La colada

La colada
18/07/2009
Mi ropa interior se lava a mano.




Es domingo, mi chico se acaba de sentar a leer el periódico. Me gusta venir a importunarle en estos momentos, y sé que a él en el fondo le gusta también.

- Venga, pepa, cariño, es hora de que hagas la colada -le digo con un tono sensual, y él entiende perfectamente a qué colada me refiero.

- Enseguida mi vida.

Y él solito ya sabe lo que tiene que hacer, sin que yo le diga nada. Se va al dormitorio, se quita toda su ropa, y en bolas se dirige al cesto de la ropa sucia. Allí rebusca hasta que saca todos mis sujetadores, bragas, tangas, calcetines y medias. Las mete en un cubito y se va al baño.

- ¿Estás seguro que llevas todo?

- Si, cielo.

- Esto te falta -le digo mientras me quito las braguitas rojas que llevo puestas en ese momento, y él en lugar de mirar la prenda que le lanzo, se queda embobado mirando mi ... me gusta tenerle todo el día excitado.

- Puedes olerlas si quieres.

Después de recoger y oler bien ese trozo rojo de tela que tanto le ha gustado, lo mete con el resto de la colada y entonces sí que va al baño, no sin antes entrar en la cocina para recoger el bote de detergente para prendas delicadas de Norit y el detergente de prendas negras. Desde el principio le dije que quería que estas ropitas quería que él las lavara a mano y con productos adecuados. Son prendas bonitas y caras, que además van pegadas a mis partes más íntimas, preciosas y delicadas, y quería que él fuera lo suficientemente cuidadoso con ellas. Y sólo puedo decir que él siempre se ha esmerado en este tema.

Llega al baño, coloca los botes de detergente cerca de él, coloca el cubo en el suelo y él se pone de rodillas. Le dije en su día que le ordenaba que lo hiciera de rodillas como se lavaba antes, para que estuviera siempre atento a lo que hacía, para que lo hiciera bien, y para que sufriera algo mientras él estaba tocando esas prendas mías.

Vacía toda la ropa en la bañera, separando la negra de la del resto de colores y echa agua en el cubo. Empieza por las que no son negras, con el Norit. Me gusta ver sus manos restregando braguitas y tangas rojas, rosas, blancas, de florecitas, frotando por la parte de arriba y por la zona que va más pegada a mi conejito. Si en alguna de ellas ve rastros de mis líquidos se entretiene más para que quede bien limpio. Yo suelo estar presente detrás de él mientras él hace su trabajo y le voy haciendo comentarios de lo que hice el día que llevaba tal o cual prenda. También me gusta ver como su ... se pone dura todo el tiempo que él lava y lava, es señal de que le gusta hacer esto, que es muy fetichista, y que le gusto tanto yo como la ropa que llevo yo.

Luego coge esa ropa recién lavada y la tiende con mucho cuidado y con unas pinzas adecuadas que no dejan marcas.

Después vuelve y lava los sujetadores, medias y calcetines. Repite todo el proceso, y para acabar con las prendas de color negro. Tiene prohibido lavar sus bragas a mano, las suyas las lava con el resto de ropa en la lavadora.

Y para terminar y si ese día estoy de buenas, le dejo que se masturbe para que descargue de la excitación que ha acumulado. Pero debe echar su semen en un vasito, bebérselo y agradecerme que le haya dejado correrse y sobre todo, que le haya dejado lavar mi ropita interior. Y por la cara que tiene al final estoy segura que ha preferido esto a leer aburridas noticias.