Foro / Pareja

Normal?

Última respuesta: 18 de febrero de 2011 a las 15:16
I
ilja_8745239
18/2/11 a las 8:35

Hola, bueno tengo un problema que seguro es algo normal que seguro a mas de alguna persona de aca le ah pasado. Lo que pasa es que yo hace casi tres años estoy de novio y me pasa que yo hace 4 meses termine la relacion por un desgaste y rutina diaria que tenia con ella ( minovia ) y ya no sentia el amor que tenia con ella, no la extrañaba, pero a su vez estaba bien con ella cuando la veia y estabamos. En ese momento aunque ella no lo entendio termine, y fue fea la separacion porque hubo mucha discusion en general, con su familia y ella, pero el tema es que lo hize porque me di cuenta de eso y no queria seguir para no decirle que la amaba cuando no lo sentia asi, que no queria decirle que la extrañaba cuando no me pasaba eso. Fue mas para no fingir algo que no me pasaba y ahora volvi nuevamente, hablamos mucho pero en este tiempo yo estaba en mi mejor momento solo, no con alguien porque no lo buscaba y ella hizo tambien su vida este tiempo aunque hizo cosas que me dolieron un poco al estar ( como suena la palabra ) con gente conocida mia. Pero ahora nosotros estamos lo mas bien, pero de a ratos de estar bien nos ponemos a discutir y volvemos a lo mismo antes de terminar. Odio eso ya ! y dos veces paso de que o ella o yo decidir terminar esto porque ninguno busca estar asi otra vez, y yo no quiero terminar pero ya no se que hacer porque no quiero lastimarla y no quiero terminar tampoco y yo volvi porque me di cuenta de lo mucho que la amaba y la necesitaba...
Todos me dicen que no se que quiero, pero yo si lo se y es estar bien... con ella lo estoy pero al fin de cuentas terminamos los dos mal por discusiones o cosas parecidas y no me gusta y a ella tampoco...

Disculpen es un discurso esto ja pero me gustaria alguna ayuda, se podra? Gracias

Ver también

W
wiame_6531897
18/2/11 a las 15:16

El problema no es el tapón de la pasta de dientes.
Detrás del carácter aparentemen ridículo de muchos conflictos de pareja, suelen esconderse motivos relacionados con nuestra vulnerabilidad. Buscar el auténtico porqué evitará roces sin sentido.

Un destacado terapeuta Gestalt, Michael Vicent Miller, relata en su libro Terrorismo Íntimo ese momento en el que, como él dice: "un huevo frito deja de ser un huevo frito"; es decir, el momento en el que una pareja comienza una discusión impresionante a la hora de la cena porque el huevo frito que forma parte del menú no lleva suficiente sal.

A primera vista puede parecer ridículo, pero, no nos engañemos, todos hemos dicho a nuestra pareja eso de "Vamos, cariño, no discutamos por esta tontería", en referencia a cuestiones tales como si hemos cerrado o no el tapón de la pasta de dientes. ¡Cuántos amores se habrán roto a lo largo y ancho del mundo por el dichoso tapón de la pasta de dientes! Con la lista de esas "pequeñas tonterías" que han hecho naufragar a más de una relación de pareja se podrían empapelar los muros de la Gran Muralla.

Pero, ¿realmente podemos afirmar que una relación se puede romper a base de "tonterías"? Pues sí y no. Me explico: por un lado, debemos decir que sí, dado que la realidad sienta cátedra, y son reales los casos de separación de parejas que no dejaban de discutir y de entrar en conflicto por esas pequeñas "tonterías". Pero, al mismo tiempo, esas "tonterías" no son más que el síntoma de una realidad más profunda y compleja. Lo explicarés con un ejemplo.

Una pareja ha quedado al salir del trabajo en un punto de la ciudad para ir a visitar una exposición. Ella llega quince minutos tarde y él se molesta expresándole que ahora ya no vale la pena ir al museo con prisas, que mejor lo dejan. Ahora es ella la que se enfada y dice que, si dejan de discutir y salen corriendo, aún están a tiempo de ver la exposición. Al final, tras veinte minutos de discusión, se dirigen al museo, pero, como era de esperar, cuando llegan ya están anunciando el cierre. Él le recrimina a ella de nuevo su impuntualidad; y ella a él, su rigidez.

Esta discusión se repite cada dos o tres semanas de forma cíclica, cuando ella llega a las citas quince minutos tarde y él le recrimina la tardanza. Los dos, después de comprobar que se quedan crónicamente sin ver museos, películas y recitales, coinciden en que no hacen más que discutir por "tonterías", pero aún así no pueden parar de hacerlo. Podemos pensar que tal vez sería mejor que se fueran al museo corriendo y que discutieran la cuestión a la salida, pero lo que ocurre es que la realidad es más compleja y profunda de lo que nos parece a primera vista.

Cuando él llega a su cita puntual, está ansioso por verla a ella, no tanto por ver la exposición. Él interpreta su propia puntualidad como un gesto de educación y de organización personal de su tiempo, cuando, en realidad, es una cuestión de ansia de amor. Cuando ella llega quince minutos tarde, sistemáticamente él lo interpreta como una falta de previsión en sus tareas, pero, en el fonde, digamos que, incoscientemente, lo que de verdad piensa es: "Si me quisiera tanto como yo a ella, se presentaría a la cita tan puntual como yo". Así pues, él se siente dolido y, en parte, abandonado por ella durante esos quince minutos. Pero como él no es totalmente consciente de lo que siente en el fondo de su corazón, discute con ella sobre la importancia de la puntualidad.

Ella, por su parte, como sabe que su pareja se mostrará contrariada cuando llega tarde, trata de hacerle ver que es absurdo perderse la visita al museo por discutir acerca de los quince minutos de tardanza. Pero, en el fondo, lo que también le ocurre a ella es que se siente presionada por su pareja, por el ansia que demuestra de estar con ella. Y dado que él no sabe expresárselo claramente, ni es consciente en mucho momentos de que es esto lo que siente de verdad, entonces ella le replica la argumentación de la importancia de la puntualidad y de la organización personal.

De esta manera, ambos están buscando una solución al conflicto abordando el tema de la puntualidad cuando, en realidad, el auténtico motivo de la discusión es otro. En el caso de él, la ansiedad que siente cuando ella llega tarde; en el caso de ella, la sensación de presión que experimenta cuando él le recrimina su impuntualidad.

Pero, claro, les resulta más fácil discutir acerca de la puntualidad que no escucharse con honestidad y expresar qué es lo que verdaderamente les inquieta, adentrarse en los auténticos motivos que se esconden dentro de su corazón. Sin embargo, es importante que nos aventuremos a percibir con detenimiento nuestros sentimientos y las necesidades que comportan y que decidamos, después, expresarlos con transparencia y respeto ante nuestra pareja. Aunque por ellos nos podamos sentir vulnerables, es así como podremos llegar a poner luz en la oscuridad de nuestros conflictos.

Es cierto que en las discusiones es más fácil mostrarse enfadado que frágil, pero solamente si nos permitimos experimentar la vulnerabilidad con franqueza podremos llegar a sentirnos seguros y ver con claridad qué se esconde tras nuestros "pequeños" conflictos de pareja.

Darnos permiso para escuchar y expresar nuestros verdaderos sentimientos evitará discusiones que no tienen final.

Fuente: Sergio Huget, Psicólogo y psicoterapeuta. Director de formación del Instituto de Terapia Gestalt de Valencia. Artículo sacado de la revista Mente Sana.

ISDIN Si-Nails

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