Pues soy una persona que ahora mismo está cerrando una etapa, para bien o para mal. No es que me sienta de maravilla, pero estoy contando con muchísimas personas que me están escuchando y ayudando y se agradece mucho.
Para resumir un poco, de trata de un chico que me gustaba en el instituto y a quien me lo encontré después de más de diez años. Cuando lo hice, pude hablar un poco con él, le agregué en Facebook, etc.
Pero pasó algo curioso, al agregarle y ver su perfil, fue como ver a dos personas totalmente opuestas. Claro, que soy consciente de que Facebook es solo una imagen, una ilusión. En Facebook, veía a alguien divertido, que hacía sus gracias y, ya que estamos, un poco vacilón si que era, las cosas como son. Pero las veces que ha hablado conmigo, no he visto ni rastro de lo que vi en Facebook. Vamos, que no era precisamente la alegría de la huerta. Tenía otras buenas cualidades, si, pero yo notaba que tampoco me contaba cosas muy alegres, incluso una vez me habló de un perro suyo que se murió o que le costaban las oposiciones (¿Y a quién no?), etc. Pero ya está. Todo eso me parecía raro pero lo dejé pasar porque total, si en realidad, le conozco desde hace un mes, más o menos.
Acabo de tener una conversación con él y ha sido un desastre, porque ahí me he dado cuenta de que no le intereso. Le he dicho que yo me voy mañana a la biblioteca y él se va a la hemeroteca con un amigo, pero en fin. Y todo esto fue porque me pregunta si voy a ir a la biblioteca mañana. Y me lo pregunta cuando me decido a saludarle en Facebook. En fin.
¿Y qué hago yo? Culparme por todo. Culparme porque pienso que debí haber quitado información mía de Facebook, que soy como un libro abierto y seguro que se ha desinteresado (si es que lo estuvo) porque, de un golpe, ya sabe mucho de mi; culparme por darle tantas vueltas a la cabeza; culparme por ilusionarme demasiado pronto y culparme por no haberme valorado más, porque iba provocando encuentros con él. No muchos, pero alguno si que ha habido. O porque puede que se me haya notado demasiado que me gustaba. Y todo esto resulta muy contradictorio porque también me iba diciendo que le he mostrado muchas cosas buenas de mi. De verdad, que era lo que sentía. Ha visto, sobre todo, mi sonrisa, mi positividad y mi generosidad. Se que tengo muchas cosas buenas.
Por lo tanto, me siento, por un lado, mal por lo que me ha pasado pero, por otro, diciéndome mira, si él no es una persona, digamos, alegre, que para mi es algo fundamental, pues qué le vamos a hacer. O puede que él no me haya querido mostrar esa parte.
Pero me canso. Estoy cansada porque quiero estar con alguien que me guste mucho, que me guste de verdad. Y así he estado muchas veces, que parece que los que me gustan, no les gusto y los que no me gustan, les atraigo. No se como me las apaño.
He tenido alguna que otra buena relación, aunque rompimos, pero bueno, pero lo normal en mi es encontrarme esa secuencia, por lo que ya no se qué falla.