Cuando el amante (hombre) es el que sufre
Hola amigos y amigas de Enfemenino. Soy un hombre de Monterrey de 33 años. El foro es para mujeres, pero lo que me motiva a escribir son los casos que leo desde hace años y con los cuales algunas veces me identifico, sin embargo en éstos últimos días he buscado casos similares al mío y no hay. De alguna manera, quiero desahogarme y sacar todo el sentimiento que tengo. Espero no me juzguen que suficiente me he fustigado y recriminado a sí mismo las malas decisiones que he tomado. Estoy enamorado de mi amante y se supone que en las historias siempre suele ser la mujer quien se queda llorando por un patán, pero en mi caso soy yo quien se quedó llorando por su amante. Acabo de escribir toda mi historia y me di cuenta que es un libro, trataré de resumirla para que no se aburran. Como les decía, tengo 33 años y soy casado. Padre de una hermosa niña y dueño de un modesto negocio, tristemente la relación con mi esposa no va bien, pero a los ojos de las personas y sobre todo de las redes sociales, siempre hemos sido una familia feliz. Práctico, metódico y calculador, muy frío en el tema de las relaciones sociales, básicamente un hombre que siempre voltea los ojos con las cosas cursis. Quizás por el hecho de creer que el tema del amor es para jóvenes de 20 años, no para gente de mi edad. Hubo dos personas en mi juventud con las que conocí el amor, con quien sufrí y lloré. Una de ellas, la que compete, es la que les contaré a continuación: Le llamaremos Alicia.
Alicia y yo comenzamos a salir, ella de 24 y yo de 25 hace 8 años aproximadamente, todo comenzó como un first date increíble con sexo salvaje incluido, teniendo cada uno sus respectivas parejas, ella puso las reglas para ser fuck buddies, entre ellas la principal: “nada de enamorarse, puesto que donde uno se enamore, acaba el juego”. Para mi, un tipo no muy agraciado físicamente, era una fortuna haberse ligado a una mujer de sus características, sencillamente era bellísima. No había lugar a donde no llegáramos y no voltearan a mirarla. Estuvimos 1 año 1/2 en esa situación pero increíblemente ella terminó enamorándose y “perdiendo” así el juego. El sexo para ese entonces ya no era sólo eso, era hacer el amor con todas sus palabras. Éramos cómplices en todo, los temas eran interminables, entre ella y yo y compartíamos el gusto por la lectura, dando pie a debates intensos que nos emocionaban, el entendimiento y la conexión fue muy profunda en todas las facetas. Éramos amigos y amantes, hasta hoy no he conocido algo tan bello e intenso. Por problemas que comenzó a tener ella con su expareja, decidí alejarme y durante el distanciamiento mi ahora esposa salió embarazada. No me dolió nada comunicarle la situación a Alicia y ella por su parte me deseó lo mejor pero me bloqueó de las redes. Tiempo después me desbloqueó de nuevo y medio seguíamos en contacto. Así estuvimos hasta que se casó con su ahora esposo (otro aparte del descrito), quien traía un hijo de otra relación. Un exmarihuano, malandro de ésos que están endiosados con la cerveza y el fútbol, por demás básico que te encuentras por millares. Lo típico, sentirse atraída por el clásico estereotipo de chico malo. Cabe destacar que yo soy totalmente lo contrario a un hombre de esas características.
Envalentonada con las nueva relación, decidió decirme adiós y borrarme de sus redes. Admito que me dolió pero no pasó mucho tiempo para que me buscara de nuevo: Su esposo (que se la había llevado a vivir a casa de su mamá
la había golpeado y corrido de la casa con el bebé de 6 meses en brazos. Me entró una rabia inmensa y le pedí los datos para mandarlo desaparecer. En ese entonces contaba con contactos que podrían hacer esa clase de trabajos. Una vez que tenía todo listo, le volví a marcar para que me los diera y ella por miedo bloqueó la comunicación conmigo. Eso me hizo enojar mucho por que de nuevo se desaparecía de mi vida. Al tiempo de no olvidarla, resolví cerrar el ciclo con ella y “despedirla”. Concluí que había sido la mejor persona que había conocido en mi vida, que a pesar de sus desiciones siempre le desearía lo mejor y que no le guardaría ningún rencor. De ahí, cabe destacar que traté de contactarla algunas veces pero sus respuestas eran escuetas. Nunca dejé de pensar en ella. Mantenía a su hermano agregado, esperando seguir enterándome de ella por ahí y qué era de su vida. Pero las publicaciones del chico poco tenían que ver con la familia, como buen adolescente.
