Conozco a esta chica desde que tendríamos 14-12 años. A esas edades, las diferencias de edad son muy grandes, aunque siempre me gustó. Pero no hubo ningún tipo de trato entre ambos.
No fue hasta los 21/22 míos que hablamos por primera vez. Hablamos como si nos conociésemos desde siempre. Eran las tantas de la madrugada, esas horas en las que el cerebro no atina muy bien. Y ahí quedó la cosa.
Unos días después nos encontramos por la calle. Un "hola" tímido por parte de ambos fue todo.
Este fin de semana, tras más de diez años, nos volvimos a encontrar, esta vez en una boda. De nuevo, como si hiciese sólo dos días que no hablábamos.
Hacía esos más de diez años que no pensaba en ella, que no la recordaba. Hasta este sábado. Estuvimos más de una hora hablando. De lo humano y de lo divino. Ahí tenía ella a muchos amigos/as con quienes lleva tiempo sin hablar (el título de este mensaje indica que ella vive lejos, muy lejos de aquí). Pero estuvimos hablando los dos solos en medio de tanta multitud. Ella incluso daba pie a continuar una y otra vez con la conversación, cambiando de tema, preguntando, interesándose. Por amistad no creo que sea, era la segunda vez que hablábamos en nuestras vidas.
De nuevo, el que fuesen "esas horas de la noche" no me permitió ni pensar en pedirle un número de teléfono, concretar algo, tantear... Nada. Sólo hablamos y lo disfruté como hace diez años. Pero ahora, como entonces, ha despertado ese "algo" que me hace querer coger un avión, plantarme delante de ella y besarla. Pero toda esa distancia... Sin siquiera saber si ella ha hablado conmigo por simple cortesía o por aburrimiento (aunque intuyo que su mirada no indicaba eso)...
¿Qué hago? ¿Superarlo sin más? ¿Contactar con ella a través de un triste e impersonal mensaje en Facebook? ¿Hacerlo y decirle algo más que un "me encantó hablar de nuevo contigo"?
Sé que esto se me "pasa" en un par de días, más con el trabajo que tengo estos días, pero ya son dos veces, con la misma situación y dudo que haya una tercera oportunidad. A pesar de no conocerla en profundidad, parece una persona noble, profunda, inteligente, con inquietudes, que no se ata a nada ni nadie, racional y pasional al tiempo. Y con ese pequeño, casi imperceptible, rastro de timidez que la hace irresistible a mis ojos.
Así pues, ¿qué hago? Menudo mar de dudas.