El Parlamento Europeo (PE) ha aprobado hoy prohibir en los 27 el comercio de productos derivados de la foca salvo que procedan de la caza tradicional que practican los inuit o de las capturas previstas para mantener el equilibrio de los recursos marinos. La prohibición, que la Eurocámara ya había acordado con los gobiernos europeos, será obligatoria en todos los Estados miembros en un plazo de nueve meses. Las normas aprobadas unifican la situación vigente en Europa, donde varios países ya han prohibido el comercio o tenían intención de hacerlo en el corto plazo. La ONG Humane Society calcula que cerca de un millón de focas son cazadas al año por motivos comerciales y que, hasta ahora, sus pieles se vendían legalmente en la Unión Europea (UE).
El nuevo reglamento, aprobado con 550 votos a favor, 49 en contra y 41 abstenciones, veta la comercialización de "los productos, transformados o no, derivados u obtenidos de las focas, entre los que se incluyen la carne, el aceite, la grasa, los órganos, las pieles en bruto y las pieles curtidas o adobadas". La iniciativa para prohibir el comercio fue una reclamación ciudadana, transmitida al PE mediante numerosas cartas y peticiones.
Según el PE, en la práctica supondrá la prohibición de la compraventa de artículos como bolsos, gorros, botas o guantes comúnmente empleados por motoristas, esquiadores y boxeadores, así como productos parafarmacéuticos, como los compuestos por ácidos grasos Omega 3. La prohibición comprende también las importaciones, salvo cuando éstas tengan una naturaleza ocasional y se refieran a bienes personales de viajeros o a sus familias.
La mayor parte de los productos derivados de la foca que penetran en Europa proceden de terceros países como Canadá, Groenlandia, Rusia, Namibia o Noruega. Dentro de UE, Finlandia, Suecia y el Reino Unido también matan a estos animales y utilizan su piel, mientras que Dinamarca e Italia son los principales importadores en el grupo de los 27.
La decisión del PE fue criticada con dureza por las asociaciones de cazadores y de fabricantes de artículos derivados de la foca como Canadá, que ha amenazado con denunciar la prohibición ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) por restringir la entrada de sus productos al mercado europeo, uno de los principales destinos de sus exportaciones. Como contrapartida, la organizaciones defensora de los derechos de los animales Humane Society ha considerado que las nuevas normas "hacen historia" y "cumplen con las expectativas de millones de europeos".