Secretos psicológicos del Arte de Seducir
Seducir. Embargar o cautivar el ánimo. Engañar con arte y maña. Atraer físicamente a alguien para obtener una relación sexual. El diccionario de la Real Academia se queda corto para explicar un arte que ha hecho Historia, con mayúsculas, y que aún trae de cabeza a los seres humanos.
"La seducción se relaciona con el éxito amoroso, pero no es sólo eso. Seducimos cada vez que nos comunicamos y logramos que la persona de enfrente se sienta atraída por nosotros. En ello hay una carga genética, porque hay personas más extrovertidas, que lo tienen más fácil, y otras menos. Pero también influye cómo fueron las primeras relaciones con padres, amigos, profesores. Hasta los introvertidos aprenden técnicas para salir adelante. Pero también hay quien disfruta de la introversión, y muchos son artistas, creadores que generan gran originalidad", argumenta la psicóloga.
Y reconoce que poner en práctica las técnicas adecuados es cansado porque "requiere prestar mucha atención al otro, satisfacer sus emociones, y un mundo de prisas, como el actual, no solemos pararnos a escuchar. Es más, en función del temperamento (melancólico, colérico, flemático o sanguino) así se reaccionará"
Temperamentos seductores
Por ello aconseja evitar unir dos temperamentos iguales si se quiere triunfar en la relación. "Los pasivos necesitan la energía de los coléricos y nunca un flemático seducirá a otro, sería aburridísimo", asegura.
Al margen de las tipologías, la psicóloga defiende que para seducir no hay que hablar mucho de sí mismo. "Ni siquiera los líderes lo hacen, suelen hablar de un bien común, de que tienen una visión, y nos hacen sentir importantes", argumenta. De hecho, la seducción comienza desde la cuna, el momento en el que el bebé debe seducir a los padres para que le cuiden. Primero llorando, luego, con sonrisas.
Totalatraccion
P.D Miembro 10 expertos Maestros de La Seduccion http://totalatraccion.com/elartedeseducir/