Reflexiones sobre la infidelidad y el mito de creer que algún hombre lo sea
Yo creo,lamentablemente, que todos los seres humanos somos propensos a caer en la infidelidad.
Los hombres, salvo rarísimas excepciones pueden ser fieles a sus parejas; creo que la infidelidad es una cuestión tan natural como cazar para alimentarse. Creo que la infidelidad masculina es una irresistible ley cósmica, es el mecanismo de defensa que utiliza la naturaleza para que continue la supervivencia de la especie humana.
¿Cómo hace la naturaleza, para que la ley de reproducción de las especies, sea acatado, en este caso, por todos los machos de la escala superior de su hábitat?
El ser humano es muy apegado a buscar la acumulación de toda clase de objetos materiales, siente mucho placer cuando logra conseguir las cosa deseadas.
Entonces, la finalidad de su apego por lo material, no es en sí el objeto deseado, sino la cantidad de placer, que el mismo, le podría proporcionar si consigue hacerlo suyo; sólo así verá, sus ansias satisfechas, que son mas propias de la naturaleza que de él mismo.
Obtener un automóvil último modelo le va a proporcionar mil veces mas placer que obtener un simple lápiz...acostarse con una mis universo, le va a proporcionar mas placer que hacerlo con su esposa, la realización de un sueño prohibido mucho mas placer que la realización de algo previsible. ¿estamos de acuerdo?
La sabia naturaleza, para conseguir sus fines supremos, les ha puesto a las especies mas evolucionadas,el sexo como carnada, ¿por qué?...
por que se expresa, para quienes lo hacen, como el máximo y mas delicioso de los placeres existentes.
Los que no estén de acuerdo con esto, es por que,estoy casi seguro no lo han sentido en toda su plenitud; a ellos me permito aconsejarles, con todo respeto, buscar cualquier medio disponible, incluso, con el derecho que les dió la natutaleza de estar vivos,de hurgar si es necesario, en el terreno de lo prohibido, por que tienen, al ser parte de la naturalezala, la obligación de descubrir y disfrutar el placer que ella nos ha regalado a todos por igual, la teórica moralidad, creada por el hombre en tiempos pasados,heredada injustamente por las nuevas generaciones, no pueden privar a ningún ser humano, de disfrutar y gozar del máximo placer,que sólo proporciona el sexo, así tenga que hacerse, con la cautela debida, con otras personas distintas a nuestra pareja, sin mala fe, para evitar verse condenados de por vida a no conocer lo máximo de lo máximo.
Ojo. esta es sólo una de las alternativas que se pueden tomar, si la pareja no se interesa en ayudar, a cualquier precio y esfuerzo, ese delicioso placer, al que ustedes tienen todo el derecho del mundo, de encontrarlo y gozarlo como los Angeles, cueste lo que cueste, caiga quien caiga, pero nunca con el propósito
de dañar la relación de una pareja estable, que también se tiene que cuidar como un gtan tesoro.
La solución, si es que no prefieren primero consultar a buen terapista sexual, (sería lo ideal)está en la búsqueda de algunas aventuras, algún hombre de su agrado, puede que tenga la habilidad de hacerla recorrer las estrellas.
No se sientan mal mujeres, todos los hombres, (bueno algunos no, pero les aseguro que son muy poquitos, los que nunca se han atrevido ni se atreverána hacerlo, mas por miedo de algo que por otra cosa, esta reducidísima comunidad de hombres, fieles a sus parejas, que incluye también a algunos sacerdotes fieles en los votos hechos a Dios; puedo asegurarles que todos, sin excepciones, (bueno casi todos, por que toda regla tiene su execepción)que le son fieles a su pareja o a Dios, manifestan su fidelidad, sólo de manera física, es decir, sin tener el contacto sexual que tanto temen, convirtiéndolo en otro tipo de imfidelidad, una secreta, oculta en sus pensamientos, desbordando fantasía y sueños, para ellos, inalcanzables y llenos de frustraciones, por el hecho de contradecir a la naturaleza y sus leyes.
He leido en muchas ocasiones,la preocupación y el sufrimiento de las mujeres, por descubrir la infidelidad de sus parejas; yo les puedo decir ahora, que todos los hombres son infieles por naturaleza. Todos, todos, si hay alguien que dice no serlo, es sólo la falta de oportunidad que no tuvo. Les aseguro que si se da el momento y el sitio propicio, mas la mujer adecuada, todos caeremos como mansas palomas.