Un día descubrí que abrió su instagram y estuve al acecho, en la sombra durante casi un año. Ella subía fotografías 3 o 4 veces al mes, pero mis visitas comenzaron a hacerse más a menudo. Seguía tan bella como la recordaba o quizás más. Y comencé a ser su más ferviente seguidor. Un día no aguanté más y en noviembre del año pasado, le mandé un mensaje saludándola donde le decía que me daba gusto “volver a saber de ella” y recibí un mensaje muy seco de su parte. Me dio el portazo en la cara. Eso me hizo comprender que quizás, su felicidad era plena y no necesitaba andar despertando fantasmas del pasado para continuar con su vida. Sin más, continué con mi ritmo de vida. Hasta año nuevo, el 2 de enero que recibí unos buenos deseos de su parte en un mensaje totalmente lo contrario al tono del último que recibí de ella. Inmediatamente le respondí y retomamos la conversación sin pensarlo. Fueron días y horas de conversaciones largas, profundas e intensas como antaño. Su esposo quien tiene todo público en face, mostraba una pareja feliz. Ella me comentó que las redes son una cosa, pero la realidad era otra. Nos extrañábamos y no éramos felices con nuestras actuales parejas. Comenzó a decirme que me amaba, que el amor jamás se había acabado y en mi incredulidad le comencé a hacer preguntas cruzadas para ver si se contradecía, para ver si caía. Comencé a plantearle que quizás sólo era el recuerdo de un buen amor y ella apeló a las increíbles noches que tuvimos, muy puntual en algunas. “Buen sexo” le dije y me dio un sinfín de argumentos para convencerme que en efecto, hablaba muy enserio. Largas playlists dedicadas en Spotify de ambas partes.
Después de ver los pros y contras, yo le ofrecí abandonar a nuestras respectivas parejas y juntarnos, no volvería a pensar nada por ella, quien ha sido el más grande amor de mi vida. Ella me comentó que vivía “aterrada” por su actual pareja, que en este tiempo: ya la había golpeado, cacheteado, pateado, incluso violado. Lo último que había hecho era golpearla en casa de los papás de ella, el colmo. Por tanto, él ya no podía pisar la casa de sus suegros. Pero que ella estaba imposibilitada en actuar, puesto que su esposo tiene contactos muy importantes en la policía y muchas veces él le dijo que nada podrían hacer contra él, que era intocable, además de amenazar con hacer daño a sus padres quienes ya son unos ancianos. Comprendí la situación pero le prometí que buscaría la manera y no me cansaría hasta que estuviéramos juntos. Me contaba que su vida era un infierno y que muchas veces pensó en huir de ahí, pero el tema de la agresividad la frenaba. Incluso me llegó a mostrar que siempre guardaba en sus zapatos una llave y 200 pesos por si la volvía a encerrar, como una vez ya lo había hecho.
Enero y Febrero fueron un sueño. En Marzo comencé a notar cosas entre un compañero de trabajo de ella y ella. En la confianza de platicarnos todo, le comenté mi inquietud. Su respuesta fue peor, me lo negó todo pero había suficientes pistas para asegurar lo contrario. Por amor, le creí y confié en ella. Poco después vino el cumpleaños del esposo y ella se puso toda histérica por que él se había ido con los amigos sin avisarle. Noté que en realidad ella estaba enojada por la potencial visita de ellos a un cabaret. Y me contrarió mucho su actitud, puesto que según ella lo odiaba pero ahora parecía que estaba perdiendo la cabeza por celos. Ella comenzó a cambiar su actitud hacia mi. Irritado, un día le dije que me alejaría unos días por su actitud tan altiva hacia mi, puesto que hasta ese día no había hecho nada para merecer semejante trato. Al pasar los días y volver a buscarla ella me recibió de manera seca y a los dos días me dijo que ahora ella se alejaría para replantear las cosas entre los dos. Pasaron 15 días y en esos días pensé que todo había terminado.
