No era una tarde normal, el viento frío soplaba fuerte, era uno de esos domingo en que te quedas acostado bajo el calor de tus sabanas, pero no era mi caso, debía trabajar, me tocaba turno de 24 horas, era sencillo, pero muy solitario.
Ahí solo con el frío reinante en Santiago, comencé a extrañar a una mujer a mi lado,no es bueno dejar a un hombre solo con sus pensamientos, no es nuestra culpa pero la calentura nos gana la mayoría de las veces. Aun era temprano, por chat comienza a hablarme una "vieja amiga", ven a verme al trabajo le dije, ella no dudo mucho en aceptar.
Enserio dudé si seguir con aquello, era una madre soltera de dos pequeños niños, su rápida intervención me daba claros indicios de que es lo que buscaba.
Al rato después llegó, su escote pronunciaba dos grandes razones para saludarla, a pesar del frío, ella pudo sentir mi protuberancia al abrazarme, sin decir nada me sonrió.
Entramos en la cabaña que se supone que yo debía cuidar, y comenzamos a charlar un rato, me retiré para buscar más leña y al volver, ella estaba con una mirada inquieta. ¿que es lo que te ocurre? pregunté ingenuo, sin decir nada se acercó a mí e introdujo la mano por mi camisa hasta llegar a mi espalda y abrazarme fuertemente contra ella, nuevamente la debilidad del hombre se hizo notar.....(continuará)