Para "princesa"
Bueno, todo empezó un día en que peleamos, decidí, jugar mientras peleábamos, me hice pasar por un desconocido a través de internet, como conozco su email, abrí un email con otro nombre y empecé a entrar en contacto con ella a través de un chat, al principio ella no daba mucha conversación, quizás siendo prevenida, pero mi ventaja era que la conozco, se cuales son sus conversaciones favoritas, así que por allí me fui, le decía que yo la conocía a ella y que ella a mi no, ya que una amiga de ella me la había mostrado un día sin que ella me viera, le decía que era una mujer hermosa que desde que mi amiga me la había mostrado no paraba de pensar en ella, le dije que había convencido a su amiga para que me diera su email pero con la condición de que jamás yo le dijera que ella me lo había dado, en fin, ella me creyó.
Nuestras conversaciones cada día se iban tornando de mayor confianza, no creía que mi esposa estuviera siguiendo a un desconocido y a la vez interesándose en él, cuando estábamos en la casa juntos, antes de ella salir a su trabajo, yo la besaba y la acariciaba, trataba de calentarla al máximo, no le hacía el amor para dejarla caliente, quería que cuando entrara al internet y se encontrara con su amigo desconocido (yo) estuviera caliente, esto me ayudaría a seguir adelante. Le decía que quisiera tenerla al frente mío para besarla y pasarle mi lengua por todo su cuerpo, que me encantaría hacerle el amor de pie, acariciarle sus hermosos muslos y besarle y saborearle sus hermosos senos, ella callaba, pero al mismo tiempo no se salía del chat, dándome entender que le gustaba lo que ocurría, le dije que si ella me diera la oportunidad de salir juntos, le haría el amor ese mismo día, no la dejaría hasta que ambos nos cansáramos.
Ella me dijo que era casada y que tenía dos hijos, le dije que si ella era totalmente feliz, me dijo que si, me gustó su respuesta, pero le dije que eso estaba bien, pero que eso no priva a nadie de disfrutar la vida y hacer realidad los deseos, la invité a salir, y se negó, le dije que la invitaba a almorzar, me dijo que quizás otro día. Pasaron los días y cada vez ella disfrutaba más y más de nuestras conversaciones, un día me aceptó a almorzar, no lo podía creer, me molestaba pero a la vez me excitaba el saber que yo mismo estaba seduciendo a mi propia esposa, quedamos en dos días de vernos para almorzar.
No sabía que hacer, si ir yo o que, pensé que disfrutaba el hecho de que un extraño estaba seduciendo a mi propia esposa, quise ver hasta donde más llegaba esto, así que le conté todo a un gran amigo mío, que también ella conoce, se que ella gusta de él en el sentido que es una persona bien parecida, no que ella haya querido serme infiel con él pero como todo, hay personas que nos gustan físicamente.
Bueno, mi amigo no lo podía creer, pero tampoco lo quería hacer, él me decía que mi esposa es una mujer muy hermosa pero que también nosotros tenemos una hermosa familia y quizás esto nos podía afectar en nuestro matrimonio, yo estaba decidido llegar hasta el final, le dije que nuestro matrimonio no se terminaría y que estaba deseoso de llegar hasta el final. Nos pusimos de acuerdo, le dije que le al verla le dijera que era él la persona con quien había chateado, él conoce nuestros Email, así que seria fácil para ella creerle, que también le hablara de que ella siempre la había atraído etc.
Llegó el día, yo también estaba en el lugar pero bastante alejado de ellos, le dije a mi amigo donde sentarse para yo tener buena visión de la mesa de ellos, primero llegó mi amigo, a los 10 minutos apareció mi esposa, hermosa, con una pequeña falda como acostumbra a vestirse siempre, yo mismo le decía que su cuerpo era para lucirlo y no para esconderlo, mi corazón palpitaba a mil, me molestaba pero a la vez me excitaba lo que estaba viendo, mi esposa se sentó en la barra y luego él se le acercó y la saludó dándole un beso en la mejilla, ella le preguntó que hacía allí, él le dijo que lo mismo que ella esperándola, ella se quedó impactada, le dijo que era esto, porqué había actuado así, él le decía que siempre le había atraído como mujer y que quiso intentar algo y bueno acá están.
Él la invitó a sentarse a la mesa y ella aceptó, ella le seguía diciendo que era casada y felizmente casada con dos bellos hijos, y que solo había venido para terminar con esto, pero él fue más rápido y le agarró la mano, le decía que eso no impedía que ellos se gustasen, que disfrutaran de momentos que ambos deseaban, ella trató de quitarle la mano pero él no la dejaba, se acercó y le dio un beso sobre los labios, ella trató de evadirlo pero él la tenia tomada con ambas manos, ella siempre ha sido una mujer que no le gusta el escándalo, así que yo estaba seguro que ella no haría ningún escándalo acá, él la siguió besando y fui viendo que ella estaba dejando de resistir, una mano de él se posó sobre su hermoso muslo desnudo.
Me excitó el ver la mano de otro sobre las hermosas piernas de mi esposa, ella abrió la boca y ambos estaban perdidos en un beso profundo, él subía su mano y ella dejaba abrir más sus piernas, él la besaba profundamente, su mano cada vez iba subiendo más y más, ella estaba excitadísima, el restaurante era a media luz, con secciones bien aisladas como en donde ellos se encontraban, solo alguien como yo, que sabe lo que está pasando, se podía dar cuenta de ellos, él seguía besándola, con una mano ahora sobre sus senos, ella se veía excitadísima, la otra mano de él estaba completamente adentro de su falda, se veía que la tocaba toda, sacó la mano y la lamió, ella observaba, se la puso en sus labios y ella pasó su lengua también sobre sus dedos, él se sacó su pene y le tomó la mano a ella y se la puso sobre él, ella lo acariciaba suavemente, le bajó la cabeza casi debajo de la mesa y ella empezó a darle un roce con su lengua, luego se lo fue introduciendo poco a poco hasta tenerlo todo adentro, ella lo mamaba dulcemente pero bien rápido.
Él se veía con una excitación enorme, llegó el momento que él se vino en su boca, ella lo tomó todo, limpiaba todo su pene con su sensual lengua, era hermoso, yo estaba muy excitado, tanto así que había sacado mi pene y me masturbaba viéndolos, me cubría con el mantel, al terminar, él se puso en la posición de ella y ella se sentó como él lo hacia antes, él subió su pequeño vestido y le bajó su pantaletita, que era un mínimo hilo dental de los que a mi me enloquece verla, le abrió las piernas y empezó a pasarle su lengua por sus labios vaginales, no creía que mi esposa estuviera haciendo esto, era increíble pero a la vez hermoso verla como otro se la estaba disfrutando y excitándola al máximo, al mismo tiempo me excitaba que era yo mismo el que inició esta historia y era como verla concluir con una buena cogida a mi esposa.
Ella se echaba para atrás de la excitación, se veía que llegaba a un orgasmo prolongado, él se bebía todo el jugo de mi esposa, salió debajo de la mesa y le dio un beso profundo y le agradeció, le dijo que la próxima sería una cena, pero en su casa, ella le dijo que eso sería bastante difícil, ya que no podría salir de su casa por sus hijos y su marido, él le dijo que el arreglaría todo, se dieron un beso pidieron algo de beber y se marcharon, yo chorreaba de semen debajo de la mesa, tomé una servilleta y me limpié, veía como mi amigo antes de dejarla en su carro, le apretaba sus nalgas y le daba un beso en la boca.
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Muy bueno
Felicidades, un relato muy bueno, sobre todo el final