Foro / Pareja

Próxima parada

Última respuesta: 12 de octubre de 2008 a las :16
V
viera_5336979
11/10/08 a las 23:55

Subí al autobús con desgana. Se habían acabado las vacaciones, mañana volvería a la oficina y me había tocado uno de los últimos asientos del autobús. Era pronto y pude ver cómo iban llegando los pasajeros. Subía gente de todo tipo pero sobretodo inmigrantes y personas de clase baja. Yo rezaba porque no me tocase ir con ninguna de ellas al lado. Entonces entró un chico diferente. Por su aspecto y su estilo de vestir se veía que era distinto. Avanzó por el pasillo y se paró en el asiento delante del mío. Era rubio, musculoso. Llevaba un polo un poco ajustado y un vaquero desgastado que revelaban un cuerpo de deportista. Sacó un periódico y una revista y dejó su mochila en la bandeja. Me miró y me dijo algo pero yo me quedé tan prendada de su boca carnosa y de sus ojos verdes que no me enteré. Me repitió que si le dejaba pasar. Su sitio era a mi lado. Me levanté y pasó por delante de mí rozándome. Era algo más alto que yo y olía muy bien.

El autobús arrancó en seguida. Era verano y hacía calor. Yo llevaba una camiseta de tirantes para ir más fresca pero constantemente tenía que pasarme una toallita húmeda para recoger el sudor de mi escote. El autobús arrancó y comenzó el viaje, que iba a ser largo. Me puse los cascos para escuchar un poco de música. De vez en cuando miraba de reojo al chico de al lado. El aire acondicionado del autobús se puso en marcha por fin y empezó a refrescarse el ambiente. El chorro de aire salía justo encima de mi cabeza y se me empezó a poner la piel de gallina y los pezones duros. A pesar de que llevaba sujetador debajo de la camiseta, se notaban mis pezones erectos. Me sentí un poco avergonzada y miré a todas partes para ver si la gente de alrededor se había dado cuenta. Cada uno estaba a lo suyo así que me relajé. De repente el chico al abrir el periódico rozó mi pecho y al sentir mi pezón los dos nos miramos. Yo sentí vergüenza pero el lo tomó como algo natural, me sonrió y continuó leyendo.

Habría pasado un cuarto de hora cuando de nuevo, el chico volvió a rozarme el pecho al pasar la hoja. Esta vez sólo me miró de reojo. A mí ya me empezaba a gustar tanto roce. Dejó de leer y se quedó mirando por la ventana tarareando una canción y sonriendo. Al poco rato el autobús hizo una parada. El conductor dijo que retomaríamos el viaje en cinco minutos. Algunos pasajeros se bajaron en aquel momento. Sentí un cosquilleo al notar una mano en mi muslo, era él. Le miré, y me dijo que si le dejaba pasar. Tenía unas facciones muy bonitas, barba de dos días y una sonrisa encantadora. Me levanté y apoyé la mano en el respaldo del asiento. Esta vez puso su mano sobre la mía para salir. Volvió pronto y se sentó de nuevo a mi lado.

Los pasajeros que iban al otro lado del pasillo se habían bajado en aquella parada así que ahora no había nadie a nuestra altura. El autobús arrancó de nuevo. Al cabo de una media hora el chico apoyó su mano en el hueco entre los dos asientos, rozando mi muslo. Dí un respingo y le miré. Levantó su mano y la puso sobre mi muslo. Yo seguía mirándole. Mis pezones se habían vuelto a poner duros y empezaba a notar calor y humedad en mi vagina. Bajó la mirada y me fue remangando la falda hasta que pudo poner su mano en mi piel y empezó a acariciarme la parte interior del muslo. Yo me sentía ardiendo y abrí un poco las piernas. Empecé a sentirme un poco nerviosa por si alguien se daba cuenta. Fijé mi mirada en el frente fingiendo que nada estaba pasando. Él también lo hizo a la vez que seguía subiendo su mano por mi muslo hasta que llegó a mi braguita. Con un dedo empezó a frotarme a través de la braga. Estaba excitadísima y veía que no podría aguantar mucho más así que de golpe crucé las piernas atrapando su mano entre mis muslos. Nos miramos un poco asustados. El sacó su mano, sonrió y volvió a quedarse mirando por la ventana tarareando. Yo me sequé el escote con una toallita para calmarme un poco, me puse los cascos y continué como si nada hubiera pasado sólo que ahora estaba muy excitada y notaba mi braguita muy húmeda.

