Nosotras y la piel
Hace tiempo que llevo diciéndotelo. Ayer te lo dije, de hecho. Lo que pasa es que no lo quieres ver y mucho menos admitir que tu también lo estás. Locamente. Locamente enamorada de mí.
Hablando de lo de ayer: me sentí como en una película. Es decir, no sé jamás había sentido algo así. Y si, tienes razón, estar enamorada es una sensación preciosa.
M - Lo intenté con él para enamorarme, pero no se me va la vida
Yo- No lloras, ni dejas de comer, ni mucho menos es algo que te impida dormir. Lo sé.
Y tú también lo sabes. Pero desearías no saberlo. Por eso intentas enamorarte de otra persona, porque no aceptas estarlo ya, no te lo quieres creer. Lo sé, lo sé porque hice lo mismo. "La decisión la tomaste tú hace cuatro ... meses".
Aclaro: hace cuatro meses empecé con mi novio, A. ¿La razón? "Lo intenté con él para enamorarme, pero no se me va la vida". No sé, él me gusta, me encanta como es, como me trata, como siento que le necesito algunas veces pero, como bien dije ayer, si discuto con él no lloro, aunque me duela lo que me haga no me quita el hambre y a pesar de que me raye por él, las horas de sueño las conservo íntegras.
Pero con M es diferente. Me encanta ella, entera. De los pies a la cabeza, por dentro y por fuera. Es perfecta. O al menos lo es para mí. Todo lo suyo me duele, me mata, me araña y se clava como cuchillos. Pero lo que no hace daño, es lo más maravilloso del mundo. No soporto mis celos, no soporto verla con alguien con intenciones de ser algo más. Odio sus besos vacíos a gente que no conoce. Me hacen sentir al nivel del bordillo. No puedo, prefiero no saberlo pero querría ser capaz de vivir sin saberlo. Aunque saberlo me mate, no saberlo me mataría más.
Todo es por el miedo. Tenemos miedo, yo la primera. Pero M tiene mucho más miedo. A mí me importa lo que piensen los demás, claro que sí. Pero me importa más lo que siento yo. El problema es que ella aún no piensa así. Digo aún ya que yo también antepuse en su momento lo que pensaran los demás a lo que yo sintiese, por eso ni me lo planteé. Pero ahora es diferente, todo ha crecido y si ella estuviera conmigo todo lo demás me daría igual.
Ah, y también hay otra cosa que hace esto mucho más complicado y adictivo al mismo tiempo. El sexo. El sexo con ella es impresionante. Y cuando digo impresionante creedme. Hago que se vuelva loca y me encanta. Se detiene el tiempo. Me besa, aunque no le gusta besar, pero a mí sí, lo sé. Por eso se muestra tan reacia a hacerlo. Le encanta, lo he oído de su boca en alguno de sus momentos de debilidad. Y a mi me encanta hacerlo mucho más. Amo sus labios son perfectamente suaves y blanditos. Y besa muy muy bien. Despacio, como a mi me gusta. De vez en cuando me muerde el labio o pasea su lengua por encima de ellos. Sensualmente. Me pone demasiado. Y la oreja, la oreja es una debilidad. Para las dos. Le encanta hacerlo y a mi que me lo haga. Puff, esto me recuerda lo que pasó hace unos días:
Me quedé sola en semana santa y tenemos mucho que estudiar, pero a estas alturas de nuestras carreras, odiamos las bibliotecas. Por lo que acordamos que durante semana santa estudiaríamos en mi casa. Y ella se mudaría a vivir aquí durante ese periodo. Aunque también nos lo podemos tomar como una escusa para dormir juntas, nos encanta. Estudiábamos durante todo el día, y después de cenar, siempre volvíamos a nuestra tarea. Menos esa noche. Esa noche era diferente, se leía en su manera de mirarme, en su manera de hablarme. Terminamos de cenar y me tumbé con la cabeza en sus piernas mientras ella estaba sentada en mi sofá. Como si fuera el mismo juego de siempre, empezó a tocarme un pecho. Pero esta vez jugaba con mi pezón con sus dedos. Lo excitó. Y a mi también, mucho.
M - Ala, vamos a estudiar. - me dijo levántandose y obligándome a levantar mi cabeza también.
Yo- ¿Enserio? - dije mirándole con "mi cara", que así le llama ella. Debe quedarme una cara estilo "ven, y hazme tuya" o algo así.
M - Inténtalo - eso es algo que siempre me dice para hacerme creer que no está cachonda cuando lo único que quiere es sentirme más.
