Si no entra, no entra
Si no cabe, no cabe; es decir, puede darse el caso de que entre el grosor de su pene y el tamaño de tu boca no entre, o si lo hace que le rocen los dientes (que aún es peor). En ese caso pues mételo hasta donde te guste, ayúdate de las manos, lámele solo el glande, etc. Si este es el caso seguramente disfrutarás mucho en la penetración con un pene grueso como ese.
Si el problema no es que no entre por la boca, sinó que no consigas hacerla llegar al fondo... eso necesita un poco de práctica y técnica. Debes colocar la cabeza de forma que el pene entre recto hacia tu garganta, pero debes practicar poco a poco (prueba con una zanahoria, por ejemplo) porque puede que sientas arcadas mientras no te acostumbres a la sensación. Para enterdernos es como hacer de tragasables.