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Relato erotico: La fantasía de mi esposa

Última respuesta: 21 de abril de 2018 a las 6:59
Y
yuka_1012951
16/4/18 a las 6:30

En una noche de verano, después de la lluvia, cuando el agua refresca las ideas; Isabel se encontraba esperando a su esposo, y en ese momento, decidió dar un poco de orden a su antiguo guarda ropa, entre decidir que ropa donar y que ropa aún guardar, encontró su uniforme de bachiller, una falda cuadrada con pliegues, color rojo, a la altura de la rodilla, también encontró su blusa blanca, de botones, junto con sus medias blancas. Derivado de su buen orden y las buenas enseñanzas de su madre, tenía su uniforme aún planchado, blanco de alguna manera casi intacto.
Al tener de frente su uniforme intentó recordar su escuela de bachillerato, sus amigas, sus amigos, sus ilusiones, sus aspiraciones, todo delante de ese uniforme.
Decidió probárselo, solo para sentirse de nuevo una estudiante
-¿me quedará? - , fue lo primero que se preguntó
-qué mas da- , decidió probárselo, estando de frente un espejo, descubrió su cuerpo y se quedó en ropa interior, al probarse su falda, descubrió que aún le quedaba, un poco ajustada, pero aún le quedaba, descubrió también que había crecido en altura, antes su falda le llegaba por debajo de las rodillas, hoy le quedaba a 7 cms por encima de ellas, por otro lado al ponerse su blusa, notó que también, algo había crecido, sus pechos eran más grandes, ya no podía abotonarse de manera completa. Para terminar de recordar por completo, decidió ponerse sus medias blancas escolares, así como unos zapatos que encontró en su closet.
Se veía al espejo, y le daba risa, ver como sus curvas eran más voluptuosas, sentirse aún joven, sentir su cuerpo, observarse de frente a un espejo, especialmente, observar su escote, ver como sus pechos salían de su blusa le causaba una cierta emoción.
-recibió una llamada mientras observaba su cuerpo frente al espejo-
-amorcito, voy para allá estoy ahí en 2 minutos, dijo su esposo-
Por un instante pensó en quitarse rápidamente todo su uniforme, pero al ver su cuerpo, decidió ser atrevida y tener una experiencia más, una experiencia para callar y solo contarla a su esposo, a su eterno cómplice.
-te espero con una sorpresa dijo Isabel, -
-¿qué es? –
-Aquí lo descubrirás, ve por favor a comprar una botella de vino tinto-
-en la casa hay, dijo su esposo-
-solo ve y trae algo de vino, No te arrepentirás (susurró al teléfono)-
Aunque su esposo pudo haber imaginado una noche de besos y caricias, no tenía idea de lo que estaba a punto de pasar.
Comenzó a maquillarse, usar un lápiz labial Rojo, rubor en sus mejillas, pintar un poco sus pestañas, alaciar su cabello y hacerse unas coletas, entonces, buscó rápidamente en su cocina unas velas, y encontró también unas paletas con goma de mascar al centro-
-aunque tenía mucho nerviosismo, decidió seguir adelante con su plan, no podía irse para atrás, era ahora, o nunca-
En ese momento entró su esposo a la casa, encontró una vela, encontró unas copas, pero no encontró a su esposa, -
-Enciende la Vela, pon música suave, trae las copas, te espero arriba-
----------
Al subir las escaleras, encontró una imagen que jamás habría podido visualizar en todo el tiempo de casados.
Ahí estaba de frente a él, su esposa, en una faceta que le sorprendió,
-Hola Señor- dijo ella, 