Hasta que por tema de trabajo, me la topé con un cliente y al darse cuenta de mi presencia me escribió un mensaje para pedirme permiso e irme a saludar. Al llegar frente a mi se me colgó delante de la gente y me abrazó fuertemente, me dijo que me extrañaba mucho y que me necesitaba. Retomamos la plática y fueron larguísimos los mensajes donde ella me aseguraba el amor que sentía por mi. Me dijo que a veces se sentía “agobiada” por tantas preguntas, pero que lo que ella sentía por su esposo, era muy aparte del amor que sentía por mi y que pronto me lo tenía que demostrar en la cama (en este tiempo nunca intimamos). Que quizás yo no lo comprendía y era muy confuso pero que ella se volvía loca en pensar cómo demostrar sus sentimientos hacia mi con tan poco tiempo para brindarme. Me convenció para volver, pero tristemente, este hecho no duró más que una semana. Por la cuarentena, ella se fue con su madre a donde su esposo no puede ir por obvias razones, por el tema de su trabajo y de quién le cuide al niño. Me empezó a aplicar las clásicas de “me tengo que ir a dormir” pero continuaba conectada. “Ya se me acabó la pila” y otras más que son más que obvias.
Vino a decirme que una mujer le había escrito, diciéndole que su esposo le estaba poniendo el cuerno, que tenía pruebas. La vi descolocada, la percibí llena de celos. Le comenté que en todo caso, yo era la última persona con la que compartiera esta situación puesto que ella me había dicho en meses anteriores que lo odiaba, que no sentía nada por él y verla ardida mandándome fotos de la tipa y haciendo múltiples cuestionamientos del por qué él la elegía a esta mujer mucho menos agraciada que ella me hicieron dudar mucho de lo que hace días me había dicho. “Mi ego herido” fue su respuesta. Pasaron días donde evité el contacto con ella y no quise hablar mucho con ella. Hasta que un día, contándome que sus amistades no veían con buenos ojos a su marido, que a lo mejor algo intuían de su maldad, yo muy ardido le dije: “Mira no veo por qué te quejes de tu marido, si al final de cuentas en las redes sociales ustedes dos demuestran totalmente lo contrario, es tu perfección, según lo que le publicaste hace días en face. Si la perfección está en un tipo como él así de agresivo, violento, de “machito” y eso te atrae de él, entonces asimila que dentro de eso vienen los golpes, los maltratos y la violencia incluida. Pero no vengas a victimizarte cuando por otro lado hierves de celos si él se fija en otra mujer”.
Su respuesta me perturbó: “Quizás no estés tan errado y quizás tengas razón. Hace días hablamos lo de la mujer, que resultó ser una mentira que le intentaron inventar y pusimos todo sobre la mesa. Acordamos seguir por la familia, no es que de repente haya surgido el amor, pero por ver feliz a mi niño con él voy a hacer lo que sea. Quiero que mi niño vea la familia como algo sagrado, así como yo la vi con mis papás. ¿Recuerdas que te había dicho que me haré un tatuaje? él se hará uno similar y de ésta manera quiero pensar que reforzaremos nuestra relación. No con esto quiero que pienses que yo no te amo, como te he dicho puede que en estos momentos estés muy confundido, pero lo que siento por mi esposo es independiente al amor que te tengo a ti. Quizás me dé de topes en la pared después, pero el tiempo lo dirá. Lo quieras leer o no lo quieras leer, lo quieras creer o no lo quieras creer lo que siento por ti es real y a pesar que tú puedas molestarte y ya no querer estar conmigo, te amé, te amo y te amaré siempre. Mis pensamientos siempre flotarán hacia ti. Comprendo que te puedas sentir herido pero lo siento no está en mis manos. Y no te pediré que me comprendas, ni yo misma me comprendo.”
