Hola, creo que te vi en la cafetería hablando con tus amigas, o quizás fue en el metro. Creo que te vi de compras en el mercado o llevando los niños al colegio. No puedo acordarme exactamente. Creo que te he visto en muchos sitios, confundida entre la gente a veces, otras, altiva y elegante y otras cansada y baldía.
Tú también me has visto en alguna ocasión. Quizás nos hallamos mirado alternativamente y bajado los ojos cuando sentimos que podemos estar llamando la atención. Por miedo a qué pensará, por temor a aparentar lo que creemos no ser o manifestar lo que de una manera natural hemos sentido los dos.
En esos dias, en esos escasos momentos de nuestras vidas en que miramos en nuestro fondo y lo sentimos vacío. Esos instantes en que desearíamos llenarlo con una conversación junto con el oloroso aroma de un café. Contigo.
Si eres tú la que me mirastes, la que buscastes una mirada, la que deseabas llenar de alguna manera tu vacío. Si estás leyendo esto y necesitas iniciar un encuentro en tu vida para dar salida a los fantasmas que todos, absolutamente todos, tenemos. Si eres tú, me gustaría decirte que soy una persona natural que únicamente pretende, de la mejor manera posible, y con todo el respeto que una relación humana se merece, conocerte, hablar y tomar ese café contigo.
Tenemos muchas cosas que contarnos. Tu y yo no somos tan diferentes y tenemos muchas cosas que contarnos.
Tengo 39 años, vivo en Madrid. No tengo ningún miedo a que nos miremos y esta vez, sin esconder los ojos, sin bajar la mirada. Por favor, llevamos media vida así. Te ofrezco mi mas pura, sana y sincera amistad