Por la existencia del placer sexual, existen los celos,las traiciones,las peleas, los asesinatos ,las guerras,la ofuscasión y todo lo que el hombre y la mujer estén dispuestos a arriesgar por conservar o conseguir, el preciado bien, que es objeto de su máximo placer; sea que éste se presente en forma de amor, de pasión, de cariño o de una irresistible y simple atracción física y/o sexual; con el debido respeto que se merecen todas las personas a quienes pueda afectar mi siguiente aseveración, sosteniendo incluso, que ni siquiera la mayoría de sacerdotes, cualquiera sea su credo, no pueden evitar el deseo de llegar a consumar el máximo placer que la naturaleza les ha puesto como carnada, haciendo muy difícil que podamos evadir el tentador cebo que nos pone en el mundo, en la forma del placer sexual que conocemos, conviertiéndonos en adictos, cual droga, a todos los que lo hayan gozado a plenitud, sólo así, a través del placer, es que la naturaleza consigue dar cumplumiento al ordenamiento cósmico del todo.
Casi todas las especies de la naturaleza, del sexo macho,acumulan como propias la mayor cantidad de hembras posibles para sí. Utilizan la fuerza para conseguirlo, es algo muy natural en ellos; alguna mujer puede, en defensa de las hembras, hacer algo para que esto no suceda?...
El hombre en su estado natural, tal vez sub concientemente, actúa de la misma manera; no puede evitarlo. Si una hembra le atrae, quiere tenerla para sí, en una especie de harem secreto, que pueda acercarlo, en lo máximo posible, a disfrutar del placer supremo del sexo con la mayor cantidad de hembras posibles. El Engaño, llámese infidelidad, surge de la oposición, que la sociedad ha establecido como norma en todas las relaciones de pareja, sean estas expresadas socialmente de cualquier manera, desde los simples e inexpertos adolescentes que se sienten enamorados, hasta los matrimonios mas estables y duraderos. La fidelidad es muy importante para la Sociedad....¿pero es importante para la naturaleza?...creo que no....creo que la naturaleza siente que no hemos sabido interpretarla, como humanos, de manera mas adecuada, frente a su máxima y sublime creación, el placer sexual, que nos otorga como su divino regalo, en medio de todos los sufrimientos y dificultades que todos padecemos día a día. Lo importante es gozarlo, si es con tu pareja, bien para los dos, y si no llegas a conseguirlo, busca la manera de encontrarlo, mo importa que sea a través de lo que la sociedad llama infidelidad, pero que la naturaleza se congraciará contigo, por que sólo usarás un derecho que ella, lejos de las normas sociales, te ha concedido. ...........¿que opinan?
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Hola.
Discrepo en muchos puntos. Me gustaria tener mas tiempo para discutirlo, pero como no puedo quedarme mucho por aqui solo te dire que estas contribuyendo a sostener la leyenda del prototipo cazador-cavernicola.
Ya pasaron millones de generaciones desde el guisado de mamut. El ser humano ha evolucionado y sigue haciendolo (eso espero).
De la manera en que los hominidos fueron capaces de erguirse y utilizar instrumentos es como el cerebro se transforma. Entonces bien, soy parte de la naturaleza, mas no soy ameba, ni gorila. Mi conducta no esta supeditada a mis impulsos sexuales porque mi cerebro es el que decide lo que hacer o no.
En mi opinion, el ser humano tiene varios, digamos, "compartimentos", por llamarlo de alguna manera, de los cuales el sexo es solo uno de ellos. Todos estos "compartimentos" deben ser equilibradamente abastecidos para lograr un resultado armonioso. Si, el sexo es un poderoso motor de motivacion, mas no es el unico, Queta.
Que alguien decida ser infiel, pues genial, pero que sea porque asi lo decidio voluntariamente y que lo asuma con consciencia. Pero disculpa, no acepto la hipotesis de que la naturaleza (es decir, el impulso sexual) manda. El impulso (la naturaleza) existe, pero no se concreta sin la voluntad (mi responsabilidad). Decir que "me dejo llevar por la naturaleza" es una elegante manera de eximir mi responsabilidad en el acto. No hablo de "responsabilidad" como culpa, sino en el sentido de acto consciente, controlado y voluntario.
Uf, me tengo que ir.
Saludos.