Esta sicologa Española lo describe de esta manwera:
"Existen, por supuesto, unos gustos masculinos y femeninos innatos y universales, impresos en nuestro código genético, y de los que depende la supervivencia de la especie. Machos y hembras humanos tendemos a considerar atractivos a sujetos de ojos brillantes, pelo reluciente, piel suave (o sea una persona bella)y personalidad vivaz; es decir: nos atraen los indicadores de salud, pues, genéticamente hablando, nos conviene emparejarnos con individuos capaces de engendrar o concebir criaturas sanas. Sin embargo las hembras tendemos, impulsadas por la tiranía estrogénica, a buscar un buen cazador (si es buen cazador, está asegurada su buena salud y vitalidad aparte de su inteligencia y habilidad para procurarse los medios de proteccion y alimentación), que no sólo nos garantice la concepción de unos cachorros con mayores posibilidades de supervivencia (al heredar sus genes), sino también su crianza (por el alimento y protección que brinda el buen cazador). Deseamos pues un macho fuerte y atlético que abandone cada mañana la cueva con predador entusiasmo y vuelva a ella cada noche con un mamut bajo el brazo. Lo que nuestros genes no saben es que las cuevas han sido sustituidas por oficinas insalubres y que los hombres ya no batallan contra mamuts sino contra el Excel. Pero, qué quieren, el progreso humano va más deprisa que la evolución de sus mandatos cromosómicos. Debe ser por eso que, las encuestas se inclinan por el tipo físico de aguerrido y potente hombre de verdad, y todas responden unánimemente que buscan al amor de su vida entre los varones con más estudios, con más dinero y con mejor empleo que ellas mismas, pues estos logros reflejan en forma indirecta, la posesión de un paquete genetico de mejor calidad, de mayor adaptación y por ende, con mayores posibilidades de tener cachorros con mayores posibilidades de vida.
De aquí que, aunque la belleza es un indicador de salud y vitalidad, desde el punto de vista reproductivo es más importante la condición de buen cazador, de ser capaz de obtener los recursos necesarios para la vida, la condición de exitoso y ganador, pues para serlo queda implicito que cuenta con la salud y vitalidad necesaria, aarte de su mayor capacidad de autosustentación.
En sociología a esta tendencia de las mujeres a sentirse atraídas por tipos de mayor estatus económico y social se le llama hipergamia, y es la que explica esas parejas genéticamente desequilibradas a las que nos tiene tan acostumbrados el papel couché, constituidas por un sesentón senil achacoso y encogido (forrado de millones, eso sí) con maciza de buen ver y apabullante lozanía, prácticamente desconocida antes de su provechoso desposorio.
Ahora si el macho que tenemos delante, aparte de ser millonario, exitoso y ganador, también es hermoso, pues mejor que mejor"