Atónito, sin saber que hacer, lanzó una mirada evaluadora de aquella situación tan poco común ,la vió de arriba abajo, contemplo desde sus piernas, robustas y fuertes, sus caderas, la corta falda a cuadros, y un escote pronunciado , sus coletas  , el maquillaje, su sonrisa pícara.
-Isabel , ¿de qué trata esto?- dijo sin dejar de ver esos hermosos ojos
-Déjate llevar Amorcito- Dijo ella, mientras chupaba su paleta.
Ella se acercó con una mochila de estudiante, le dio la espalda y se agacho para poner en el piso su mochila. Al estar tan cerca de ella, con una inclinación pronunciada de su torso al piso, su esposo logró sentir su cuerpo, sus caderas, sus muslos firmes , el aroma de su perfume. 
Contenido por la sorpresa, sin saber que hacer exactamente, logró contener una erección. 
Isabel, disfrutando del juego que había iniciado, volvió a agacharse para simular que buscaba una libreta, porque tenía duda en su tarea.
Su esposo no pudo resistir ante tal intercambio de roces, su cuerpo respondió, y toda la sangre disponible, se colocó en su miembro.
Cuando ella sintió que empezaba a lograr su propósito, cerró los ojos, se mordió los labios, y decidió acercar aún más sus glúteos al miembro de su esposo.
-encontré lo que buscaba- dijo ella
Con una cara de ternura, de deseo escondido, y de una inocencia sin sospechas, le pidió ayuda con su libreta para resolver una tarea que le habían dejado.
-Señór, ¿me puede ayudar con mi tarea?
Su esposo, habiendo entendido de que se trataba el juego, decidió seguir el rol de un señor que iba a explicarle como hacer su tarea.
-Veamos su tarea señorita, no sé si pueda ser de ayuda mi conocimiento, pero intentare-
 Él se sentó sobre la cama, ella se sentó en sus piernas.
De igual forma, buscaba sentir en sus muslos, el miembro de su esposo, hacía todo para tener la mayor cantidad de contacto, jugaba con la libreta, hacía garabatos, le decía que no entendía. 
Acercaba su rostro al de su esposo, sus ojos, sus labios, los casi tocaba, pero se retiraba y daba una chupada a su paleta. 
Con el calor de la situación, su esposo trató de tocarle una pierna, a lo que ella lanzó un grito y un reclamo.
-¿qué hace usted, solo le pedí que me ayude con la tarea- Isabel exclamó.
-solo me estoy apoyando en tu pierna Isabelita- respondió su esposo.
-pues no se apoye- reclamó ella con un tono de enojo.
Fue entonces cuando su esposo, totalmente encendido por la situación, decidió levantarla , voltearla y sentarla de frente.
 -¿qué esta pasando? Isabel Exclamó con un gran susto.
Su esposo no dijo nada, y al tenerla de frente, al ver ese escote y sentir sus piernas abiertas, decidió simplemente besarla. 
Ella se negó al principio tratando de separarse, pero cuando finalmente había sido besada, el calor de la situación le fue transmitido mediante sus labios.
La situación rápidamente subió de tono, su esposo, encendido por el momento, le sirvió vino, y ambos bebieron de la misma copa , 
Isabel, encendida decidió pasar vino de su boca a la de su esposo, esa situación se volvió demasiado erótica, ya que había un derrame de vino en el cuello, y ella lo limpiaba con su boca.
En un momento, su esposo decidió quitar su sostén con una sola mano, cosa que le sorprendió a Isabel.
Tocaba sus piernas con una mano, y con la otra, todaba su cabeza, se paseaba entre sus coletas, subía de las medias a los muslos por la parte exterior de la falda. 
Isabel Nerviosa, contenta, extasiada, sentía toda una lluvia de emociones, con la cara roja, con las manos ardientes, con los ojos fundentes, sentía la palabra extásis en todo su esplendor
 
