Pareja extranjera, situación difícil
Hola a todos, escribo para ver si alguien puede guiarme en mi difícil situación y darme un poco de luz, porque de verdad no sé que camino tomar.
Soy una mujer española de 35 años. Hace 10 años me casé con mi ex pareja, natural de Perú, mayormente porque quedé embarazada de mi nena de 10 años, y de esta forma facilitarle la situación para que pudiera estar cerca de su hija. Al poco de casarnos la relación empezó a fallar, ya que no existía la atracción necesaria entre nosotros, éramos básicamente familia, la convivencia era muy buena y siempre hubo mucho cariño entre nosotros pero no del tipo romántico ni sexual, sino más bien como un familiar muy cercano. Por lo tanto decidimos la relación como pareja hace más de 6 años aunque seguimos compartiendo vivienda y gastos, así como la crianza de nuestra nena, de manera armoniosa y puedo decir gratificante.
Hasta que hace 3 años y medio conocí a mi actual pareja de la cual me enamoré prácticamente desde el principio. Desde el comienzo le conté de mi convivencia con mi ex, con lo que no hubo problemas, él en aquél entonces acababa de terminar una relación de 7 años. El problema principal es que él es Noruego por lo tanto la relación iba a ser a distancia, la cuál intenté acortar todo lo posible con viajes regulares a Noruega. En Noruega él tiene un niño de 8 años, del cuál comparte las visitas cada dos semanas, y un negocio propio desde hace 5 años. Desde el principio se asumió que para que la relación siguiera adelante yo tendría que ser la cuál me desplazara a Noruega y estableciera allí mi lugar de residencia junto a mi hija, ya que yo estaba en paro por aquél entonces, y en cambio él tenía su negocio establecido, y ambos un hijo en cada país.
Hablé con el padre de mi niña sobre todo esto y él me dijo que solo aceptaría mudar a la niña a Noruega si la niña acaba la primaria en España, estudia noruego antes de ir y aparte tengo una buena estabilidad económica allí. Unido a las visitas regulares a España en periodo vacacional, más las que él haría para verla. Lo cual me pareció sensato y con lo que estoy de acuerdo plenamente. Los tres primeros años pasaron estudiando mucho la lengua, y pasando un mes aquí y otro allí. Mi pareja me invitó a formar parte de su negocio y así ha sido desde hace casi dos años. Sin embargo cada vez se me está haciendo más cuesta arriba.
Primeramente la parte emocional, pues se me rompe el corazón cada vez que tengo que despedirme de mi nena, la echo mucho de menos más acostumbrada como estaba a verla cada día, y en parte siento que la estoy abandonando para buscar mi felicidad, que aunque ella está incluida, conlleva un sacrificio de tiempo y esfuerzo importante por ambas partes. Y al mismo tiempo me siento fatal por el padre de mi nena, que siempre ha sido un hombre y padre estupendo, siento que por mi decisión él va a tener que alejarse de su nena, ya que aunque el disfrute del periodo vacacional nunca será lo mismo.
Y en segundo lugar, el negocio de mi pareja va cada vez peor, las deudas se acumulan y la presión económica cada vez es mayor y eso no es lo que me desanima sino que siento que él se aferra a este negocio como lo más importante de su vida, y aunque tiene muchos estudios y podría fácilmente encontrar un trabajo muy bien remunerado en cualquier otra empresa prefiere seguir luchando por este negocio que lleva años en pérdidas. En estos tres años habré hecho mínimo 20 viajes a Noruega, sola y con mi nena, si no es más, y él solo ha venido una única vez a verme pues literalmente no tiene dinero para desplazarse, ni tiempo que emplear en ello. Yo he podido ir tirando porque contaba de un ahorro familiar, y algún trabajo esporádico que he encontrado durante este tiempo, pero no por el negocio de mi pareja, que no ha dado varios meses ni para comer.
En definitiva ando con la cabeza hecha un lío, yo aún le quiero mucho, me encantaría que funcionara, pero veo tantas dificultades que cada vez creo menos en nuestra relación. Yo quería construir un futuro juntos, enriquecedor para todos, Noruega es un país que afortunadamente goza de un buen sistema educativo y laboral y pensé que en este contexto le ofrecería a mi hija un buen porvenir. El papá de ella es programador informático y no descarta buscar trabajo allí en caso de que nos mudemos, pues en España no tiene familia (si no encuentra pareja en este tiempo) y ante una mejora en su situación laboral no dudaría en aceptarlo. Sin embargo no sé que es lo que me está pasando pero no me siento con la misma energía ni ilusión. Si pudierais guiarme un poco os lo agradecería mucho.
