Una historia sobre relaciones. ¿Qué os parece?
Me levanté con ganas de ir al gimnasio, ese día no tenía nada que hacer por la mañana, y decidí ir a sudar un poco. No suelo ir muy a menudo, pero pago religiosamente todos los meses no vaya a ser que quiera ir un día y no pueda ir.
Normalmente voy por la tarde, pero si puedo me gusta ir más por la mañana. Hay menos gente y no hay que hacer cola en las máquinas. Ese día me apetecía hacer bici.
Me coloqué mis cascos, para emocionarme con la música mientras hago el ejercicio, y puse en marcha el cronómetro. No llevaba ni quince segundos cuando noto que alguien me toca el brazo. Miro y me encuentro en la bici de al lado a Miguel, un amigo al que no veía desde hace meses. Estaba a menos de un metro de distancia y me costó unos segundos reconocerlo. Lo veía muy cambiado.
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