Relato sexo anal
De un tiempo a esta parte he pensado mucho en lo de 2012, fin del mundo...
''¿Será cierto?'' Pensaba... Vaya... entonces moriré con veintiún años sin haber experimentado una noche vieja de esas de ''¡Jo, qué noche!'' ya que después de demasiadas noche viejas nefastas en las que guardaba la esperanza de recordar esa noche como indescriptible, me rendí para confirmarlo ''odio la noche vieja'' así es, odio la noche vieja, odio tener que pensar qué ... me voy a poner esa noche, a dónde narices voy a ir, cuánto voy a tener que gastarme y todas esas ... preguntas...
Pero lo que más me preocupaba, LO QUE MÁS, era que desde que corté con mi ex, no había echado un buen polvo, bueno qué carajo, y en los últimos meses con mi ex tampoco, así que... echando cuentas... lo que con veinte años debía ser para mi una vida sexual activa y placentera... eran unos 10 meses de ¡¡agh!! sequía descontrolada... Si, algunos pensaran que no es tanto tiempo, pero al que nunca lleva bragas la costura le hace llagas, llevaba desde los 15 años copulando sin parar con mi ex... cinco años, y se había acabado el amor... y el sexo. Así que mi temor era, ¿Y si de aquí al fin del mundo... NO F0LL0? oh Dios mío... No solo necesitaba echar un polvo, necesitaba echar un BUEN polvo...
Estaba tan salida que llevaba meses masturbándome varias noches a la semana, horrible, empezaba a preocuparme. Y no penséis que no lo intenté, lo intenté con varios chicos, pero no hubo manera de que la cosa funcionara, se ve que para que yo funcione en el sexo, el tío tiene que volverme sumamente loca, yo no soy de las que llegan y besan el santo, así que mis intentos fallidos por gatillazos, falta de ganas, aburrimiento... nada, que no había manera. No había hombre que llamara mi atención o que provocara en mi más de un ...a falta de pan...
Hasta que un día, si, HASTA QUE UN DÍA (música de triunfo) le conocí.... Miento, vale, es mentira, ya le conocía, pero ahora ¡estaba soltero! y reconozco que cuando tenia novia nunca me había fijado en él e incluso me caía mal porque era un antipático al contrario que yo, que hablo por los codos y soy la simpatía personificada, y cuando una persona te cae mal, directamente, le ves feo/a, al menos en mi caso. Pero esa noche... umm... esa noche estaba distinto, hablábamos, nos reíamos. Era alto, solo recuerdo haber estado con otro chico así de alto, y es que yo soy una chica alta. Tenía mucho pelo, castaño (necesitaba un corte) sus ojos eran realmente inmensos y verdes oscuros, tenia una nariz más grande que pequeña, y unos labios sensuales, en su brazo derecho lucía un tatuaje tribal (muy macarra) y estaba musculoso por el gimnasio.
Como ya he dicho estaba muy salida y no quería desperdiciar la ocasión, seguí hablando con él, toda la noche, pero de nada especial ya que estábamos en una discoteca y no se oía nada, nos gritábamos al oído para entendernos, me cogía de la cintura cada vez que yo me acercaba a decirle algo, me vacilaba, yo a él también. El camarero amigo nuestro nos dejo una guitarra (la cual yo le había pedido) y empecé a tocarla, claro como no se oía nada el tenía que acercar la cabeza a las cuerdas, se río de mi, me la quitó, y comenzó a tocar la guitarra de una manera muy sexy, se le daba bien, y si, yo también tuve que acercar la cabeza a las cuerdas.
Al acabar la fiesta le pedí que me llevase a mi casa, y fuimos en su coche, era un coche grande, audi, azul, muy bonito, pero muy sucio, me daba igual, para lo que lo quería servía. No recuerdo de qué hablamos por el camino, pero al llegar a mi calle, fui a darle dos besos para despedirme... no sé cómo no me tiré a deguello, a si, ya se por qué, porque lo hizo él... Pero recuerdo su mirada... era una mirada que rompió mis esquemas, yo le tenía por un chico antipático, un poco asocial, muy cerrado a conocer gente nueva... pero me miró con ternura a mis labios mientras se acercaba y su boca perfilaba una suave sonrisa que incluso me resultó paternal, como si yo fuera su niña...
Su lengua se rozaba suave y lentamente con la mía... sus dientes mordían suavemente mi labio inferior, nos besamos durante mucho tiempo para mi sorpresa, y al separarme vi otra vez esa sonrisa, pero esta vez sus ojos no miraban mis labios, sino mis ojos. Sentí que mi corazón latía fuertemente, mientras nos mirábamos en silencio sentía como mi zona íntima palpitaba, volvimos a besarnos, me separó suavemente y me dijo que fuéramos a otro sitio.