Ver también
Las relaciones a distancia son muy difíciles... En tu caso, yo lo tendría muy claro.
Mi hija primero... Con una chiquilla de 10 años... No puedes cambiar su entorno así como así. O te vas Noruega y te la juegas, y tu hija crece allí hasta que se emancipe, funcione o no tu relación ... O te quedas dónde estás y apechugas.
Es la vida de tu hija la que está en juicio, no la tuya.
Hola a todos, escribo para ver si alguien puede guiarme en mi difícil situación y darme un poco de luz, porque de verdad no sé que camino tomar.
Soy una mujer española de 35 años. Hace 10 años me casé con mi ex pareja, natural de Perú, mayormente porque quedé embarazada de mi nena de 10 años, y de esta forma facilitarle la situación para que pudiera estar cerca de su hija. Al poco de casarnos la relación empezó a fallar, ya que no existía la atracción necesaria entre nosotros, éramos básicamente familia, la convivencia era muy buena y siempre hubo mucho cariño entre nosotros pero no del tipo romántico ni sexual, sino más bien como un familiar muy cercano. Por lo tanto decidimos la relación como pareja hace más de 6 años aunque seguimos compartiendo vivienda y gastos, así como la crianza de nuestra nena, de manera armoniosa y puedo decir gratificante.
Hasta que hace 3 años y medio conocí a mi actual pareja de la cual me enamoré prácticamente desde el principio. Desde el comienzo le conté de mi convivencia con mi ex, con lo que no hubo problemas, él en aquél entonces acababa de terminar una relación de 7 años. El problema principal es que él es Noruego por lo tanto la relación iba a ser a distancia, la cuál intenté acortar todo lo posible con viajes regulares a Noruega. En Noruega él tiene un niño de 8 años, del cuál comparte las visitas cada dos semanas, y un negocio propio desde hace 5 años. Desde el principio se asumió que para que la relación siguiera adelante yo tendría que ser la cuál me desplazara a Noruega y estableciera allí mi lugar de residencia junto a mi hija, ya que yo estaba en paro por aquél entonces, y en cambio él tenía su negocio establecido, y ambos un hijo en cada país.
Hablé con el padre de mi niña sobre todo esto y él me dijo que solo aceptaría mudar a la niña a Noruega si la niña acaba la primaria en España, estudia noruego antes de ir y aparte tengo una buena estabilidad económica allí. Unido a las visitas regulares a España en periodo vacacional, más las que él haría para verla. Lo cual me pareció sensato y con lo que estoy de acuerdo plenamente. Los tres primeros años pasaron estudiando mucho la lengua, y pasando un mes aquí y otro allí. Mi pareja me invitó a formar parte de su negocio y así ha sido desde hace casi dos años. Sin embargo cada vez se me está haciendo más cuesta arriba.
Primeramente la parte emocional, pues se me rompe el corazón cada vez que tengo que despedirme de mi nena, la echo mucho de menos más acostumbrada como estaba a verla cada día, y en parte siento que la estoy abandonando para buscar mi felicidad, que aunque ella está incluida, conlleva un sacrificio de tiempo y esfuerzo importante por ambas partes. Y al mismo tiempo me siento fatal por el padre de mi nena, que siempre ha sido un hombre y padre estupendo, siento que por mi decisión él va a tener que alejarse de su nena, ya que aunque el disfrute del periodo vacacional nunca será lo mismo.
Y en segundo lugar, el negocio de mi pareja va cada vez peor, las deudas se acumulan y la presión económica cada vez es mayor y eso no es lo que me desanima sino que siento que él se aferra a este negocio como lo más importante de su vida, y aunque tiene muchos estudios y podría fácilmente encontrar un trabajo muy bien remunerado en cualquier otra empresa prefiere seguir luchando por este negocio que lleva años en pérdidas. En estos tres años habré hecho mínimo 20 viajes a Noruega, sola y con mi nena, si no es más, y él solo ha venido una única vez a verme pues literalmente no tiene dinero para desplazarse, ni tiempo que emplear en ello. Yo he podido ir tirando porque contaba de un ahorro familiar, y algún trabajo esporádico que he encontrado durante este tiempo, pero no por el negocio de mi pareja, que no ha dado varios meses ni para comer.