Fue ahí cuando, ocurrió lo que jamás habría imaginado, lo que podría ser …

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H
horiya_2840783
16/4/18 a las 8:03

Me encantan estos relatos muy buenos continúa este que me quedé con las ganas de lo que sigue.
 

Y
yuka_1012951
21/4/18 a las 6:59

Una vez que fue acariciada por todo el camino, desde sus talones hasta sus muslos, pasando por su sexo, su vientre, sus senos,
Su esposo, decidió incrementar de tono el juego, llevarlo a un nivel más intenso, de mayor satisfacción, pero también de mayor riesgo,
Sin avisar , dejo de besarla, dejo de tocarla, se retiró de ella, se sentó en una silla,  y le dijo:
-Ven , tu tarea esta toda mal-
Isabel, se sorprendió del movimiento, no lo esperaba, pero el juego de roles que ya había sido adoptado como un estilo de vida para la noche; ganó y ella se acerco.
Cuando se acercó, su esposo la tomó fuertemente de las caderas, y la acostó sobre sus piernas.
Sin avisar, le levantó la falda y le dio una nalgada. Fue cuando su esposo pudo observar que usaba unas pantis, de colegiala, largas, sin erotismo, pero de flores. Representaban la situación de manera perfecta, una niña siendo reprimida por su maestro.
Isabel, sintió todo el calor, todo el dolor, todo el placer, de un contacto físico más fuerte, más intenso, sin saber que hacer, lanzó un pequeño gemido, la mezcla del vino tinto, del calor, de la lluvia que había pasado, la hizo sentirse lista para la parte final del juego.
Pidió perdón, y dijo, disculpéme, ya no volverá a ocurrir.
Fue entonces cuando le dieron otra nalgada, en el otro muslo. Y aunque la mano de su esposo era grande, y podía cubrir sus muslos, no ocurrió algo que le lastimara. El calor del juego estaba en su máximo resplandor.
Su esposo, posterior a ese movimiento, decidió ahora levantarla, llevarla sobre la pared, ponerla de frente a la pared, sus senos quedaban comprimidos, y ahí , fue cuando le acercó su miembro.
Isabel lo volvió a sentir, sintió el placer, sintió como su cuerpo se mojaba.
El  placer seguía siendo derramado. Cuando ella estaba de frente a la pared, aún con su paleta, y sus coletas. , su esposo se hincó, ella solo podía ver un poco, la luz y las velas ya se habían apagado, el éxtasis le exigía seguir, pero Isabel, decidió preguntar:
-¿Qué me vas a hacer?
Su esposo, sin avisar, metió la mano dentro de su falda, tocando sus rodillas, y las subió hasta llegar a la zona de sus pantis, en ese momento, se percató que su pelvis estaba muy húmeda, mojada, totalmente lubricada, por lo que decidió bajar sus pantis.
Isabel, puso un poco de resistencia y le dijo
-Tengo miedo, creo que esto no está bien, por favor deténgase profesor-
Su esposo, el ahora profesor, hizo caso omiso, y en ese momento, decidió avanzar aún más en la búsqueda del placer, al tener los muslos de su esposa de frente a su rostro, empezó a besarla, para hacerle un Oral, por la parte posterior.
Con una mano hacía espacio para besarla, con la otra mano, acariciaba su vulva.
Aunque Isabel era una mujer de pocas palabras, sus suaves gemidos seguían invitando a su esposo a avanzar.
Posterior, la volteo y ahora tenía la vulva de frente.
La zona del pubis, tenía una pequeña cantidad de vello púbico, no estaba depilado, pero era poco,por lo que sin problema, con una mano, pudo abrir su vulva y encontrar el clítoris.
Empezó a estimularla de una manera única, Isabel jadeaba, no hacía mucho ruido, pero su respiración estaba en un nivel muy elevado.
El sexo oral que le practicaban, era de calidad, en ese momento, dejó de ser la alumna con coletas, y se convirtió en una mujer, deseosa, con ganas de sentir el miembro de su esposo en el interior de su cuerpo.
Su esposo, la llevo entre besos y mordidas a sus zonas más delicadas, hasta la cama.
Se quitó la ropa que tenía , y decidió desnudar a Isabel.
Isabel quedó atónita cuando fue desnudada, y ella intentó cubrir sus senos.
Los pezones eran de color rosa claro, se intentaba cubrir, sintió algo de pena, y es que aunque su esposo era quien le quitaba la ropa, por instantes, regresaba su pudor.
Su esposo, decidió quitarle todo, menos dos cosas: las coletas y las medias de escolar. Al tener a su esposa desnuda, sintió ese deseo y esas ganas de penetrarla.
Estando ambos desnudos, estando jadeantes y con todo el calor de ambos, su esposo se acostó y le dijo-
-tú arriba-
Ya no había un juego de roles, el momento era demasiado elevado como para tratar de mantener una simulación.
A su esposo le encantaba tener a su esposa arriba de él, podía observar como oscilaban sus hermosos senos, eran firmes, sus pezones rosados, aún le daban un toque más exquisito.
La primera parte de la penetración fue algo dolorosa, Isabel era demasiado estrecha, pero tenía ganas de sentir todo el miembro de su esposo.
Ella exclamó un pequeño gemido y entonces, empezó a penetrarla,
Ambos tenían ojos cerrados, ambos tocaban sus manos y las entrelazaban, los gemidos de Isabel eran pocos, pero su nivel de éxtasis era elevado.
Había besos, había caricias, su esposo tocaba los senos, mordía los pezones, y tomaba los muslos de su esposa, jugaba con su cavidad alterna, jugaba con intentar penetrar un dedo, y eso le daba aún más placer a Isabel.
El placer seguía y había cambio de posiciones, el parado  y ella en la cama, con sus dedos de los pies y sus desdos de las manos tocando la cama,
Su esposo tenía la mejor vista, la penetraba con fuerza, la penetraba con placer, con amor, con ternura, y a la vez también con rigor.
El momento de placer fue aún más, cuando,  volviendo a estar, él abajo y ella arriba, Isabel se movía de una manera casi única, profesional, y fue ahí cuando, gracias a la estimulación en su clítoris asistida por ella misma, logró tener un orgasmo.
Se detuvo, contrajo su vagina, contrajo su vulva, y en un silencio, con los ojos cerados, sintió el placer en su interior.
Sintió las ganas de gemir y gritar, lo más fuerte posible, pero solo decidió morderse, apretarse los dedos, hasta que el calor se disipara.
La noche era joven, el calor había disminuido,
Posterior al orgasmo de Isabel, su esposo tuvo el suyo.
Termino dentro de ella,
-somos esposos- exclamó ella.
Posterior a ese momento de éxtasis, los esposos, se quedaron abrazados, riéndose, tomándose de las manos, besándose, totalmente desnudos.
La paz, la tranquilidad, fueron las palabras para irse a dormir,
Sentir el éxtasis, sentir la gloria.
Volvió a llover, los esposos se quedaron dormidos, abrazados, sin energías para vestirse.

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