Obvio fue una megacarta que les resumo en eso. Al leer esto, claro está que me dió el bajón pero a regañadientes le acepté la explicación. Le dije que al final pues fuera por su felicidad y que a mi no me debía nada. Que igual estaría ahí siempre. Que no comprendía eso de los sentimientos a ambos, por que para mi el amor se siente por una sola persona y el hacerse un tatuaje por alguien es por que tienes la esperanza de estar con él para siempre. Pero me dijo que el “siempre” es “muy muy incierto” que no podría contestarme a eso, por que ahorita puede decirme que sí y mañana que no. Explicación por demás estúpida. Pero las cosas no terminaron ahí ¡El tatuaje se lo hicieron AL DÍA SIGUIENTE! Sentí morirme y ella presumiéndolo por todos lados, no podía ocultar su felicidad. Me sentí un cero a la izquierda, me sentí ninguneado y burlado. Todo ese día ni platicamos. Al día siguiente de todo esto, nos vimos y le di las gracias por todo y ella intuyó mi partida. Me pidió sentarnos por que ella no quería que me fuera, alegaba que me necesitaba, alegó a mi promesa de no irme. Pero al verme decidido, le cambió totalmente la actitud y me dijo “bueno si te tienes que ir, ya no digas nada y vete”. Triste, me di la media vuelta y marché. Inmediatamente la bloqueé de todos lados. Face, Insta, Whats, Telegram, todas las redes. No hace falta decir que desde ese día hasta hoy, mi situación está de la mier**a y dos de mis amigos que son mis confidentes los tengo hartos con el tema. De eso ya pasó una semana y sigo totalmente desganado, retrasado con trabajos y sin ánimos de nada. Estoy realmente mal y me cruzan estupideces por la cabeza, entre niñerías y tonterías de mayor tono.
Mis amigos me dicen que no debería entristecerme, ya que siempre terminan así este tipo de relaciones. Lo que me molesta, me entristece y me llena la cabeza de preguntas es el por qué demonios decidió hablar de sentimientos, de amor, de cosas profundas, se supone eso era algo sagrado entre los dos y claramente no sabe lo que quiere. Me siento un tonto por haber creído en sus palabras, se lo dije al principio “si sólo es nostalgia o solo retomamos el tema de sexo no hay problema” precisamente, creo somos mayorcitos para hablarlo con franqueza y sinceridad. Más aún por la confianza que había entre los dos. Pero no sé qué le pasó por la cabeza el soltarme tantas cosas que me ilusionaron. Me siento chasqueado, me siento burlado. Quisiera saber si ya pasaron por algo similar y qué han hecho para superar a una persona así. A veces pienso que no volveré a conocer a una persona como ella y eso me entristece aún más: cómo una persona tan afín y tan compatible conmigo tuvo que resultar con ese detalle tan grave: El no saber amar.
Gracias por leerme y de antemano agradezco sus comentarios.
Actualización de último minuto: me enteré que por el día de las madres, el tipo habrá ido a pedirle disculpas a la familia o no sé, pero ya entró a la casa de los suegros de nuevo.
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Hola amigos y amigas de Enfemenino. Soy un hombre de Monterrey de 33 años. El foro es para mujeres, pero lo que me motiva a escribir son los casos que leo desde hace años y con los cuales algunas veces me identifico, sin embargo en éstos últimos días he buscado casos similares al mío y no hay. De alguna manera, quiero desahogarme y sacar todo el sentimiento que tengo. Espero no me juzguen que suficiente me he fustigado y recriminado a sí mismo las malas decisiones que he tomado. Estoy enamorado de mi amante y se supone que en las historias siempre suele ser la mujer quien se queda llorando por un patán, pero en mi caso soy yo quien se quedó llorando por su amante. Acabo de escribir toda mi historia y me di cuenta que es un libro, trataré de resumirla para que no se aburran. Como les decía, tengo 33 años y soy casado. Padre de una hermosa niña y dueño de un modesto negocio, tristemente la relación con mi esposa no va bien, pero a los ojos de las personas y sobre todo de las redes sociales, siempre hemos sido una familia feliz. Práctico, metódico y calculador, muy frío en el tema de las relaciones sociales, básicamente un hombre que siempre voltea los ojos con las cosas cursis. Quizás por el hecho de creer que el tema del amor es para jóvenes de 20 años, no para gente de mi edad. Hubo dos personas en mi juventud con las que conocí el amor, con quien sufrí y lloré. Una de ellas, la que compete, es la que les contaré a continuación: Le llamaremos Alicia.
