Ayer pude observarla fijamente. En sus ojos pude notar esa convicción indeclinable que a tanto hombres atemoriza, con solo tenerla a mi lado me temblaba el corazón, sus palabras eran sencillas, sinceras y coherentes. Sin embargo ¿Porqué despertaba esas emociones en mí? La respuesta es que esta mujer más que amar hombres o mujeres, más que amar su trabajo o su religión, amaba enteramente su libertad. Su anhelo no era entregarse a un hombre toda la vida, ni tampoco dedicarse exclusivamente a ascender y progresar en su trabajo, su anhelo y su añoranza es cada día ser más libre, ser cada día más auténtica, disfrutar de los logros profesionales y afectivos sin sacrificar por ningun motivo su libertad, para ella la balanza siempre estaba inclinada a favor de su libertad, no importaban los lujos, ni el dinero, ni las promesas que hubiesen al otro lado de la balanza, para ella nada ni nadie en el mundo podía disponer de su libertad, pues para ella más que un valor histórico, este concepto era su vida misma.
Recuerdo que le pregunté ¿Qué haría si tuviera que escoger entre su vida y su libertad? y ella mirandome a los ojos me respondió: que daría su vida por defender su libertad. Pero ¿Porque le daba esa importancia a la libertad? Ella me explicó que de ese modo era inmensamente feliz, pues habia depositado la felicidad en distintos hombres y mujeres, cometiendo el error de hacerla depender de otros seres humanos que no fueran ella, sintiendose al final terriblemente atada a esas personas a las que equivocamente les habia entregado las llaves de su felicidad, cuando en primer lugar debía empezarse por amarse a sí misma y a partir de ese propia valoración empezar a amar a los demás.
Ella parece una perfeccionista, pero no lo es. Sabe aceptar y respetar los defectos y virtudes de los demás, pero no admite comportamientos que obstaculicen su sueño de cada día ser más libre y auténtica. Para ella los sueños solo deben morir cuando se han cumplido, lo bueno es que su sueño es eterno y muchas mujeres y hombres lo comparten. Sin embargo algunas veces le dan ganas de dejar que otros tomen las decisiones trascendentales de su vida, muchos hombres y mujeres prefieren mantener cadenas sentimentales porque en realidad no aman su libertad, no estan dispuestos a romper sus grilletes por temor a la incertidumbre y a la falta de confianza que tienen sobre sí mismos, ser libre en este mundo tan alienante y esclavizante es una tarea compleja, se necesita ser valiente, tener una gran convicción y comenzar a amarse a uno mismo para aprender a amar a los demás sin dañarnos a nosotros mismos.
Por último recuerdo que antes de despedirse le pregunté ¿Si tenía pareja? ella me contestó que siempre tenía pareja, y ¿Quien es? le replique. Ella me miró a los ojos como si quisiera que ardiera en fuego mi alma, y me contestó: Siempre voy a tenerme a mi misma como el primer amor.
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