Les comparto un pequeño relato erótico. Espero que sea de su agrado.
Estaba sentado, esperando pasar a la oficina de la gerente para una entrevista de trabajo en un despacho. Ya era de noche por lo que creí que mi turno llegaría hasta el día siguiente. Después de varias horas toco mi turno, el encargado me dijo que yo era el último de ese día. Al entrar me encontré con una señorita que daba la impresión de tener alrededor de 26 años. Era atractiva y bastante sexy, vestía una falda corta sin mallas y una blusa blanca escotada; tenía el cabello castaño y los ojos café claro detrás de unas gafas, debido a mi inexperiencia en cuestiones de trabajo (pues hasta entonces no había tenido la necesidad de ganarme mi propio dinero) entre a la oficina sin antes haber tocado, así que no pude evitar mirar que se estaba tocando los senos, por lo que se sobresalto al mirarme.
-¡¿Es que no te han enseñado a tocar la puerta antes de entrar?!- me dijo en un tono especialmente raro, parecido al español de España.
-Disculpe, por favor perdóneme, el empleado me ha dicho que podía pasar y no estoy acostumbrado a tocar puertas.
-Ya veo-dijo ya un poco más calmada-siéntate.
-Gracias, he venido por el puesto, sería un honor trabajar en esta empresa.
Por los siguientes 5 minutos todo fue aburrición, la entrevista de trabajo iba bien, a mi parecer, hasta que a ella se le cayó su pluma. Yo soy bastante rápido así que me agache para recogerla, pero al hacerlo me di cuenta que la señorita no traía ropa interior puesta, notando que tenía su zona depilada.
Le di la pluma y ella me dijo gracias acompañado de una sonrisa bastante picara. Fue entonces cuando se soltó el cabello y se desabotono otro botón de su blusa. Sus pechos eran algo pequeños pero bastante bien formados. Yo estaba pasmado, trate de seguir con la entrevista pero ella se acerco a mí de una manera tal que podía ver por completo su brasier. En ese momento mi pene tuvo una erección. De inmediato se noto el bulto en mi pantalón y ella no dejaba de mirarlo.
Poco después fue por una taza de café e hizo como que tropezaba, derramando el líquido sobre mi pantalón. De inmediato fue por una toalla ¡y me limpio!, frotaba con fuerza sobre todo en la parte donde estaba mi pene. Sus labios estaban demasiado cerca de los míos y yo ya no pude más, estaba demasiado excitado, así que la bese. Ella no se resistió, aventó la toalla y metió su mano en mi pantalón, tocando con frenesí mi parte intima. Primero bese sus labios, ella solía morderme los míos, después baje a su cuello mientras tocaba sus pechos y ella gemía con cierta exageración, como si estuviera en una película porno. Posterior a esto comencé a desabotonar su blusa y le quite el brasier. Sus pezones estaban duros, entonces comencé a frotarlos y lamerlos. Poco después, ella me quito la camisa y el pantalón, fue entonces cuando dude, a pesar de que ya estando tan excitado rara vez te pones a pensar.
-Espere, ¿podría darme un condón?
-No seas idiota, con condón no es igual, y si no traes no es mi problema, me vuelves a interrumpir con esas niñerías y te voy a tener que echar, por lo que me veré obligada a hacerlo con el de intendencia.
Yo no estaba seguro de querer hacerlo sin protección, pero ella no me dio mucho tiempo de seguir pensando, puesto que se metió mi pene a su boca, a partir de allí sucumbí ante el placer.
Me corrí en su boca y ella se trago mi semen. Poco después comencé a besar su vagina y a frotar su clítoris, todo era tan espectacular, de vez en cuando soltaba frases en su tono español que hacía que yo me excitara aun más.
Después de haber eyaculado dentro de ella, creí que había terminado. Sin embargo se puso en cuatro patas y me dijo que se la metiera. Ni tardo ni perezoso, tome firmemente sus glúteos y comencé a metérsela por el ano. Ella gritaba y gemía mientras se frotaba el clítoris, ambos estábamos sumamente excitados. Como ya se imaginaran, termine eyaculando también en su ano. Era una mujer insaciable.
Después de recobrar el aliento nos vestimos. Ya era más de media noche