El autobús volvió a parar esta vez para que el conductor comiera. Estábamos en un área de servicio. Nos daba treinta minutos. El chico me miró y me dijo:
-Voy a bajar. ¿Bajas?
Sin contestar, me levanté y salí. El salió también detrás de mí. Unos pasajeros entraron en la cafetería del área de servicio y otros sacaron sus bocadillos y se sentaron en las mesas que había en la calle alrededor de la cafetería. Yo me dirigí hacia los aseos y él venía detrás. Entré en los de las mujeres, el entró detrás de mí y cerró la puerta con pestillo. Ven me dijo, me cogió de la mano y me apretó junto a su cuerpo. A continuación me apoyó contra la pared y comenzó a besarme el escote. Yo cerré los ojos. Tenía la pelvis pegada a la suya y notaba lo duro que estaba. Me abrazó y deslizó una mano por debajo de mi camiseta. Empezó a manosearme el pecho mientras me besaba. Empecé a jadear. A continuación, con la otra mano me fue subiendo la falda hasta que pudo agarrarme el trasero por encima de la braguita. Deslizó su mano por mi culo y echó a un lado la braga para dejar al aire mi sexo. Empezó acariciándolo con toda la mano y cuando yo ya estaba excitadísima me lo agarró con fuerza a la vez que me desabrochaba el sujetador y me agarraba el pecho. Me quité la camiseta y me empezó a chupar el pezón. Alguien preguntó si estaba ocupado. Paramos un momento y contesté que sí mientras nos mirábamos con complicidad. Continuamos besándonos y él frotándome el clítoris. Le empecé a desabrochar el pantalón y metí mi mano en su calzoncillo. Le agarré el pene que estaba durísimo y caliente y empecé a frotarle. Se sentó en el inodoro me subió la falda y me sentó sobre él. Noté su pene duro empujando en mi culo. Me puse en pié y me quité la braga. Ya no podía más. Necesitaba que me la metiera. Me coloqué sobre él y me la metió hasta el fondo a la vez que me frotaba el clítoris con una mano y me masajeaba el pecho con la otra. Boté encima de él salvajemente. Nunca había estado tan excitada y creo que él tampoco. No podía más. Los dos jadeábamos. Yo me aguantaba las ganas de gritar y sólo gemía. Un calambre de placer recorrió mi cuerpo empezando por la pelvis y llegando a ponerme la nuca con piel de gallina. Él se corrió a continuación. Nos quedamos abrazados un buen rato hasta que pudimos reaccionar. Nos vestimos, nos lavamos las manos y salimos. Volvimos al autobús y el resto del viaje creo que los dos nos quedamos dormidos.

Al despertar, ya había llegado a mi destino. Le ví a mi lado dormido y, un poco avergonzada, me bajé del autobús intentando que no se despertara. Cogí mi maleta y me fui.

Al llegar a casa me dí una larga ducha y preparé las cosas para la vuelta al trabajo. Me acosté pronto y me dormí con una sonrisa en mis labios.

Me levanté de buen humor para volver al trabajo. Como siempre cogí el autobús para llegar a la oficina y al entrar saludé a mis compañeros y charlé con ellos de las vacaciones. Me senté en mi mesa y sonó el teléfono. Era mi jefe, que quería que fuese a su despacho. Fui para allá y había alguien con él.
- Elena, pasa. ¿Qué tal las vacaciones? Entra que te voy a presentar a tu nuevo compañero Jorge.
La otra persona se dio la vuelta y levantó la mirada. Aquella sonrisa, aquella boca carnosa, aquellos ojos verdes

Ver también

T
tania_9169947
12/10/08 a las :16

Wow que emocionante
AMIGUIS TE SACASTE UN 10 ES IMPRESIONANTE ME QUEDE DE A SEIS?NO ME DIGAS QUE EL CHICO DE LA OFICINA FUE EL MISMO QUE ESTUVO CONTIGO. SI HAY CONTINUACION LA ESPERARE ANCIOSAMENTE PARA SABER QUE PASO CUIDATE Y DISFRUTALO.QUE GRAN RELATO SE ME PUSO LA CARNE DE GALLINA.

#instapic #picoftheday #Fashion #Beauty #Fitness #Deco
instagram
ISDIN Si-Nails

ISDIN Si-Nails

Compartir