Alicia y yo comenzamos a salir, ella de 24 y yo de 25 hace 8 años aproximadamente, todo comenzó como un first date increíble con sexo salvaje incluido, teniendo cada uno sus respectivas parejas, ella puso las reglas para ser fuck buddies, entre ellas la principal: “nada de enamorarse, puesto que donde uno se enamore, acaba el juego”. Para mi, un tipo no muy agraciado físicamente, era una fortuna haberse ligado a una mujer de sus características, sencillamente era bellísima. No había lugar a donde no llegáramos y no voltearan a mirarla. Estuvimos 1 año 1/2 en esa situación pero increíblemente ella terminó enamorándose y “perdiendo” así el juego. El sexo para ese entonces ya no era sólo eso, era hacer el amor con todas sus palabras. Éramos cómplices en todo, los temas eran interminables, entre ella y yo y compartíamos el gusto por la lectura, dando pie a debates intensos que nos emocionaban, el entendimiento y la conexión fue muy profunda en todas las facetas. Éramos amigos y amantes, hasta hoy no he conocido algo tan bello e intenso. Por problemas que comenzó a tener ella con su expareja, decidí alejarme y durante el distanciamiento mi ahora esposa salió embarazada. No me dolió nada comunicarle la situación a Alicia y ella por su parte me deseó lo mejor pero me bloqueó de las redes. Tiempo después me desbloqueó de nuevo y medio seguíamos en contacto. Así estuvimos hasta que se casó con su ahora esposo (otro aparte del descrito), quien traía un hijo de otra relación. Un exmarihuano, malandro de ésos que están endiosados con la cerveza y el fútbol, por demás básico que te encuentras por millares. Lo típico, sentirse atraída por el clásico estereotipo de chico malo. Cabe destacar que yo soy totalmente lo contrario a un hombre de esas características.
Envalentonada con las nueva relación, decidió decirme adiós y borrarme de sus redes. Admito que me dolió pero no pasó mucho tiempo para que me buscara de nuevo: Su esposo (que se la había llevado a vivir a casa de su mamá la había golpeado y corrido de la casa con el bebé de 6 meses en brazos. Me entró una rabia inmensa y le pedí los datos para mandarlo desaparecer. En ese entonces contaba con contactos que podrían hacer esa clase de trabajos. Una vez que tenía todo listo, le volví a marcar para que me los diera y ella por miedo bloqueó la comunicación conmigo. Eso me hizo enojar mucho por que de nuevo se desaparecía de mi vida. Al tiempo de no olvidarla, resolví cerrar el ciclo con ella y “despedirla”. Concluí que había sido la mejor persona que había conocido en mi vida, que a pesar de sus desiciones siempre le desearía lo mejor y que no le guardaría ningún rencor. De ahí, cabe destacar que traté de contactarla algunas veces pero sus respuestas eran escuetas. Nunca dejé de pensar en ella. Mantenía a su hermano agregado, esperando seguir enterándome de ella por ahí y qué era de su vida. Pero las publicaciones del chico poco tenían que ver con la familia, como buen adolescente.
Un día descubrí que abrió su instagram y estuve al acecho, en la sombra durante casi un año. Ella subía fotografías 3 o 4 veces al mes, pero mis visitas comenzaron a hacerse más a menudo. Seguía tan bella como la recordaba o quizás más. Y comencé a ser su más ferviente seguidor. Un día no aguanté más y en noviembre del año pasado, le mandé un mensaje saludándola donde le decía que me daba gusto “volver a saber de ella” y recibí un mensaje muy seco de su parte. Me dio el portazo en la cara. Eso me hizo comprender que quizás, su felicidad era plena y no necesitaba andar despertando fantasmas del pasado para continuar con su vida. Sin más, continué con mi ritmo de vida. Hasta año nuevo, el 2 de enero que recibí unos buenos deseos de su parte en un mensaje totalmente lo contrario al tono del último que recibí de ella. Inmediatamente le respondí y retomamos la conversación sin pensarlo. Fueron días y horas de conversaciones largas, profundas e intensas como antaño. Su esposo quien tiene todo público en face, mostraba una pareja feliz. Ella me comentó que las redes son una cosa, pero la realidad era otra. Nos extrañábamos y no éramos felices con nuestras actuales parejas. Comenzó a decirme que me amaba, que el amor jamás se había acabado y en mi incredulidad le comencé a hacer preguntas cruzadas para ver si se contradecía, para ver si caía. Comencé a plantearle que quizás sólo era el recuerdo de un buen amor y ella apeló a las increíbles noches que tuvimos, muy puntual en algunas. “Buen sexo” le dije y me dio un sinfín de argumentos para convencerme que en efecto, hablaba muy enserio. Largas playlists dedicadas en Spotify de ambas partes.
