Javier Aaragone era el Presidente de la Fundación Aljibe, dedicada a resaltar los valores de la familia cristiana.
Hace poquitos días dos delincuentes entraron a su casa con intenciones de robo y lo asesinaron a sangre fría.
Me llegó por mail su última carta pública que comparto con ustedes:
"MIRAR A NUESTRO ALREDEDOR"
AMOR A LA VIDA
Un profesor fue invitado a dar una conferencia en una base militar, y en el aeropuerto lo recibió un soldado llamado Ralph.
Mientras se encaminaban a recoger el equipaje, Ralph se separó del visitante en tres ocasiones: primero para ayudar a una anciana con su maleta; luego para cargar a dos pequeños a fin de que pudieran ver a Santa Claus, y después para orientar a una persona. Cada vez regresaba con una sonrisa en el rostro.
"¿Dónde aprendió a comportarse así?", le preguntó el profesor. "En la guerra", contestó Ralph.
Entonces le contó su experiencia en Vietnam. Allá su misión había sido limpiar campos minados. Durante ese tiempo había visto cómo varios amigos suyos, uno tras otro, encontraban una muerte prematura.
"Me acostumbré a vivir paso a paso", explicó. "Nunca sabía si el siguiente iba a ser el último; por eso tenía que sacar el mayor provecho posible del momento que transcurría entre alzar un pie y volver a apoyarlo en el suelo.
Me parecía que cada paso era toda una vida".
¿Cuántas veces en nuestras vidas necesitaríamos tener este mismo tiempo, esta misma capacidad de observación y de disfrute entre paso y paso de nuestro caminar?
Son muchas las veces que nos ponemos un fin, una meta, un objetivo y caminamos hacia él con la mirada fija, o se nos presenta un problema e intentamos salir de él, también sin mirar a nuestro alrededor. Son muchas las veces que nos sentimos agobiados por el peso de nuestra vida cotidiana y no somos capaces de dirigir nuestra mirada a nuestro entrono, a cada uno de quienes nos acompañan, a quienes están cerca nuestro y comparten, con quienes existe una dependencia recíproca en el camino de la felicidad.
Y no hablamos de mirar alrededor para encontrar algo que está mal, sino para disfrutar de todas y cada una de las cosas de nuestra vida que están bien, que están en orden, que si fuéramos agradecidos deberíamos poder disfrutar.
Está por llegar nuevamente el Niño Dios y el "cómo llega" dependerá exclusivamente de nosotros.
Podemos optar por recibirlo como un hecho más de nuestra cotidianeidad, y si fuera así, lo recibiremos como un niño más, que es toda dulzura hoy y esperanza a futuro, pero que es hoy solo un niño para observar, atender y disfrutar.
Podemos también recibirlo como un real Salvador, el Niño que viene a cambiar el mundo y que para hacerlo depende de cada uno de nosotros, el niño que nos invita a vivir y disfrutar de todas y cada una de las cosas buenas que nos pasan y a agradecer por el hecho de que nos pasen, el Niño que nos invita a mirar a nuestro alrededor y a darnos cuenta que no todo está perdido, que no es todo malo, que es mucho más lo bueno que hay en el mundo, pero que debe ser rescatado para hacerlo rápidamente visible a los ojos de todos.
El niño es el Salvador que llega para hacer que nos salvemos nosotros mismos, que llega para decirnos que todo lo que necesitamos para crecer, mejorar y cambiar está en nosotros, pero que debemos descubrirlo y potenciarlo, y que para esto, debemos cambiar la mirada.
Que como Ralph, en la historia de su cambio, cada uno de nosotros aprendamos a vivir cada paso, no digamos como el último sino como el más importante, y que en nuestro caminar descubramos cada una de las cosas que valen la pena, nuestras y de los demás, esas cosas que nos alentarán a vivir y nos darán fuerzas para continuar y disfrutar de nuestras vidas.
Que en el próximo 2007, el Niño que nace nos llene la vida de LUZ y que con nuestros corazones iluminados hagamos nuestro aporte luminoso a un nuevo mundo de Paz.
Les deseamos de todo corazón que pasen todos una feliz Navidad, que puedan comenzar este nuevo año con muchos proyectos ya sean personales, de relación, laborales, sociales... y que puedan gozar de un tiempo para el descanso, el ocio y la tranquilidad.
Nos encontramos en la próxima carta.
Afectuosamente
Ma. Angélica y Javier Aragone
Fundación Aljibe
fundaljibe@expofamilia
Saludos