuso. O, más que confuso, inquieto. No quiero forzar nada pero... Temo que llegue el momento en que se traspase la frontera del "nos gustamos y podemos llegar a "formalizar" una relación" y pasemos a "somos amigos".
No sé ya si plantarle un beso de los que quitan el sentido, porque sí, sin buscar un momento "súper especial y adecuado". O si hablar de ello directamente con ella, que me diga qué es lo que espera del "nosotros". O, simplemente desaparecer y olvidarme de este mareo constante.
*La tercera opción, casi descartada, me gusta, mucho. Casi prefiero recibir una bofetada (literal o figurada) poniendo a prueba su reacción que quedarme con las ganas de saber qué quiere ella.