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El cazador de vampiros (1)

Última respuesta: 4 de agosto de 2010 a las 21:59
E
elenka_8445659
4/8/10 a las 21:56

Ella
La tormenta no me dejaba dormir como era debido, los truenos estridentes, precedidos por relámpagos mantenían mi cuerpo alerta, aunque mi consiente creía que nada malo ocurría, mi inconsciente no estaba tan seguro, probablemente era que el tiroteo de esa tarde me tuviera aún nervioso. No podía admitirlo frente a mi padre, pero aún no superaba los mareos y la indecisión al estar patrullando y entrar en acción, peor aún, no podía borrar de mi cabeza las imagines sangrientas que había presenciado y a veces protagonizado.
Estaba plenamente consiente de que nuestro trabajo era necesario, protegíamos inocentes, preveníamos matanzas aún mas sangrientas y vengábamos las muertes que no pudimos evitar.
Esos eran mis pensamientos cuando por fin el sueño me invadió, arrullado por una briza más suave y el soplido del viento casi huracanado, que chillaba al rozar las copas de los arboles.
No se exactamente cuanto tiempo dormí pero, un enorme relámpago iluminó toda la habitación, y el trueno que lo siguió pareció ser tan estruendoso que rompió los vidrios de una de las enormes ventanas de mi cuarto. Me desperté de inmediato, agitado, me senté en la cama tratando de ajustar mi vista a la oscuridad que ahora reinaba, volteé hacia todas partes y fue cuando logré verla. La ventana no había sido rota accidentalmente por los estragos de la naturaleza, había sido ella, quien se erguía al pie de la enorme cama, mirándome con ojos furiosos, en ese tono oscuro que bien conocía y una expresión llena de arrugas, crispada por el enojo. Sus labios hacían una mueca que dejaba ver los amenazantes colmillos. Su cabello sucio y alborotado se le pegaba a la cara debido a la lluvia y le caía por los hombros. Yo no podía hacer nada más que mirarla de arriba abajo petrificado, sin poder siquiera estirar la mano para alcanzar el arma que reposaba en la mesita de noche. Sin duda cualquier movimiento sería contraproducente, ya que la criatura era muchas veces más rápida que yo. No se cuanto tiempo estuvimos así uno frente a otro, solo mirándonos, pero pude observar que no eran solo las manos las que estaban llenas de sangre, los brazos y la ropa que llevaba, un pantalón de cuero negro y una camisola gris, también tenían rastros del liquido.
Inesperadamente, su respiración comenzó a variar, a hacerse más agitada, yo creí que se había decidido por fin a atacarme,¿ a que más había venido a mi casa y a mi habitación? Y me tenía a su merced, con un solo movimiento me arrancaría la cabeza, pero entonces sus músculos comenzaron a aflojarse y de pronto solo se le puso la cara en blanco y cayó al suelo.
No podía creerlo, me había salvado, la muerte me sonreía y se alejaba de mí,¿ como podía ser tan suertudo?
Como pude me arrastre por la cama y me asome para verla ahí, tirada, en una posición fetal. Baje de la cama y encendí la luz para no tropezar con algo, o alguien. Tomé el arma y me acerque lentamente hacia ella, a quien pude ver mejor, toda ensangrentada y con una herida muy grave en el hombro derecho, yo sabía que tenía que apresurarme y acabar con ella, antes de que se recuperar y despertara, pero increíblemente me quedé ahí como idiota, parado a su lado sin mover un músculo otro par de minutos. Cuando pude mover algo fue aún más asombroso y ... Me agache y le toque una pálida mejilla y le retire el cabello de la cara, la cara mis hermosa que había visto en mi vida, nada parecida a la horrible mascara asesina que había mostrado antes y que los de su clase siempre me mostraban. Ahora en lugar de parecer un monstruo salido de mis pesadillas parecía una princesa o un hada salida de un cuento, bueno exceptuando el aspecto escalofriante que le daba toda esa sangre.
Si calculaba bien, esa enorme herida tardaría como un día en sanar y seguramente ella permanecería inconsciente en el proceso.
Ahora si debía haberme vuelto loco o algo, mi cuerpo se movía por si solo y hacía las cosas más ... Primero dejé el arma en el escritorio y me dirigí al baño para llenar la tina.
Después regresé a la habitación y me arrodillé para levantarla en mis brazos, ¿cómo ese cuerpo tan pequeño y ligero podía ser tan peligroso? Medía aproximadamente 1.50 metros y pesaba como 45 kilogramos. Era imposible creer que el que estaba en peligro ahí era yo.
La deje recostada en la alfombra y fui a comprobar que la temperatura del agua estuviera agradable, entonces me di la vuelta y la observe de nuevo. En serio ¿qué estas pesando? Me decía una voz en mi cabeza, ¡mátala y llama a tu padre!, ¡ es más peligrosa de lo que crees!, logró burlar toda la seguridad de la casa y entrara hasta la habitación, tal vez había herido, o matado a alguien, y toda esa sangre podría ser de alguno de tus amigos. No dejaba de mirarla y entonces seguí el camino que recorría toda la sangre, que sin duda provenía de esa herida.
Entonces agarré una esponja y comencé a limpiar sus brazos, y con mucho cuidado, la herida. Ella se movió un poco y dio un pequeño gemido cuando le froté la parte afectada, pero no despertó.