En definitiva ando con la cabeza hecha un lío, yo aún le quiero mucho, me encantaría que funcionara, pero veo tantas dificultades que cada vez creo menos en nuestra relación. Yo quería construir un futuro juntos, enriquecedor para todos, Noruega es un país que afortunadamente goza de un buen sistema educativo y laboral y pensé que en este contexto le ofrecería a mi hija un buen porvenir. El papá de ella es programador informático y no descarta buscar trabajo allí en caso de que nos mudemos, pues en España no tiene familia (si no encuentra pareja en este tiempo) y ante una mejora en su situación laboral no dudaría en aceptarlo. Sin embargo no sé que es lo que me está pasando pero no me siento con la misma energía ni ilusión. Si pudierais guiarme un poco os lo agradecería mucho.
Cuando los matrimonios se separan la mayor preocupación son los hijos. Sus sentimientos, cómo les afectará. Buscamos por todos los medios reducir el impacto de nuestra decisión... porque ellos son lo más importante.
Tu tuviste la suerte de reconciliar. Y diste a tu hija esa oportunidad, la de mantenerse junto a sus progenitores, sin traumas, sin dolor... o al menos el mínimo. Lo hiciste bien.
Pero ahora no estás poniendo a tu hija como prioridad. Hasta que madure y coja su propio camino no es bueno para ella esta situación.
Haz lo mejor para tu hija y no te separes de ella, una madre es irremplazable.
Cuando los matrimonios se separan la mayor preocupación son los hijos. Sus sentimientos, cómo les afectará. Buscamos por todos los medios reducir el impacto de nuestra decisión... porque ellos son lo más importante.
Tu tuviste la suerte de reconciliar. Y diste a tu hija esa oportunidad, la de mantenerse junto a sus progenitores, sin traumas, sin dolor... o al menos el mínimo. Lo hiciste bien.
Pero ahora no estás poniendo a tu hija como prioridad. Hasta que madure y coja su propio camino no es bueno para ella esta situación.
Haz lo mejor para tu hija y no te separes de ella, una madre es irremplazable.
Muchísimas gracias por tu mensaje, es cierto que duele el tiempo que estoy fuera sin ella y eso me está pasando factura, me genera culpa y no puedo estar al 100% donde estoy
Las relaciones a distancia son muy difíciles... En tu caso, yo lo tendría muy claro.
Mi hija primero... Con una chiquilla de 10 años... No puedes cambiar su entorno así como así. O te vas Noruega y te la juegas, y tu hija crece allí hasta que se emancipe, funcione o no tu relación ... O te quedas dónde estás y apechugas.
Es la vida de tu hija la que está en juicio, no la tuya.
Muchas gracias Pablo, pensé que podría llevarlo mejor pero cada vez pesan más las dificultades que conllevaría la adaptación y el cambio tan grande de un país a otro
Yo te diría que dadas las dudas y la falta de ilusión (y la situación tan precaria de tu actual pareja), paralizases la decisión del traslado hasta que la niña sea más mayor y luego ya estando más libre y con tu hija haciendo ya más su vida, te lo replantees. Lo que te está pasando es que los primeros años tenías el tirón del enamoramiento que te motivaba y ahora la relación ya no está en ese punto, se ha rutinizado lo de los viajes, siempre vas tú (lo que también decepciona y cansa) y estás pensando más con la cabeza que con el corazón. No es tiempo de moverse.
Hola a todos, escribo para ver si alguien puede guiarme en mi difícil situación y darme un poco de luz, porque de verdad no sé que camino tomar.
Soy una mujer española de 35 años. Hace 10 años me casé con mi ex pareja, natural de Perú, mayormente porque quedé embarazada de mi nena de 10 años, y de esta forma facilitarle la situación para que pudiera estar cerca de su hija. Al poco de casarnos la relación empezó a fallar, ya que no existía la atracción necesaria entre nosotros, éramos básicamente familia, la convivencia era muy buena y siempre hubo mucho cariño entre nosotros pero no del tipo romántico ni sexual, sino más bien como un familiar muy cercano. Por lo tanto decidimos la relación como pareja hace más de 6 años aunque seguimos compartiendo vivienda y gastos, así como la crianza de nuestra nena, de manera armoniosa y puedo decir gratificante.
