Desde muy jovencita siempre he tenido una gran imaginación que he canalizado en el sexo. Si, me imaginaba histórias en las que las relaciones sexuales y emocionales me hacían sentir bien. Así he pasado muchos, pero muchos años de mi vida. Dedicando horas a fantasear en lugar de a vivir realmente.
Ahora soy una mujer casada y madre y de esas fantasías que antes ocupaban mi mente he pasado a la acción. He tenido amantes, por el hecho de tener aventuras, sentir cosas nuevas, sentirme -falsamente- valorada, en fin un desastre.
Un día decidí no volver a ser infiel a mi marido. Y a partir de ahí mis relaciones con el cambiaron. Hasta entonces habían sido muy buenas (a pesar de estar con otros), pero desde ese momento no me apetece tener sexo con el.
Además me he enganchado a las relaciones ciber, y mantengo una relación virtual con un hombre casado a miles de km. de mi. Por un lado mi conciencia está mas tranquila aunque se que de cualquier modo, sigue siendo una aventura, que no me aporta nada nuevo.
Pero insisto es un verdadero enganche. Todo lo que tenga que ver con el juego de la seducción me atrae como si fuera alcoholica o drogadicta. Y siento que me faltan fuerzas para no continúar.
Mi vida no es aburrida, hago y me interesan muchas cosas, por lo que eso no es el problema. El problema es...¡qué se yo cual es el problema!
Me gustaría mucho disfrutar de mi vida sin la necesidad de tener otro hombre a mi lado que no fuera mi marido.