Después de ver los pros y contras, yo le ofrecí abandonar a nuestras respectivas parejas y juntarnos, no volvería a pensar nada por ella, quien ha sido el más grande amor de mi vida. Ella me comentó que vivía “aterrada” por su actual pareja, que en este tiempo: ya la había golpeado, cacheteado, pateado, incluso violado. Lo último que había hecho era golpearla en casa de los papás de ella, el colmo. Por tanto, él ya no podía pisar la casa de sus suegros. Pero que ella estaba imposibilitada en actuar, puesto que su esposo tiene contactos muy importantes en la policía y muchas veces él le dijo que nada podrían hacer contra él, que era intocable, además de amenazar con hacer daño a sus padres quienes ya son unos ancianos. Comprendí la situación pero le prometí que buscaría la manera y no me cansaría hasta que estuviéramos juntos. Me contaba que su vida era un infierno y que muchas veces pensó en huir de ahí, pero el tema de la agresividad la frenaba. Incluso me llegó a mostrar que siempre guardaba en sus zapatos una llave y 200 pesos por si la volvía a encerrar, como una vez ya lo había hecho.
Enero y Febrero fueron un sueño. En Marzo comencé a notar cosas entre un compañero de trabajo de ella y ella. En la confianza de platicarnos todo, le comenté mi inquietud. Su respuesta fue peor, me lo negó todo pero había suficientes pistas para asegurar lo contrario. Por amor, le creí y confié en ella. Poco después vino el cumpleaños del esposo y ella se puso toda histérica por que él se había ido con los amigos sin avisarle. Noté que en realidad ella estaba enojada por la potencial visita de ellos a un cabaret. Y me contrarió mucho su actitud, puesto que según ella lo odiaba pero ahora parecía que estaba perdiendo la cabeza por celos. Ella comenzó a cambiar su actitud hacia mi. Irritado, un día le dije que me alejaría unos días por su actitud tan altiva hacia mi, puesto que hasta ese día no había hecho nada para merecer semejante trato. Al pasar los días y volver a buscarla ella me recibió de manera seca y a los dos días me dijo que ahora ella se alejaría para replantear las cosas entre los dos. Pasaron 15 días y en esos días pensé que todo había terminado.
Hasta que por tema de trabajo, me la topé con un cliente y al darse cuenta de mi presencia me escribió un mensaje para pedirme permiso e irme a saludar. Al llegar frente a mi se me colgó delante de la gente y me abrazó fuertemente, me dijo que me extrañaba mucho y que me necesitaba. Retomamos la plática y fueron larguísimos los mensajes donde ella me aseguraba el amor que sentía por mi. Me dijo que a veces se sentía “agobiada” por tantas preguntas, pero que lo que ella sentía por su esposo, era muy aparte del amor que sentía por mi y que pronto me lo tenía que demostrar en la cama (en este tiempo nunca intimamos). Que quizás yo no lo comprendía y era muy confuso pero que ella se volvía loca en pensar cómo demostrar sus sentimientos hacia mi con tan poco tiempo para brindarme. Me convenció para volver, pero tristemente, este hecho no duró más que una semana. Por la cuarentena, ella se fue con su madre a donde su esposo no puede ir por obvias razones, por el tema de su trabajo y de quién le cuide al niño. Me empezó a aplicar las clásicas de “me tengo que ir a dormir” pero continuaba conectada. “Ya se me acabó la pila” y otras más que son más que obvias.
Vino a decirme que una mujer le había escrito, diciéndole que su esposo le estaba poniendo el cuerno, que tenía pruebas. La vi descolocada, la percibí llena de celos. Le comenté que en todo caso, yo era la última persona con la que compartiera esta situación puesto que ella me había dicho en meses anteriores que lo odiaba, que no sentía nada por él y verla ardida mandándome fotos de la tipa y haciendo múltiples cuestionamientos del por qué él la elegía a esta mujer mucho menos agraciada que ella me hicieron dudar mucho de lo que hace días me había dicho. “Mi ego herido” fue su respuesta. Pasaron días donde evité el contacto con ella y no quise hablar mucho con ella. Hasta que un día, contándome que sus amistades no veían con buenos ojos a su marido, que a lo mejor algo intuían de su maldad, yo muy ardido le dije: “Mira no veo por qué te quejes de tu marido, si al final de cuentas en las redes sociales ustedes dos demuestran totalmente lo contrario, es tu perfección, según lo que le publicaste hace días en face. Si la perfección está en un tipo como él así de agresivo, violento, de “machito” y eso te atrae de él, entonces asimila que dentro de eso vienen los golpes, los maltratos y la violencia incluida. Pero no vengas a victimizarte cuando por otro lado hierves de celos si él se fija en otra mujer”.