Caliente como estaba no podía negarme, y me llevó a su parcela, era muy grande, fuimos al salón que era inmenso, el encendió la chimenea y yo me tumbé en el sofá.
Tenía miedo de que no saliera bien, de que a él le diera un gatillazo o que yo no supiera moverme, tenía tantas malas experiencias que era inevitable temer. El se sentó junto a mi en el sofá y nos pusimos a charlar mientras yo me hacía uno de sus canutos, después nos lo fumamos mientras hablábamos y reíamos, y al final, me dijo ''ven'' me cogió y me sentó encima de suyo. No me besó, muy despacio bajó los tirantes de mi camiseta veraniega, y mis pequeños pechos se intuían bajo el sujetador, el cual desabrochó con una gran maestría, cuando las vio se lamió el labio inferior seguidamente se lo mordió suavemente, y lentamente empezó a lamer uno de mis pezones y a darle pequeños mordisquitos... yo le miraba, me resultaba tan guapo de esa manera, lamiendo mis pechos... mi vagina palpitaba estrepitosamente y reclamaba atención, pero a la vez solo quería que se explayara con mis pechos. Sentía su pene erecto bajo sus tejanos.
Se separó de mis pechos y me besó, mientras yo le desabrochaba la camisa y al quitársela descubrí un cuerpo muy apetecible y un peircing en el pezón... me mordí el labio inferior y le lamí de arriba abajo sus pectorales y abdominales, estaba a cien...
Me tumbó en el sofá y volvió a lamerme los pechos, el vientre, suavemente iba bajando, me lamía la parte interior de los muslos sin llegar a mi vagina... que estaba ardiente en deseos de su lengua, y empezó a comerme el c0ño lentamente y cada vez más rápido, metía su lengua en mi vagina y luego en mi ano, y cuando me corrí lamió de arriba abajo todo mi flujo, no pude evitar reírme de felicidad, hacía mucho tiempo que no disfrutaba así.
Le miré y tenia el pene fuera, estaba durísima, depilado hasta los testículos, era grande, se la agarré y comencé a lamer, pero el quería ... y no me dejó explayarme mucho tiempo, me tumbó, me miró a los ojos, me besó, y me la metió en el ... despacio, que delicia... empezó a penetrarme suave y acompasado mientras me masturbaba el clitoris, yo sentía que iba a correrme otra vez, me daba incluso vergüenza porque el aún no se había corrido, me la sacó, cogió mi mano y se metió mis dedos indice y corazón en la boca y los lamió, después llevó mi mano a mi clitoris y me dijo -tócate- y así lo hice pensando qué estaría tramando. Se llevó sus dedos a la boca y empezó a lamerlos, para después acariciar con su saliva mi ano... y despacio, muy despacio, introdujo un dedo. Yo nunca le dejaba a mi ex que se acercase a mi culo, porque las veces que lo había probado no me había gustado e incluso me había dolido, pero esta vez... estaba descubriendo una nueva ventana del sexo que no conocía.
Cuando su dedo llegó al final de mi ano, solté un gemido mezcla de placer y sorpresa, me masturbó con su dedo muy despacio, mi ano estaba relajado, y sentí un placer que nunca antes había sentido, estaba tan cachonda con mi culo que dejé de masturbarme el clitoris para dejarme hacer y disfrutar. Sentía palpitaciones en mi vagina sin que ésta estuviese siendo estimulada, con cada movimiento en mi ano me sentía más mojada, empece a gemir involuntariamente, me moría de placer, él decía -me vuelves loco- y gemía también sin que yo le tocase nada, después de un fantástico y placentero ritual de masturbación anal, me la metió por el culo, y le decía entre gemidos -cuidado- el iba super despacio y me decía -ssshhh... tranquila- eso me excitaba aún más, me la fue metiendo muy lentamente hasta que llegó al final, gemimos a la vez, y empezó a f0llarme muy despacio, con otro dedo me masturbaba la vagina, y me pidió que me tocase, y así lo hice. Nunca había experimentado semejante placer sexual.
Estaba apunto de correrme cuando él dijo -no puedo más- yo le pedí que por favor aguantase, pero no pudo, y se corrió dentro de mi culo, al ver su cara, sus gritos, sus labios, me corrí con él...
Fue el mejor polvo de mi vida hasta la fecha.
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