Dicho esto comencé a besarle el cuello, despacio pero intenso. Mordisqueaba suavemente su piel mientras le agarraba la cabeza y jugaba con su pelo. Tiene un pelo precioso, por cierto. Jugué con su oreja y con la comisura de sus labios. Pero no la besé.
M - Estoy cansada para estudiar y además me apetece.
Yo- ¿Estás cachonda? - fingiendo estar sorprendida, claro.
M - Desde que te he tocado yo a ti - me cogió de los brazos y me llevó hacia ella. Quedándome entre sus piernas, muy cerca de su cara.
Yo - ¿Te apetece entonces?
M - Hazme el amor - dijo mientras se echaba hacia atrás, me miraba sensualmente a los ojos y se mordía el labio inferior.
Me acerqué a su boca, mucho, muy cerca. Pero no la besé. Me aproximé a su cuello y lo besé igual que había hecho antes. Pero esta vez yo estaba mucho más cachonda. Me excitan mucho ese tipo de conversaciones. Me encanta su cuello, es del tamaño perfecto. Lo besé, pasé mi lengua por su piel, alternándolo con más besos. Llegué a la comisura de sus labios y deslicé mi lengua hasta la comisura del lado contrario. Me detuve, la miré a los ojos y mientras los volvía a cerrar la besé. Ella me siguió el beso y ardimos las dos. Fuego. Fuego era lo que salía de nuestras miradas. Nos deseábamos. Seguimos besándonos y acariciándonos.
M - Desnúdate. Quiero que me hagas esto desnuda desde el principio.- Sin pensármelo dos veces me quité la camiseta y los pantalones.- todo.
Miré sus preciosos ojos, me deseaba. Eché mis manos hacia mi espalda mientras la seguía mirando desde arriba. Me quité el sujetador y dejé mis pechos al aire. Los acarició con sus manos, pellizcó suavemente mis pezones y, tirando de ellos, me arrastró hasta su boca, para lamer mis labios.
Yo- Vamos a mi cama - le dije alzando la mirada y separándome de ella.
La cogí de las manos y nos fuimos riendo del sofá. Tengo una cama de 1,60 de ancho, por lo que es más que perfecta.
Yo- Creo que te sobra mucha ropa - al tiempo que le subía la camiseta para pasar mi lengua por su pezón tapado por el sujetador.
M- ¿Y a qué esperas para quitármela?
Le terminé de quitar la camiseta y con un delicado empuje desde la espalda, la levanté hacia mi boca. Mientras la besaba le desabrochaba ese sujetador rojo tan sexy que llevaba ese día. Ella llevó una mano a mi vagina, rozaba mi clítoris con sus dedos. Me encantaba, me volvía loca. Ella me conoce bien, sabe cómo hacer que me vuelva loca. Con mi lengua recorría su pezón y ella gemía mientras movía aun más rápido sus dedos en mi clítoris y al mismo tiempo yo movía más mis caderas encima de ella. Quitó la mano y me dejé caer encima de su sexo. Nos empezamos a mover, para rozarnos.
M- Dios B, me encanta, no pares, voy a correrme - dijo mientras gritaba y gemía como nunca la había visto.
Me deshice de sus hipnotizantes piernas entrelazadas con las mías y me dirigí a lamer su clítoris. Hacía círculos en él con mi lengua, mientras jugaba con mi dedo en su agujerito. Introduje mi dedo corazón en ella y empecé a moverlo rápido dentro. Hacía círculos y los movía de arriba abajo dentro de ella. Ella gritaba, se contorneaba, me mordía y arañaba. Es algo que no os había dicho, a ella le gusta que le den duro. Yo tengo unos gustos diferentes pero nos compenetramos bien. Estuve haciéndolo hasta que se corrió entre abundante flujo y contracciones. Me agarró del culo con sus manos y lamiéndome un pezón me atrajo hacia ella. Me puso encima de su cara y empezó a lamer mi clítoris como si le fuese la vida en ello. Apretaba mi culo con fuerza y succionaba mi sexo al mismo tiempo. De vez en cuando pasaba y metia un dedo dentro de mí, pero volvía a sacarlo y volvia a lamerme el ... una vez más. Me corrí en ella. Nos quedamos abrazadas mientras me acariciaba el abdomen y yo a ella la parte lateral de su cuerpo.
M - Me ha encantado, B, te quiero - dijó dándome un suave beso en los labios.
Yo - Te quiero mi bebé
Es uno de tantos, pero fue realmente increíble. Supongo que hacer el amor es lo que tiene.
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Que bonito
que dulce y cuanto amor, gracias por compartirllo