Su respuesta me perturbó: “Quizás no estés tan errado y quizás tengas razón. Hace días hablamos lo de la mujer, que resultó ser una mentira que le intentaron inventar y pusimos todo sobre la mesa. Acordamos seguir por la familia, no es que de repente haya surgido el amor, pero por ver feliz a mi niño con él voy a hacer lo que sea. Quiero que mi niño vea la familia como algo sagrado, así como yo la vi con mis papás. ¿Recuerdas que te había dicho que me haré un tatuaje? él se hará uno similar y de ésta manera quiero pensar que reforzaremos nuestra relación. No con esto quiero que pienses que yo no te amo, como te he dicho puede que en estos momentos estés muy confundido, pero lo que siento por mi esposo es independiente al amor que te tengo a ti. Quizás me dé de topes en la pared después, pero el tiempo lo dirá. Lo quieras leer o no lo quieras leer, lo quieras creer o no lo quieras creer lo que siento por ti es real y a pesar que tú puedas molestarte y ya no querer estar conmigo, te amé, te amo y te amaré siempre. Mis pensamientos siempre flotarán hacia ti. Comprendo que te puedas sentir herido pero lo siento no está en mis manos. Y no te pediré que me comprendas, ni yo misma me comprendo.”
Obvio fue una megacarta que les resumo en eso. Al leer esto, claro está que me dió el bajón pero a regañadientes le acepté la explicación. Le dije que al final pues fuera por su felicidad y que a mi no me debía nada. Que igual estaría ahí siempre. Que no comprendía eso de los sentimientos a ambos, por que para mi el amor se siente por una sola persona y el hacerse un tatuaje por alguien es por que tienes la esperanza de estar con él para siempre. Pero me dijo que el “siempre” es “muy muy incierto” que no podría contestarme a eso, por que ahorita puede decirme que sí y mañana que no. Explicación por demás estúpida. Pero las cosas no terminaron ahí ¡El tatuaje se lo hicieron AL DÍA SIGUIENTE! Sentí morirme y ella presumiéndolo por todos lados, no podía ocultar su felicidad. Me sentí un cero a la izquierda, me sentí ninguneado y burlado. Todo ese día ni platicamos. Al día siguiente de todo esto, nos vimos y le di las gracias por todo y ella intuyó mi partida. Me pidió sentarnos por que ella no quería que me fuera, alegaba que me necesitaba, alegó a mi promesa de no irme. Pero al verme decidido, le cambió totalmente la actitud y me dijo “bueno si te tienes que ir, ya no digas nada y vete”. Triste, me di la media vuelta y marché. Inmediatamente la bloqueé de todos lados. Face, Insta, Whats, Telegram, todas las redes. No hace falta decir que desde ese día hasta hoy, mi situación está de la mier**a y dos de mis amigos que son mis confidentes los tengo hartos con el tema. De eso ya pasó una semana y sigo totalmente desganado, retrasado con trabajos y sin ánimos de nada. Estoy realmente mal y me cruzan estupideces por la cabeza, entre niñerías y tonterías de mayor tono.
Mis amigos me dicen que no debería entristecerme, ya que siempre terminan así este tipo de relaciones. Lo que me molesta, me entristece y me llena la cabeza de preguntas es el por qué demonios decidió hablar de sentimientos, de amor, de cosas profundas, se supone eso era algo sagrado entre los dos y claramente no sabe lo que quiere. Me siento un tonto por haber creído en sus palabras, se lo dije al principio “si sólo es nostalgia o solo retomamos el tema de sexo no hay problema” precisamente, creo somos mayorcitos para hablarlo con franqueza y sinceridad. Más aún por la confianza que había entre los dos. Pero no sé qué le pasó por la cabeza el soltarme tantas cosas que me ilusionaron. Me siento chasqueado, me siento burlado. Quisiera saber si ya pasaron por algo similar y qué han hecho para superar a una persona así. A veces pienso que no volveré a conocer a una persona como ella y eso me entristece aún más: cómo una persona tan afín y tan compatible conmigo tuvo que resultar con ese detalle tan grave: El no saber amar.
Gracias por leerme y de antemano agradezco sus comentarios.
Actualización de último minuto: me enteré que por el día de las madres, el tipo habrá ido a pedirle disculpas a la familia o no sé, pero ya entró a la casa de los suegros de nuevo.