Era imposible limpiarla adecuadamente si la tenía ahí tirada y con esos trapos, así que con mucho más cuidado le quite primero la camisola agarrándole la cabeza para que no se golpeara. Entonces unos pechos hermosos blancos como la nieve con pezones rositas se mostraron frente a mí, no eran muy grandes, pero estaban bien para mi gusto, redondos y firmes.
El pantalón fue mucho más difícil, porque se amoldaba perfectamente a su piel y se le pegaba como si fuera parte de ella misma, pero cuando pude retirarlo totalmente vi esas piernas torneadas, donde los músculos eran perfectos, no grotescos. Llevaba puestos unos bóxers pequeños que decidí no quitarle.
No era la primera mujer que veía desnuda, pero nunca una tan mágicamente hermosa, aún estando ella inconsciente yo podía notar esa diferencia mítica comparándola con las chicas humanas.
No me detuve mucho en fantasear con la vampira semimuerta, porque ya había encontrado una razón, sin decir escusa, para hacer esta locura, quería tenerla despierta y lúcida para interrogarla sobre que quería ahí y como había burlado la seguridad.
La levanté y poco a poco la metí en el agua tibia de la tina que se tiñó de rojo al tocar las puntas de los cabellos ensangrentados. Con cuidado talle la esponja los hombros y le puse champú en el cabello, pero era muy difícil mantenerla erguida, así que con las piernas me saque en pantalón del pijama con el que dormía quedando en puros bóxers y me metí por detrás de su espalda, colocándola entre mis piernas y recargándola contra mi pecho desnudo.
El contacto de su piel contra la mía provocó una pequeña descarga eléctrica en todas mis terminales nerviosas era lo más suave que había tocado en mi vida, como marfil pulido o algo así. El tono de su piel se veía mucho más blanco en comparación a mi tono moreno claro. Así comencé a pasar la esponja de nuevo, primero por su bellísima cara, después por el cuello, siguiendo con los hombros, traté de tener mucho cuidado con la herida, entonces la situación me sobre pasó, coreo yo, dejé la esponja a un lado y comencé a utilizar las manos. Me deleité delineando con un dedo la perfección de su nariz para después dibujar sus labios, siguiendo un camino hacia su cuello y posteriormente a su pecho, entonces mi mano se deslizó hasta su pecho derecho y se amoldó fácilmente a él, mientras la otra bajaba por su pequeña cintura y palpaba su duro y plano vientre.
Entonces ella volvió a moverse y a gemir bajito, repagando por completo su trasero a mi entrepierna, a pesar del susto que me sacó fue inevitable la excitación que sentí al tenerla de esa manera, amoldad a mi cuerpo, así que me permití acercarme a su cuello y sentir esa fragancia dulce que se combinaba con el olor del jabón.
Pero fue ese olor el que me sacó de la ensoñación, de verdad, ¿qué estaba haciendo?, ella era mi enemigo, había venido a hacerme daño a mí y a los míos, yo, igual que un ignórate había caído ante sus encantos hechos para atraer a sus victimas, no había duda, estas bestias eran tan poderosas que aún inconscientes podían seducir.
Salí con cuidado de la bañera, sin prestar importancia a la erección que tenia en ese momento, que hacía que mi pene saliera por el orificio del bóxer, sostuve con una mano a la vampira y con la otra le eché agua para retirar el jabón de su cabello.
Cuando terminé la saque y la cargue de nuevo, tome una toalla y con dificultad la enredé en ella y la puse sobre la cama. Sequé como pude su cuerpo y utilizando toda mi fuerza de voluntad intente no mirarla con ojos morbosos, no con mucho éxito, así que deje de secar y fui a buscar algo que ponerle encima. Busque en el cajón de los pijamas y saque un conjunto de un pantalón corto y una playera que servirían. Primero le puse la playera y le tapé con la toalla de la cadera y las piernas, para no caer en tentación, y le saqué los bóxers mojados con mucho cuidado por debajo de ésta y de igual manera le puse el pantalón corto.
No podía creer lo que pasaba, era tan hermosa, y tan peligrosa a la vez y yo jugaba con fuego, ¿Qué haría cuando despertara y quisiera de nuevo arrancarme la cabeza, de verdad no esperaba que me perdonara por cuidarla y por ser tan delicado con ella o si?
No pensé más en eso y la acomode hasta arriba de la cama, la tapé y regrese a limpiar el desastre de la habitación. Busqué unas bolsas de plástico grandes y cinta para tapar el hueco de la ventana y salí al cuarto de servicio de esta planta para buscar un trapeador y algo de limpiador para el piso.
Cuando terminé de arreglar faltaban 2 horas para el amanecer, así que me quite los bóxers que habían comenzado a secarse y me puse ropa limpia. Me recosté en el sillón y dormí un poco.

Ver también

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elenka_8445659
4/8/10 a las 21:59


Aqui les dejo la preimera parte de una serie que quiero
compartirles
Espero que les guste, no es solo erotismo, tamnién trae acción
y muchas cosas más.

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