Hasta que hace 3 años y medio conocí a mi actual pareja de la cual me enamoré prácticamente desde el principio. Desde el comienzo le conté de mi convivencia con mi ex, con lo que no hubo problemas, él en aquél entonces acababa de terminar una relación de 7 años. El problema principal es que él es Noruego por lo tanto la relación iba a ser a distancia, la cuál intenté acortar todo lo posible con viajes regulares a Noruega. En Noruega él tiene un niño de 8 años, del cuál comparte las visitas cada dos semanas, y un negocio propio desde hace 5 años. Desde el principio se asumió que para que la relación siguiera adelante yo tendría que ser la cuál me desplazara a Noruega y estableciera allí mi lugar de residencia junto a mi hija, ya que yo estaba en paro por aquél entonces, y en cambio él tenía su negocio establecido, y ambos un hijo en cada país.
Hablé con el padre de mi niña sobre todo esto y él me dijo que solo aceptaría mudar a la niña a Noruega si la niña acaba la primaria en España, estudia noruego antes de ir y aparte tengo una buena estabilidad económica allí. Unido a las visitas regulares a España en periodo vacacional, más las que él haría para verla. Lo cual me pareció sensato y con lo que estoy de acuerdo plenamente. Los tres primeros años pasaron estudiando mucho la lengua, y pasando un mes aquí y otro allí. Mi pareja me invitó a formar parte de su negocio y así ha sido desde hace casi dos años. Sin embargo cada vez se me está haciendo más cuesta arriba.
Primeramente la parte emocional, pues se me rompe el corazón cada vez que tengo que despedirme de mi nena, la echo mucho de menos más acostumbrada como estaba a verla cada día, y en parte siento que la estoy abandonando para buscar mi felicidad, que aunque ella está incluida, conlleva un sacrificio de tiempo y esfuerzo importante por ambas partes. Y al mismo tiempo me siento fatal por el padre de mi nena, que siempre ha sido un hombre y padre estupendo, siento que por mi decisión él va a tener que alejarse de su nena, ya que aunque el disfrute del periodo vacacional nunca será lo mismo.
Y en segundo lugar, el negocio de mi pareja va cada vez peor, las deudas se acumulan y la presión económica cada vez es mayor y eso no es lo que me desanima sino que siento que él se aferra a este negocio como lo más importante de su vida, y aunque tiene muchos estudios y podría fácilmente encontrar un trabajo muy bien remunerado en cualquier otra empresa prefiere seguir luchando por este negocio que lleva años en pérdidas. En estos tres años habré hecho mínimo 20 viajes a Noruega, sola y con mi nena, si no es más, y él solo ha venido una única vez a verme pues literalmente no tiene dinero para desplazarse, ni tiempo que emplear en ello. Yo he podido ir tirando porque contaba de un ahorro familiar, y algún trabajo esporádico que he encontrado durante este tiempo, pero no por el negocio de mi pareja, que no ha dado varios meses ni para comer.
En definitiva ando con la cabeza hecha un lío, yo aún le quiero mucho, me encantaría que funcionara, pero veo tantas dificultades que cada vez creo menos en nuestra relación. Yo quería construir un futuro juntos, enriquecedor para todos, Noruega es un país que afortunadamente goza de un buen sistema educativo y laboral y pensé que en este contexto le ofrecería a mi hija un buen porvenir. El papá de ella es programador informático y no descarta buscar trabajo allí en caso de que nos mudemos, pues en España no tiene familia (si no encuentra pareja en este tiempo) y ante una mejora en su situación laboral no dudaría en aceptarlo. Sin embargo no sé que es lo que me está pasando pero no me siento con la misma energía ni ilusión. Si pudierais guiarme un poco os lo agradecería mucho.
Pues entiendo tu situación, cuando se es madre, hay que tener los pies sobre la tierra, pero en tu caso, veo que independientemente de que debes velar por el futuro de tu hija, que futuro te ves a tí al lado de tu pareja, si bien tu podrías soportar sacrificios y penurias, tu frustración cada día iría en aumento, más si dejas tu país, y en poco tiempo, lo más seguro es que te arrepientas de tus decisiones.
A mi se me hace injusto, llevar a tu hija a un cambio de ambiente, agregado a que le cambies su calidad de vida, creo que una opción, aunque dolorosa para tí, es irte primero y dejar a la niña con su padre, ver qué tal te va y si realmente tu hija viviría bien. Y sobretodo, ver como sería la conviviencia con tu pareja, en las condiciones actuales.
Este hilo denota cuan desilusionada estás de la situación, y estas viendo la realidad tal cual es.
Suerte.