Llevo 10 años de casado, despues de la adopción de nuestra única hija, a los tres años de casados, las cosas cambiaron sustancialmente, entre los dos. Ella se dedicó totalmente a nuestra hija, me descuidó mucho, no teniamos relaciones por mucho tiempo (6 meses o mas). Poco a poco me fui desilucionando, ya no sentía lo mismo por ella, me daba fastidio llegar a la casa, evitaba llegar temprano, me sentía aburrido, en fin, siempre peleabamos y nuestra hija estaba sufriendo mucho por ello. Un día ella me dijo que quería ir de viaje donde su familia en otro pais, yo le dije que bueno que eso le ayudaría a relajarse un poco, pero que volviera, solo serian 8 dias me dijo. Ella se fue con nuestra hija de vacaciones, yo no podía por mi trabajo. A los 8 días me dijo que las cosas estaban mal entre los dos y que por bienestar de nuestra nena era mejor que no regresaba, que quería pasar unos 6 meses ahí. Al principio le dije que se regresara ya, pero después analicé y le dije que talvez si, era mejor. Poco a poco le fui enviando sus cosas, una mensualidad para su sustento, la niña la matriculó en un colegio en ese pais. A los 3 meses de irse empecé a salir con una chica, poco a poco me fui encariñando, era una mujer totalmente diferente, alegre, de buen genio, la verdad me sentí cautivado, pasamos mucho tiempo juntos. A los 6 meses le propuse a mi esposa el divorcio, ella me dijo que no, que regresaría pronto, pero yo no sentía nada por ella, asi que decidí hacer una demanda de divorcio. Me sentía felíz con mi nuevo amor, alegre, en otras palabras me sentía felíz, pero había algo que me torturaba todos los días, era mi hija, hablabamos mucho , todos los dias me decia que fuera por ella, que me extrañaba, y me lloraba por telefono; pensé que en pocos meses le pasaria, pero cada día era peor, su llanto; por la lejania solo era posible viajar en vacaciones, pero verla y dejarla allá me sentir horrible, me regresaba en un mar de lagrimas. Andrea (mi nueva compañera), empezó a celarme con mi exesposa, trataba de estar pendiente de las llamadas que le hacía a mi ex, analizaba el tono, trataba de controlar que no le envie mas dinero de lo pactado, en fin, eso me tenía un poco mal, pero me sentia enamorado y trataba de aguantar eso. A los 8 meses dedicidimos vivir juntos, fue maravilloso pero no faltaban las peleas por celos hacia mi ex, pues ella quería que la tratara bien indiferente y cortante. Me miraba sufriendo y llorando por mi hija, me sentía bien como hombre pero la culpa por dejar a mi hija, lo mucho que la extrañaba, por haberla adoptado y ahora que pase por una separación, mi casa no era la misma, todos los dias me imaginaba a mi hija corriendo de aquí para allá, era feliz, pero al mismo tiempo vacío. Todo esto me llevó a reconsiderar la posibilidad de intentar arreglar las cosas con mi esposa por el bien de mi hija, ir a sicologo de pareja y arreglar las cosas que llevaron a nuestra separación. Sabia que amaba a Andrea pero era mas el amor a mi hija, asi que le dije a Andrea que lo sentia mucho que la amaba pero que sufria por no estar con mi hija, ella me dijo que la felicidad no era solamente los hijos, que siempre va a ser mi hija, que fuera fuerte. Yo entendía eso, pero la verdad no pude soportarlo, asi que decidí separarme de Andrea, ella aceptó, lloró mucho, me dijo que me amaba demasiado pero que le importaba mi bienestar. Entonces decidí comunicarme con mi esposa y proponerle que volviera; ella me dijo que si, que intentaramos nuevamente pues nuestra hija no estaba bien, en el colegio le estaba yendo muy mal a causa de esta situación, asi que no firmamos el divorcio y regresó, volvimos y empezamos charlas con sicologos, mi hija mejoró mucho en el colegio, en fin, pero yo nunca dejé de pensar en Andrea, todos los días la recordaba, la pensaba y la pienso mucho, pensé que en pocos meses la olvidaría pero no fue así. Mi esposa por su parte totalmente cambiada, sin celos, y como siempre bien dedicada a mi hija, y hasta ahora dice que me ama, pero yo no siento que la amo, intento estar bien, la complazco en todo, nos divertimos, tenemos buen sexo, pero no siento lo mismo, por mas que trato, no me nace acariciarla, no me nace consentirla. En mi mente me digo "estoy luchando por mi familia" y haré las cosas bien, comparaba lo que sentía al lado de Andrea y era diferente, con Andrea sentia paz, tranquilidad, me sentia siempre alegre, me nacía acariciarla, hablarle tierno, cosa que con mi esposa no logro por mas que trato. A los 6 meses me encontré con Andrea, hablamos, me dijo que ha sido muy duro, que no me ha olvidado que a pesar de todo me sigue amando, no resistimos la tentación de abrazarnos y besarnos desesperadamente, nos dijimos que no estaba bien, que yo ya habia tomado esta decisión por mi familia, asi que no era prudente que nos miremos, nos despedimos con llanto, pasaron unos dias y me escribio un mensaje que me amaba, le respondí le dije que queria verla, nos vimos en su casa, y el amor que sentia estaba intacto. La culpa de serle infiel a mi esposa me hace tratar de evitarla. No se que me pasa, no se si es amor lo que siento por Andrea, es un capricho, amo a mi esposa?, vale la pena seguir intentandolo?. La cuestion es que mi esposa es de otro pais y ella siempre me ha dicho que si se divorcia se regresa pues allá tiene muchas posibilidades de trabajo, tiene toda su familia, sus padres, puede montar un negocio, eso es cierto. Acá en esta ciudad las posibilidades para que ella esté bien son complicadas, asi que tiene razón, ademas dice que no soportaria verme con otra, yo le doy toda la razon en eso. La verdad no se que hacer... solo se que amo a mi hija, y que no es justo que sufra, el año separados fue dificil, se enfermó, me lloraba todos los dias rogandome que fuera por ella, que queria su famlia, quiere vernos a los tres en familia. Con mi esposa ahora no peleamos, no discutimos, pero la duda de la verdadera felicidad y el recuerdo de Andrea y el deseo de estar al lado de ella me invade.
