Pues a veces no nos damos cuenta y es nuestra culpa, mi esposo acostumbraba en nuestro aniversario, regalarme flores, hasta que me parecío una ridiculez y un gasto innecesario, un día le dije que lo dejara de hacer, y cuando no las recibí, pensando, ilusa, que no me iba a para bolas, me puse a llorar. Igual, en un cumpleaños le dije que no me regalara nada, sabía que teníamos muchos gastos ese tiempo, y no quería que gastara, igual zas, no me regaló, me puse a llorar en el baño. La solución, se lo dije, le dije que no me parara bolas, que me dolía no recibir nada, me sentía mal. Lo de las flores, lo superé, son muy costosas, pero siempre me da algo en los aniversarios y en los cumplaeños, y cuando me da la luna y le digo esas cosas, ya ni me hace caso.