La fantasía del vecino (relato)
Hola amigos/@ estoy empezando a hacer relatos, y aquí os dejo uno. Espero que os guste mi blog es http://historiasparanopoderdormi.blog spot.com.es/
Suena el despertador, es domingo, me levanto un poco desanimada porque ciertamente los domingos me deprimen. Me dirijo hacia el cuarto de baño a asearme como cada día hago, me miro en el espejo y veo a una chica con una larga melena negra despeinada, solo tapada con unos shorts y una camiseta ancha en la cual se marca la rigidez de mis pezones, debido al frió que hace. Y es que, aunque no estamos en verano me gusta más dormir así, sintiendo el roce del edredón en todo mi cuerpo. Al verme, me pregunto si no estaré más sexy que cuando me arreglo, me siento guapa, a pesar de que siempre me he considerado una chica normal. Termino de asearme y me dirijo a desayunar, como todas las mañanas desayuno esos cereales asquerosos pero que me ayudan a mantener la línea, después me propongo hacer todas las tareas de la casa como cada domingo hago y es que la rutina me mata y el domingo me deprime.
Vuelvo a mi cuarto y levanto la persiana, observó el patio de la terraza, miro la ventana que esta justo enfrente de la mía pero en el piso de abajo, es entonces cuando veo a mi vecino, no sabía cómo se llamaba ni la edad que tenia, yo intuía que sobre los 18-19 porque todas las mañanas lo veía esperando el autobús, supongo que para ir al instituto. Le seguí observando porque no quería hacer las faenas de la casa y así ganaba algo de tiempo. De repente se quito la camiseta, nunca me había fijado en él, y es que a mis 27 años me gustaban más maduros, más acordes a mi edad. Pero he de decir que no estaba nada mal, sin apreciarle abdominales tenia buen cuerpo. Yo seguía cotilleando a través de la ventana cuando él se bajo los pantalones y los tiro a la otra punta de la habitación mientras se sentaba en frente del ordenador. Desde mi posición podía ver claramente todo lo que hacía, pude observar como el chico se la estaba acariciando suavemente por fuera del calzoncillo. Quería dejar de mirar, sabia que eso estaba mal pero no podía, quería ver el espectáculo entero y tenía el mejor sitio posible. El chico seguía a lo suyo, iba aumentando el ritmo de sus caricias, podía ver su cara de placer y como su bulto crecía al igual que mi excitación, y es que la situación me estaba poniendo bastante cachonda, el hecho de que yo le pudiera ver y el a mí no, me excitaba de sobremanera. Mis pezones se clavaban en la camiseta, y me empecé a sentir húmeda, sin darme cuenta deslice mi mano por mi vientre y la introduje dentro del short, empecé acariciándome suavemente mientras con la otra mano agarraba uno de mis pechos, lo apretaba y lo soltaba, sobándolo y excitandome a cada segundo. Mis ojos seguían clavados en ese chico cuando de repente se bajo los calzoncillos, pude ver su ... aun estaba caída pero la verdad era bastante gorda y nada despreciable, me moría ganas de verla completamente erecta apuntando al cielo. Se la agarro fuertemente con un mano y empezó a bombearla, de abajo arriba y de arriba abajo. No podía dejar de mirar, seguía acariciándome pero quería mas, rápidamente me quite la camiseta y empecé a pellizcarme los pezones, pensaba que se me iban a salir. Seguía acariciándome el clítoris, pero cada vez más rápido, estaba completamente mojada, mi mano se movía sola, en círculos, de arriba abajo y de izquierda a derecha, me frotaba con fuerza, a la vez que deslizaba los dedos por mi rajita. No aguante mas y me quite el short estaba completamente empapado. Empecé a gemir tímidamente, me mordía los labios del gusto, estaba en el séptimo cielo y es que la excitación y el morbo me mataban y hacérmelo de pie me ponía a mil. Mi amigo seguía con lo suyo, también se estaba masturbando muy fuerte, ponía una cara de gusto que me ponía aun mas cachonda. Al mismo tiempo que se la meneaba, se palpaba y tocaba los testículos, el ... estaba disfrutando tanto como yo. Su ... estaba completamente erecta, notaba como se le marcaban las venas, como le brillaba toda por el líquido que desprendía. Era bastante grande, no la más grande que haya visto pero si de las que más. Me notaba la boca seca, me moría de ganas de sentirla, de probarla de recorrerla con mi lengua, de ser yo quien le proporcionara esa cara de placer. Quería estar ahí, que me lo hiciera salvajemente encima de la mesa, que me empotrara contra la pared y me follara sin contemplaciones. Pero estaba detrás de una ventana completamente desnuda y masturbándome como si no hubiera un mañana. Mi cuerpo se estremecía del placer estaba empapada, me empezaba a introducir los dedos, estaba tan mojada que entraban solos. Gemía del gusto mientras los orgasmos se sucedían, pensaba que iba a estallar, fue entonces cuando empotre mis pechos contra la ventana, los notaba aprisionados por el frió del cristal, restregándolos a través de él. Mientras, mis caderas se movían solas, me estaba masturbando como nunca antes había hecho, mi respiración se aceleraba, el cristal de la ventana se empañaba por ello. Me daba golpes en el clítoris y me introducía los dedos como si me fuera la vida en ello, me sentía más mojada que nunca. Sentía que me iba a correr en cualquier momento. Mi compañero también parecía que estaba cerca de terminar porque se masturbaba con una fuerza y rapidez bestial. Notaba sus gemidos, como abría ligeramente la boca del placer. Cerró sus ojos, abrió la boca para soltar un fuerte gemido y soltó un potente chorro de leche por su manguera. Su cara, en el momento de correrse su expresión sus gestos y su semen saliendo disparado. Me corrí en el acto de verlo, solté tal gemido que pensé que alguien lo podía haber oído (cosa que aun me excito mas) notaba como mis fluidos se deslizaban por mis piernas, estaba completamente exhausta. Me aparte de la ventana y fui a darme un baño, desde entonces ningún domingo ha vuelto a ser
Ver también
Ni caso
al primer comentario. Si quiere pajearse rapido que busque un video guarro. El relato es incluso corto. Animo y sigue escribiendo.