En la ducha
Hace ya algunos dias que me noto muy caliente. El aire en torno a mi crepita. Lo noto como si me acariciase haciendo que mis pezones esten erectos como dos canicas marcandose en mi camiseta.
Camino por la calle, y el aire caliente sube por mis pantorrillas, acariciando mis muslos rozandome en mi zona mas erogena que la siento humeda y palpitante. Me paseo arriba y abajo como una gata en celo, provocando con la mirada, entreabiendo mis labios con deseo, rozando mis muslos con ganas mientras camino por la acera plagada de gente.
Ayer me dormi agotada de ganas de sentir mi cuerpo invadido, abrazado, contraido contra un pene firme y caliente agitada balanceada y penetrada por el. Desperte entre temblores a la una de la mañana. Hacia calor y mi cuerpo transpiraba de deseo. Me meti en la ducha. Un chorro tibio comenzo a acariciar mis hombros y mi pecho. Llene mis manos de gel y comence a enjabonarme lentamente. Mi piel es muy suave, esta bronceada de la playa y mis pechos redondos y respingones se endurecieron al sentir mis manos acariciandolos en circulos y mis pulgares jugueteando con mis pezones. Mi mano izquierda continuo acariciandolos desde abajo, apretandolos, a veces retorciendo las puntas de mis mamas arrancandome un gemido involuntario. Mi mano derecha bajo hacia el vientre, uno de mis dedos se colo en mi ombligo rodeandolo mientras mi mano se giraba hacia mi cadera y continuaba enjabonando mis nalgas. No pude evitar poner mi culito en pompa, abriendo mi ano hacia esos dedos que avanzaban y lo acariciaban y separar un poco mis piernas para que mis dedos alcanzaran mi clítoris desde atrás.
Mi mano izquierda abandono mis pechos y desde delante continuo el trabajo en mis labios hinchados y en mi clítoris palpitante. Uno de mis dedos ya estaba dentro de mi. Se habia deslizado como de milagro. Otros dos le acompañaron. Estaba húmeda, palpitante y extrañamente devoradora, mis dedos parecian atrapados dentro de aquella carne caliente. Me deslice hasta el suelo de la ducha. El agua caía sobre mi. Me acariciaba el cuello y el pecho. Se deslizaba por mi vientre y se colaba entre mis piernas. Apoye mis nalgas en el plato de ducha y separe las piernas apoyandolas en la pared.
Llene de nuevo mis manos de jabon y comence a acariciarme las piernas. Primero los tobillos, despacito y muy suave segui por una de mis piernas, continué subiendo por mi muslo y una vez mas llegue a mi entrepierna. Palpitaba de placer. Mientras intentaba no gemir, mordiendome los labios acariciaba lentamente mi clítoris, mi rajita, colaba un dedito en mi ano. Mi propio cuerpo se retorcia contra mis dedos y cuando por fin deslice de nuevo dos de ellos, mi carne los apretó y los succiono y mis caderas comenzaron a mecerse y a embestir contra ellos. Me encanta culear cuando hago el amor y mis caderas comenzaron a girar en torno a mis dedos, a apretarlos, a comerselos, a follarselos.
Estuve asi un buen rato, hirviendo de placer, hasta que mis ojos se fijaron en un pequeño bote de gel de viaje, de unos 15 cms de alto y 4 cms de diámetro, lo alcance sin dejar de mecerme y en una de las embestidas retire mis dedos empapados de flujo y comence a metermelo. Al principio estaba un poco frio, pero mi cuerpo en seguida se abrio y empece a deslizarmelo lentamente, casi no podia respirar, entraba y se hacia sitio a traves de mi carne llenandola, abriendola, follandome.Cuando al fin estuvo dentro, estaba sofocada de puro placer, abierta de piernas, con el agua rebotando entre mis pechos y una de mis manos manejando el bote, mientras con la otra me ayudaba a empujarme contra el.
Mi cuerpo estaba totalmente tenso, mis piernas empujaban contra la pared de enfrente, mis caderas embestian contra el bote haciedome gemir de gusto, jadear de puro placer. El bote me apretaba la carne, se deslizaba muy fuerte, una y otra y otra vez, mis caderas parecian a punto de estallar, mis hombros se golpeaban contra la mampara de la ducha y yo solo podia jadear y gemir incontroladamente. De repente senti como un terremoto deslumbrador que me recorrio de arriba abajo, me senti a la vez languida y euforica, y me quede rendida y felizmente agotada en el suelo de la ducha con el agua tibia deslizandose entre mis pechos y el bote de gel humedo y deslizante asomado entre mis muslos.
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Felicidades
ya no habia visto buenod relatos por aki estamuy bien escribes muy bien, avisame si escribes otro si me encantaria leerlo