Hola
¿Sabes? ayer por la tarde me estaba acordando de lo que dices en la charla y me excité fantaseando un poco contigo. Sabes? pensaba que habíamos quedado en un sitio con suficiente confidencialidad incluso para desnudarnos y que nadie nos molestara. Yo para la cita llegaba como estaba vestido ayer mismo, con unos vaqueros pero sin slip. Además previa a nuestra cita me había arreglado el vello de mi sexo (el vello de mi cuerpo lo llevo siempre arreglado, en verano y en invierno, por lo de la natación). Me había dejado solo un pequeño triangulito de vello en el pubis, de tal modo que mis ingles, mis bolas y el tronco de mi verga estaban totalmente limpios de pelo, solo piel tersa y suave.
Pensaba que estábamos los dos de pie, uno frente al otro, y que yo te preguntaba que si querías ver mi verga y que tú me contestabas que si. Entonces yo, muy despacio, me abría la hebilla del cinturón y el botón del pantalón. Después, más lentamente, me bajaba la cremallera y según iba bajándomela me abría la bragueta para que mi miembro fuera viéndose poco a poco. El hacerlo así de despacio y que tú me estuvieses mirando me excitaba y eso hacía que mi ... estuviese gorda aún antes de sacármela.
En triangulo de mi bragueta abierta delataba claramente que no llevaba slip y dejaba ver inicio del tronco de mi rabo que estaba apuntando hacia abajo. Entonces me empecé a bajar lentamente el pantalón, mi ... fue quedando poco a poco al descubierto hasta que la tela liberó la punta del glande y , entonces, todo mi miembro se levantó en plena erección. Asi nos quedamos un momento, tú mirando mi verga erguida con el glande apuntando hacia arriba, hacia tu cara. La piel de mi ... de veía rosada y tersa, y sobretodo de notaba que era suave, muy suave. Entonces, acerque mi mano y me bajé la piel para descubridme el glande. Al momento, tú pudiste ver mi glande totalmente hinchado, incluso se veían hinchados los pequeños labios del agujerito.
Y en ese momento pasó lo yo que deseaba desde que empecé a quitarme el pantalón, tú te arrodillaste delante mía quedando tu cara muy cerca de mi verga. Entonces te cogí suavemente tu cabeza para que fuese yo el que me moviera y poder hacer. Quería que sintieras la suavidad de mi nabo antes de metértela en la boca y por eso empecé a rozar mi glande primero por tus mejillas, rozándolas levemente; después seguí rozándote el glande por toda la cara hasta que llegué a tus labios, allí entonces te pedí que los abrieras y tú rodeaste con ellos mi glande. Entonces di un suave golpe de riñones y te metí la ... entera en tu boca, y te dije ¡¡ chúpamela ¡¡