Hacer el amor: desde el sofá a la cama.
Era una de las primeras veces que hacía el amor con mi novio. Éramos ambos adolescentes de 16 años...
Mi novio tiene un hotel a un pueblo del que vivo yo y yo iba a visitarlo 2 veces a la semana durante la época del secundario. Por lo general, salía del colegio, comía y viajaba a verlo.
Ese día llegué al hotel y, puesto que hacía mucho calor, yo me puse una mini de bambula muy provocativa con una tanguita de encaje abajo para excitarlo y excitarme antes de ir a la cama.
Así, cuando llegué, él estaba en una de los sofás mirando la tv y me recibe con un beso exquisito impregnado de su aroma a hombre que me volvió loca. Inmediatamente me siento al lado y empiezo a besarlo muy apasionadamente, al tiempo que él me dice: "Para un poco amor que puede llegar alguien". De hecho, era muy factible que así fuera porque estábamos sobre el hall de entrada. Pero yo sabía que él se estaba poniendo muy caliente y no podía parar de besarlo. Mi lengua muy dentro de su boca daba con el hilo transparente de mi excitación que conectaba de modo morboso con mi clítoris y, al instante, mi vagina hervía en su zumo. Él pone una mano sobre mi escote (muy pronunciado, por cierto) y empieza a tocar mis senos bajando hacia mis pezones y frotándomelos muy fogosamente. "Ay amor, estoy muy caliente" me susurra a mi oído y yo no puedo dejar de imaginarme el salvaje aroma de su pene sobre mi boca tal siento el aroma a hombre de su cuello y sus labios. Comienzo a bajar mis manos hacia su pene y lo agarro con firmeza sobre la tela de su pantalón, excitándome y compeliéndome a imaginar cómo ibamos a destrozarnos en la cama en unos momentos. Al mismo tiempo, el comienza a subir una de sus manos calientes por debajo de mi pollera y no sólo me agarra la cola con fervor sino que me vuelve loca frotándome el clítoris debajo de la tanguita de encaje y pone los ojos en blanco de placer. "Paremos amor que puede entrar alguien". "Vamos a la pieza", le digo. "No puedo, tengo que esperar a que venga alguno de mis viejos para poder irme porque sino queda la recepción sola": "Pero amor no puedo más". "Yo tampoco, hermosa. Te voy a matar en la cama".
Así, esperamos unos 20 minutos más frotándonos y besándonos muy ardientemente. Hasta que ¡BINGO! viene mi suegra (nunca en mi vida había deseado tanto su prescencia). Nos quedamos un rato más sobre el sofá para disimular y para que a mi novio se le baje un poco el pene. Entonces, tras un instante, ya no pudimos esperar más y nos fuimos a una habitación chiquita donde sólo cabía una cama matrimonial, lo que la hacía muy fetichista. La habitación invitaba a la cama. Desesperados, nos sacamos la ropa y yo me quedo con la mini. Se sienta sobre le borde y me arrodillo para tragarme su pene. Se lo chupo con salvajismo sintiendo su cabecita sobre mi lengua y deslizando mi boca sobre su tronco como una desquiciada. Él no puede más y me da vuelta de modo que yo, dándole la espalda, me siento arriba de él autopenetrándome. Y entro en un éxtasis sin salida. Inundada de flujo, lo cabalgo y gimo mientras el me estruje las tetas y yo le acaricio los testículos con frenesí, sintiendo todo su pene dentro mío, deslizándose en mi vagina a la vez que mi cuerpo se eriza y me invade el placer. Me agarra de la cintura y me saca para darme vuelta y lamerme las tetas como un trastornado. Me mordisquea los pezones y me siento arriba de su pene otra vez pero con las bocas frente a frente, comiéndonos. Y lo cabalgo con la lujuria invadiéndome en todo mi cuerpo. Como me gusta tu concha, me dice y exploto de placer. Y a mí me encanta cómo me la metés, le digo y él siente lo mismo. Me lo dice con sus gemidos, con su respiración agitada y con sus besos profundos
Luego, me salgo de esa posición y, mientras intento ponerme en cuatro, me agarra de las nalgas acariciándome el ano a la vez que me lame el clítoris, besa mis labios vaginales con furor y llena su boca de mi flujo, al pasar por mi orificio vaginal abierto como una flor. Por fin, ya en posición perrito me agarra de la mini y me mueve contra él embistiéndome fogosamente con cada bombeo, frotando increíblemente mi clítoris contra su pubis tan masculino. No duramos mucho así. Pequeños orgasmos sucedían en mi cuerpo y ya no podía esperar más a cabalgarlo hasta el orgasmo máximum. Así que me saca la pollerita y se pone boca arriba sobre la cama para que lo cabalgue hasta clímax. Nos besamos y nos acariciamos fervientemente el pecho, los senos, los cuerpos y me monto por completo encima de él, gimiendo y gritando como una loca. Él se muerde los labios en un exceso de placer y alcanzo el orgasmo a la vez que siento que acaba dentro de mí con una corriente caliente de semen. Me desplomo sobre él y nos quedamos acariciándonos muy románticamente mientras los dos nos declaramos todo nuestro amor reiteradamente. Agotados, nos fundimos tiernamente, satisfechos por haber hecho el amor tan alocadamente, con los cuerpos saturados y los corazones henchidos del fuego del sexo.
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Creativa
me gusta cuando uno se expresa con libertad, pero como q sos un tanto especifica jaja.... bueno ya q tenes experiencia, podes decirme xq no puedo lograr un orgasmo con mi actual pareja?? q tengo q hacer..