" Hola, ricardo"
Enviado por tardi01 el 26 enero a 01:26
Aún si no te creyera, tus últimas frases me convencerían del todo que no tienes idea de qué es infidelidad.
Desde luego que haber experimentado en carnes propias algún hecho de la vida ayuda a comprenderlo, pero no es una condición suficiente y tampoco necesaría. Desde luego que hace pensar por qué se empeña alguien que no ha sido/nunca le han sido infiel en explicar (incluso a los que han sido y entre ellos me incluyo) qué conyo es la infidelidad y cómo hay que entenderla, mirarla. Yo este afán lo achaco a una cierta inocencia que pese a la edad, a la sabiduría y a tu experiencia de vida has conservado.
En el mundo de los infieles tenemos mucha soltura; vivimos las cosas a fondo y nos movemos con naturaleza, nada de maneras bruscas o avanzar a base de golpes; todo es una crema. Sinceramente creo que la imágen del infiel carcomido por su culpa es una ficción de los autores de novelas rosas copiando a grandes escritores franchutes o los rusos.
Los "carcomidos por el sentimiento de culpa" no lo son sólo en el ambito de la infidelidad, sino en muchos otros sólo que su manifestación en relación con la infidelidad es más visible, tiene mejor contorno.
Pero yo sólo quiero resaltar una dimensión de la infidelidad que se olvida siempre, porque siempre la moral(ina) puede con cualquier discurso honesto sobre el temita y suele acabar todo en un ataque generalizado hacia quién la *defiende*. Se trata de la función de válvula de escape para los deshechos acumulado en la pareja "oficial" a lo largo del tiempo. Hay parejas que no sobrevivirían en la más pura fidelidad, se ahogarían los dos.
Ahora la forma de vivir la infidelidad - y hablo de las dos partes, la parte cornuda y la parte infiel - claro que es variable según las pautas de cada pareja. Un psicóloga decía en un libro que estoy leyendo que "no he encontrado en mi experiencia clínica infidelidad que no haya hecho daño". La frase es muy bonita pero hay que leerla en el ámbito en que su autor la ha planteado, el de su "práctica clínica". No "todas" las infidelidades, sino las que se le presentaron (y no es difícil imaginarse que de hecho se han presentado al psicólogo porque "hacía daño", nadie va a pedir terapia si está bien.) Igual hay infidelidades que hacen daño y nunca llegan a "terapia", también lo veo posible. Pero la frase no descarta la posibilidad de que quede una cierta probabilidad de infidelidades que no sean enfermizas, dañinas, sino neutras o incluso positivas. Supongo que una razón lógica por qué no se habla tanto de ello es lo políticamente correcto. Decir que hay infidelidades positivas, que acaban bien, que son oxígeno para parejas no puede convenir a muchas de ésas que, con sus quejas respectivas, siguen "perdonándose" y "prometiéndose" cosas.
Y otro apunte, no todas las infidelidades surjen de "amore ingobernables", pero nos gusta mucho hablar de historias a la Paulo Coelho, hablar de serendipidad y destino, esas cosas siempre han gustado a las mujeres y, últimamente, descubro que a los hombres también les van los culebrones.
Y me gustaría que todo el discursillo se me leyera desde la perspectiva que el infiel no deja de ser humano y persona y teniendo derecho a equivocarse, como cualquiera. Desde lejos que si mi pareja se puede equivocar, prefiero que compruebe antes de montarme a mí el numerito de "no te quiero más pero amo con amor a otra" que la final acabe en una risa a mandibula batiente. Desde luego que prefiero antes a un infiel que a un tonto patético y me gusta creer que mi pareja también prefiere.