Cacao mental y sentimental... ¿ayuda?

Buenos días.
Es mi primera vez en el foro, aunque hace bastante tiempo que lo leo casi todos los días.
Disculpad si me enrrollo mucho o no hago bien los párrafos.

Ahí va mi historia.

Tenemos 38 años, vivo con mi pareja y la hija de ambos, de apenas 9 añitos.

Nos conocemos desde que teníamos 13 años, más o menos. Toda una vida juntos (25 años).
La nuestra ha sido una relación muy tormentosa, incomprensión e infidelidades por su parte, y por la mía, aguantar los chaparrones "casi" sin quejarme.

Con 25 compramos nuestra actual casa, y un año y medio después, nos fuimos a vivir a ella.
A los dos años nace nuestra hija. Sufro una depresión, tengo muchas dudas de si le quiero (no me he sentido muy apoyada por él en el embarazo, parto, se quedó dormido a mi lado la noche del parto y yo como un flan, ni en la depresión, sólo me decía que dejara de tomarme las pastillas que me había recetado mi médico, que haber si iba a tener problemas de adicción...).
Nos separamos cuando mi hija tenía 2 añitos.

Se fue a vivir a casa de sus padres, no pasaba nada de pensión a la niña, yo tampoco se la pedí. Pensaba que a mi niña, estando yo, no la iba a faltar de nada, y más o menos lo conseguí.

Su vida era: dos o tres días a la semana, con la niña por las tardes y por las noches en casa de sus padres. Los demás juergaaaaas. Compañías, noches... cocaína (y yo sin enterarme de nada).
He de decir, que yo nunca le he quitado de verla, incluso le decía que estuviera más con ella, que se estaba perdiendo muchas cosas de la niña.

Después de llevar separados 2 años, unas navidades, que si te quedas a comer en casa que es el cumple de la niña, que... miraditas. En fin que se nos veía con ganas de volver.

Empezamos despacito, sin prisas. Él seguía viviendo en casa de sus padres, cenábamos en la nuestra, se marchaba, yo creía que a casa, y resulta que se iba de juerga (ocultándomelo).

Le dije que si prefería esa vida, que siguiera haciéndola, pero no conmigo, no entendía que me dijera que quería estar con nosotras y luego se marchara de juerga, pero lo hacía.

Durante unos meses estuvimos en un tira y afloja. Se viene a vivir con nosotras, y de vez en cuando, juergaaaa.
Pero que le daban las 7 de la mañana y aún no había aparecido por casa, ni cogía el móvil...

Me entero que tiene problemas de adicción a la coca. ¡Qué grande me vino aquello! No sabía ni qué hacer, ni dónde acudir, nada...

Quien, por desgracia, haya pasado por esto, sabe lo que es. Insomnio, ansiedad, no comer...

Comenzamos a ir a un centro de ayuda CAD. Según él todo estaba controlado, ¡qué miedo me da la gente que controla tanto!

Recaídas 2, una confesada y otra negada hasta la saciedad.

Mentiras, mentiras, mentiras... todas.
Yo haciendo de detective, revisando facturas, haciendo listas con los números a los que más llamaba, histérica perdida, jugándome la salud.

La cosa no mejora y, con la segunda, recaída, tiro la toalla. Confesión de él: no sólo consume, sino que también trapichea. ¡Alucinante! ¡Vergonzoso!...

Se marcha a casa de sus padres.
Dejo de asistir con él a las sesiones del CAD, van sus padres con él. Me siento liberada, como si me hubiera quitado un gran peso de encima, y así creo que es. Que se hagan otros responsables de él. Yo ya no puedo más.
Algo de tranquilidad para mi espíritu.

No pregunto, no quiero saber, cómo le va en el CAD, total, cuando me cuenta algo, pienso que es mentira...

Seguimos viéndonos con asiduidad, está la niña (pobrecita mía lo que ha pasado y visto, aún teniendo cuidado de que no se enterara de nada), pero, como ya sabemos todos, los niños de tontos no tienen nada, y las cogen al vuelo.

Este verano volvió a casa. Creo que no consume, no lo sé con certeza. Tampoco quiero pensarlo.
No tengo ganas de hacer el amor con él.
No me inspira confianza, no confío en él, no dejaría mi vida ni la de mi hija en sus manos (sé que es muy fuerte, pero es lo que siento).

Hemos estado asistiendo a terapia de pareja e individual con una psicóloga. Él dejó de ir. Decía que lo que estaba haciendo era casi entrar en una depresión. Es una cosa muy mala que te hurgen en el interior, y él no parecía tener muchas ganas. Solamente piensa que tenemos un problema de sexo, él quiere mantener sexo conmigo y a mí no me apetece.

No aporta nada de dinero a la economía familiar, salvo alguna limosna de vez en cuando. Yo costeo todos los gastos de la casa, de mi hija, e incluso alguna vez he tenido que pagar alguna de sus facturas. Tenemos dos cuentas en distintos bancos, en los que aparecemos los dos como titulares. Él tiene un negocio propio y ni él mismo, ni yo, sabe/mos lo que gana.

Total, que la última bronca fue anoche, porque, el señorito, a pesar de no aportar nada en casa, la casa en la que vivimos la he pagado yo desde el primer día, él no ha pagado ni una sola letra de la hipoteca, se apunta a un gimnasio.
Osea, que no hay para sal, y tiene que haber para pimienta. NO te j...
Se hace el ofendidísimo, que si me regodeo de que gano más que él, le digo que no, no me regodeo por que no sé lo que gana, ni él tampoco. Me llama egoísta, que lo mío sólo es mío, y que él lo poco que tiene, lo comparte con nosotras. ¿Egoísta yo que llevo pagando todos los gastos de mi casa desde hace más de 10 años, los de mi hija 9, y sin decir ni esta boca es mía? Tengo algo de dinerillo ahorrado, pero no quiero tocarlo porque nunca se sabe lo que pueda pasar, y ya me ocurrió una vez que tuve la cuenta en números rojos, y me hizo sentir tan mal, que me prometí que no me volvería a ocurri. A él lo que le pasa es que en cuento tiene algo de dinero ahorrado, que no suele ser muchas veces, comienza a pensar en qué gastárselo... y no entiende que yo ese dinero no lo quiera tocar, salvo en caso de emergencia, pero mira, allá él.

Anoche, durante la bronca, me salta que está en casa por su hija y porque no tiene ni un ... duro, palabras textuales. Y yo me pregunto ¿qué hago con este mantenido, si le puedo llamar así?

¿Qué hago con él, con mi vida, con mi pequeña...?

¿Me merece la pensa estar con una persona que no ayuda con la economía familiar, cada vez que hace algo en casa, tipo recoger la cocina después de cenar, o cuatro tonterías por el estilo, te esté recordando lo que "te" ha hecho constantemente, hasta la saciedad, para que no se te olvide que él también "colabora" con las tareas de la casa, y que solamente tiene ganas de comer y de foll..., y que yo pienso que con tal de hacerlo le daría igual que fuera conmigo que con otra?...

Siento el rollo que os he contado.

¿Alguien se ha encontrado en esta misma situación?
¿Podéis ayudarme?

Un saludo y gracias.