Hola!
He visto que ha salido varias veces el tema de si el sexo con menores es abuso cuando es consentido, y quisiera contar mi historia.
Cuando tenía 15 años empecé a salir con un chico 9 años mayor que yo. Yo, típica niña ingenua de colegio de monjas, con una estricta educación en casa y con el firme convencimiento de llegar virgen al matrimonio. Él, típico guaperas que a sus 24 años ya tenía perdida la cuenta del número de chicas con las que se había acostado.
Yo no quería hacerlo. Él intentaba convencerme día tras día de que era una necesidad física de todo hombre y que mis creencias eran una chorrada. Yo seguía sin querer hacerlo, pero a la vez no quería perderle.
Llegamos a un acuerdo: penetración anal. El dolor para mi era insoportable y finalmente accedí a hacerlo. Yo siempre lloraba durante el acto, a él parecía no importarle (quizás ya se había acostumbrado) y se limitaba a decir "no llores, y ya verás cómo con la práctica al final te gusta".
Así estuvimos 2 años. A mis 17, lo típico: empiezas universidad, nuevos amigos, amigas que empiezan a contarte sus primeras experiencias sexuales y a comparar... fui entonces consciente del animal que tenía por novio, y lo dejé.
Aunque no hubiera estado con él, no creo que hubiese llegado virgen al matrimonio. Pero en cualquier caso este chico me dejó unas secuelas psíquicas, e incluso físicas que tuve que cargar durante mucho tiempo, y que incluso hoy, a mis 29, resurgen de vez en cuando incomprensiblemente (aunque es algo que tengo ya más que superado).
Pues bien, supongo que legalmente hablando no fue un abuso (porque fue con mi consentimiento), pero psicológicamente hablando, para mi su actitud rozó la pederastia.
Hoy en día lo que me pregunto es si debería haberlo denunciado.